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Arte y Espectáculos 16 de septiembre de 2017

Sube a escena “El loco y la camisa”, un ícono del teatro independiente nacional

Se trata de una obra sobre las relaciones familiares, realizada en base a improvisaciones y con una enorme trayectoria en escenarios nacionales y del exterior.

Tras más de ocho temporadas consecutivas en la Ciudad de Buenos Aires, llega “El loco y la camisa”, una obra referente del teatro independiente a nivel nacional. Las funciones serán hoy a las 21.30 y mañana a las 20 en la sala Roberto J. Payró del Teatro Auditorium.
Esta pieza cuenta con las actuaciones de Soledad Bautista, Julián Paz Figueira, José Pablo Suárez, Ricardo Larrama, Fabiana Martínez, bajo la dirección de Nelson Valente. Además, en su derrotero la compañía realizó giras internacionales y presentaciones en festivales obteniendo premios y excelentes críticas por parte de la prensa especializada.
Larrama contó que “la temática que aborda la obra es bastante amplia” y dijo que el disparador es lo que sucede en “una familia la noche en la que viene a cenar por primera vez el novio de la hija”.
“Es un matrimonio con un hijo y una hija. La hija de la zona sur del gran Buenos Aires, de clase media baja, se ha puesto de novio con un muchacho de la clase media alta de zona norte de gran Buenos Aires. Y tenemos un hijo que tiene una capacidad diferente, con un gran grado de percepción y dice lo que piensa permanentemente. Esto durante la obra es divertido, hasta que sucede algo que se torna en un final dramático”, agregó.
-El público está muy próximo a la acción. ¿Cómo es trabajar así?
-Esta obra la empezamos a hacer en un departamento de dos ambientes. Donde entraban veinte espectadores sentados al lado nuestro, a centímetros de nosotros. Es un ejercicio de abstracción, porque no solo la presencia física de alguien que está ahí sino que uno percibe las reacciones permanentes del público. Las risas, los enojos. Y también hay que estar prevenido de no dejarnos llevar por esa sensación que nos está trasmitiendo el público, porque es tentador. Porque si yo digo algo y el público se ríe en la próxima escena existe la probabilidad de que yo vaya hacia ese algo, porque me dio como “resultado”. Y hay que estar muy alerta, muy concentrado para no dejarse influenciar por esa presencia.
-¿Los diálogos los realizaron en colaboración entre ustedes?
-Claro. La idea general es de Nelson Valente. Nosotros como actores colaboramos en la medida que él nos pedía con textos. El planteaba determinada situación y nosotros improvisamos algunos textos y el después dejaba lo que le parecía. De esta manera se fue armando. El proceso fue bastante rápido, creo que tardamos un poco mas de dos meses de ensayo.



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