Luego de cierto amesetamiento de la demanda, la sucesión de aumentos aplicados en los últimos meses a los precios de las naftas (de un momento a otro se espera un nuevo reajuste) hizo resurgir en muchos automovilistas -especialmente en aquéllos que utilizan mucho sus vehículos- el interés por contar con equipos de gas natural comprimido que, a la hora de cargar combustible, permiten lograr un ahorro significativo de dinero.
En nuestra ciudad, a partir de los primeros años de la década del 80, se habilitó una importante cantidad de talleres que se dedican a instalar equipos de GNC que, con el transcurso del tiempo, se fueron adaptando a la evolución experimentada por los motores nafteros, cada vez más sofisticados.
Así, un vehículo con carburador, es susceptible de que se le agregue un equipo de GNC más simple y económico que los que requieren los rodados más modernos.

Explicaciones

Con más de tres décadas de experiencia en el ramo, Daniel Karpik, titular del taller sito en Teodoro Bronzini al 1.100, manifestó que “a pesar de que se está hablando de un aumento del gas, estamos vendiendo bien porque en estos días los combustibles líquidos van a sufrir un nuevo reajuste. Históricamente utilizar GNC representó un ahorro de entre un 60% y un 70%, dependiendo del tipo de vehículo. Un metro cúbico de gas rinde lo que 1,3 litros de nafta. Para quien transita 80 ó más kilómetros por día, el gas natural resulta muy conveniente. Los precios de los equipos dependen del tipo de electrónica que tenga cada rodado. Los de cuarta generación son aptos para los coches que tienen motores aspirados. Los de quinta generación, que son más modernos, se utilizan cuando la electrónica es más sofisticada. Tienen la ventaja de que, cuando el vehículo es nuevo, no pierde la garantía de fábrica. En todos los casos la renovación de obleas se hace en forma anual (se revisa el vehículo y se emite una nueva documentación) y la prueba hidráulica de los tanques cada cinco años”, afirmó.

Otros testimonios

Gastón Ojeda, empleado de una firma que a nivel local representa a los equipamientos italianos “Tomasetto Achille” y que desde Champagnat al 1.900 los provee a varios talleres explicó que “hay equipos de tercera, de cuarta y de quinta generación que se colocan en base a la motorización y electrónica de cada vehículo. Los últimos, que entre otras cosas contemplan una central de mando y una rampa de inyectores, son los que se están utilizando en modelos de 2010 en adelante”, aclaró.-
Luis López, responsable del taller instalado en Avda. Luro al 6300 (Salustri) manifestó en tanto que “desde hace un par de meses hemos vuelto a vender muy bien, al punto de que tenemos turnos dados para dentro de más de 30 días. Los equipos de quinta generación, que son los más caros, cuestan 22.580 pesos; los de cuarta generación 18.170 y los de tercera generación, para coches carburados, unos mil pesos menos. En todos los casos los equipos, que la empresa fabrica en la localidad de Coronel Dorrego, cuentan con un año de garantía”, expresó.-