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La Ciudad 22 de marzo de 2018

Russak: “Me alegro de que haya un intendente mejor que yo”

Mario Russak, uno de los tres ex jefes comunales de General Pueyrredon vivos, habló luego de que Carlos Arroyo lo nombrara como "el segundo mejor intendente" después de él. "No sigo de cerca su gestión", dijo.

Por Bruno Verdenelli
[email protected]

No es fácil de ubicar y, aunque parezca una jugada del destino, LA CAPITAL llevaba varias semanas en esa tarea. Pero fue recién el martes cuando logró hacerlo, justo el día en que al intendente Carlos Arroyo se le ocurrió nombrarlo.

Mario Roberto Russak tiene 73 años, vive en Buenos Aires desde 1995 y es, junto a Daniel Katz y Gustavo Pulti, uno de los tres ex jefes comunales del Partido de General Pueyrredon que permanecen con vida. Además, fue una de las personas que mejor conoció a su actual sucesor, cuyo nombre adquirió trascendencia a fines de los ’80 por haber sido director de Tránsito y de Inspección General durante su gestión.

Vale aclarar que, antes de ser electo de manera democrática como intendente en 1991, después Angel Roig -murió en 2011-, había sido designado como interventor por la Dictadura Militar. Con el inicio de la gestión de Elio Aprile -fallecido en 2012-, Russak abandonó Mar del Plata y la política, para volver a dedicarse a su carrera de abogado y a la docencia en la Facultad de Derecho de la UBA, donde aún dicta cursos y talleres.

Después de mucho tiempo alejado de las entrevistas periodísticas, aceptó el pedido de este medio y respondió algunas preguntas a la distancia, por correo electrónico, y de manera telefónica.

-Es uno de los tres ex jefes comunales vivos de General Pueyrredon, junto a Katz y Pulti, pero a diferencia de ellos, a los que se los puede ver en la ciudad, de usted no se sabe nada desde hace tiempo ¿Cuánto pasó desde su última visita a Mar del Plata?

-Estuve en Mar del Plata el pasado noviembre, con amigos y jugando al golf. Me alegro de que otros ex intendentes anden bien. Yo por mi parte no me quejo.

-¿La gente lo reconoce? ¿Qué le dice?

-Sí, hay gente que me reconoce, unos me saludan y otros no, y hay quienes no se manifiestan. Me han tratado siempre muy bien.

-Arroyo lo recordó hace dos días y dijo que usted era “el segundo mejor” intendente que había tenido Mar del Plata. ¿Todavía se ven o hablan de vez en cuando por teléfono?

-No he hablado ni visto al intendente Arroyo desde hace al menos cuatro o cinco años, que tomamos un café en Playa Grande. Le cuento una anécdota: Arroyo era jefe de Tránsito y yo era intendente. Un sobrino mío llegó desde Buenos Aires a mi casa y por la noche salió en mi auto. Fue a un restaurante y dejó el coche mal estacionado…

-Me imagino que lo habrán llamado para avisarle.

-No, los agentes de Tránsito le preguntaron a Arroyo qué hacían con el auto. Y él les ordenó que aunque fuera del intendente lo llevaran al corralón. Pasó un tiempo y nos vimos y no pude contener la risa, y él tampoco.

-¿No le recriminó que no le hubiera avisado?

-No, y cuando necesitamos a alguien firme en Inspección General lo designé a Arroyo, quien dejó Tránsito muy a su pesar. No necesariamente un hombre derecho puede ser diplomático, aunque lleve al corralón el auto que es de la persona de quien él depende.

-¿Y cómo observó la ciudad? ¿Cree que Arroyo es el mejor intendente, como dice?

-No sigo de cerca su gestión. Pero si es así, me alegra de que haya un intendente que sea mejor que yo.

 

La mediocridad

La frase “Mucha gente en Mar del Plata tiene una excepcional vocación por la mediocridad” fue dicha por Russak el 24 de agosto de 1978, cuando era interventor del Partido de General Pueyrredon, designado por la Dictadura Militar.
Hirió y mucho a los ciudadanos, que todavía hoy recuerdan la crítica de quien entonces debía gobernarlos. Tan sólo algunas palabras que quedaron para siempre en el imaginario colectivo.

-Con la pobreza creciente y el máximo nivel de desocupación del país, hace poco muchos comenzaron a recordar su frase sobre la mediocridad de los marplatenses. ¿Cree que el tiempo le dio la razón?

-Lo de mediocres fue un desafío. Yo tenía previsto como especialista en Planeamiento llevar adelante 170 obras en Mar del Plata. La oposición a la peatonalización de la calle San Martín me puso mal. Finalmente acordamos y se construyó en tres meses. Y Punta Mogotes en 9 meses, pero mi orgullo fue construir escuelas municipales.

-Esa es otra de las áreas de la gestión cuestionadas actualmente, con la renuncia de la funcionaria que estaba a cargo hasta la semana pasada. Y es cierto que en su época fue reconocido como uno de los puntos fuertes…

-Yo quería la educación primaria municipal y el ex intendente (Jorge) Lombardo -fallecido en 2013-, gran amigo, me recomendó que conociera a la profesora Gordobil. Luego de hacerlo y conocerla le encomendé la organización. Fue excepcional. En mi segunda gestión era tal la demanda de inscripciones que hice alquilar casas en distintos barrios para más jardines de infantes, donde las madres, con tal de tenerlos se ofrecían a mantenerlos limpios. Planificar y descentralizar es la clave para desarrollar.

-¿Y se arrepiente de la frase o de alguna medida que haya tomado como intendente?

-Siempre hay algo para arrepentirse en siete años de gestión.

Actualidad

Durante la charla, Russak asegura que se alejó de la política y no participa más de ninguna organización, aunque a veces acepta reunirse a conversar con quienes estén interesados en conocer su visión de la actualidad. “A esta altura del partido lo único que puedo ser es asesor”, afirma.

-¿Lo han consultado desde algún partido?

-Sí, integrantes de algún sector de Cambiemos y también del Partido Justicialista.

-Si Arroyo u otro jefe comunal de General Pueyrredon le pidiera un consejo, ¿qué recomendaría?

-Hay que estimular el turismo de todo el año. Acordar promociones financieras es indispensable. La gobernadora (María Eugenia) Vidal lo hizo este verano pasado. Construir atractivos diferenciales como un parque de temas como Disney, darles presupuesto a las sociedades de fomento y que elijan sus mejoras porque son los que viven allí. Hay muchas cosas para hacer y que seguramente están pensadas. Hay que llevarlas adelante. Mar del Plata es una gran ciudad pero su papel le exige insertarse al mundo.



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