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Salud 10 de marzo de 2018

Trastornos con el alcohol: efectos sobre el organismo y recomendaciones para evitar la intoxicación

El consumo prolongado aumenta las probabilidades de sangrado de estómago o esófago, la inflamación y daños en el páncreas, daño al hígado, desnutrición y distintos tipos de cáncer.

En el último tiempo, las consultas vinculadas al consumo de alcohol en adolescentes y jóvenes se incrementaron y la ingesta desmedida se convirtió en un importante problema de salud pública. ¿Qué sucede con los excesos? La intoxicación aguda por etanol se asocia con numerosas complicaciones, incluidas los accidentes de tránsito, la violencia doméstica, los homicidios y el suicidio.

En la Argentina, se estima que 1.700.308 personas mayores de 15 años padecen trastornos de abuso o dependencia al alcohol y, según un estudio realizado por el Observatorio de Políticas Públicas en Adicciones de la Ciudad de Buenos Aires (2010), en los accidentes de tránsito producidos en las autopistas de la Ciudad, el 23,8% de los conductores habían consumido alcohol y de ellos, el 50% eran menores de 25 años.

El alcohol (etanol) es una sustancia psicoactiva que tiene efectos sobre el sistema nervioso central, por su capacidad de cambiar la percepción, el estado de ánimo y/o el comportamiento de las personas, dependiendo de la graduación alcohólica que posea la bebida, la cantidad de consumida, presencia de otras drogas, la tolerancia de cada consumidor y la preexistencia de enfermedades.

“La mayoría de las intoxicaciones por etanol son intencionales, ya sea por el consumo voluntario en abstemios y/o por alcohólicos crónicos que tienen una sobredosis. Con menor frecuencia se dan las ingestiones accidentales en niños con productos de uso domiciliarios que contienen alcohol”, explica la Dra. María Valeria El Haj, Directora Médica de vittal.

El alcohol etílico se puede absorber por varias vías, siendo la más frecuente la vía digestiva, donde la absorción es muy rápida ya que se trata de una sustancia hidrosoluble. En este proceso, un 20% del alcohol ingerido ingresa a través de la pared gástrica y el 80% restante por el yeyuno íleon. “El nivel y velocidad de la absorción varían según la vacuidad o plenitud gástrica y el tipo de alimento ingerido: las grasas, por ejemplo, retardan la absorción, las proteínas tienen acción menor y los hidratos de carbono, menor aún”, describe El Haj.

Después de su absorción, el etanol se distribuye con uniformidad en todos los tejidos y líquidos del cuerpo: la sustancia aparece en la sangre entre 5 y 10 minutos luego de su ingesta y el pico máximo se produce a los 30 y 90 minutos, desapareciendo entre las 8 a 10 horas. En el caso de las embarazadas, la placenta es permeable al etanol, por tanto, éste tiene acceso libre a la circulación fetal, pudiendo ocasionar malformaciones congénitas.

Los síntomas de la intoxicación alcohólica dependen de los efectos inhibidores sobre las neuronas del sistema nervioso central y podemos reconocer distintos periodos según la concentración alcohólica en sangre: un periodo de embriaguez ligera (0.5 mg/ml a 1.5 mg/ml o 0.50 g/l a 1.5 g/l), que conlleva excitación; un segundo período (1.5 mg/ml a 2.5 mg/ml o 1.5 g/l a 2.5 g/l), donde se halla ataxia, debido a su acción en el cerebelo, visión borrosa o doble, incoordinación muscular, disartria, hipotensión arterial y taquicardia, hipoglucemia e hipotermia, y hay amnesia total de lo ocurrido; un tercer período (2.5 mg/ml a 3.5 mg/ml o 2.5 a 3.5 g/l), donde predomina la depresión del sistema nervioso central: somnolencia, luego estupor marcado, hipotensión, bradipnea, hipotermia, hiporreflexia, hipoalgesia, y amnesia temporal; y un cuarto período (3.5 mg/ml a 4.5 mg/ml o 3.5 g/l a 4.5 g/l o mayor) denominado coma alcohólico, en el que, además de aumentar la depresión del sistema nervioso central, se presenta hipotensión con bradicardia, apnea, arreflexia y analgesia superficial y profunda, con graves alteraciones del medio interno, acidosis metabólica, hipoxemia, hipoglucemia e hipotermia y luego paro cardio-respiratorio y la muerte debido a la parálisis del centro cardio-respiratorio, ocurriendo habitualmente entre 1 a 10 horas después de la ingestión (si hay recuperación, ésta se retarda entre 24 a 48 horas).

Además, el consumo prolongado de alcohol aumenta las probabilidades de sangrado de estómago o esófago, la inflamación y daños en el páncreas, daño al hígado, desnutrición y cáncer de esófago, hígado, colon, cabeza y cuello, mamas y otras áreas.

Frente a este panorama, la directora médica de vittal, Dra. El Haj, comparte información importante al momento de consumir alcohol:

● Comer siempre algo antes de empezar a beber.

● El alcohol deshidrata, por eso es importante tomar agua al mismo tiempo.

● No mezclar alcohol con drogas, ya que estas sustancias aumentan el riesgo cardíaco y la deshidratación.

● No mezclar alcohol con sildenafil.

● Tener en cuenta que el alcohol reduce la potencia sexual.

● Ante un problema de salud -diabetes, hepatitis, asma o problemas cardiológicos- se recomienda evitar todo consumo de alcohol.

● No ingerir alcohol durante el embarazo, ya que puede causarle daño al bebé en crecimiento.

Y si un amigo tomó de más:

● No permitir que maneje.

● Trasladarlo a un lugar tranquilo y ventilado.

● Si se descompuso o se desmayó, ponerlo de costado para que no se ahogue si vomita.

● Aflojarle la ropa. Darle abrigo.

● No dejarlo solo. Darle mucha agua y llamar al servicio de emergencias.



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