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La Ciudad 16 de febrero de 2016

Surgen divisiones en el oficialismo por el discurso de Arroyo sobre el ataque nazi

Mientras dirigentes radicales hablaron de la "gravedad" del hecho, el intendente lo minimizó. “Para mí es un hecho policial como cualquier otro", dijo.

Concejales de distintos partidos, entre ellos el radicalismo, adviertieron ayer sobre la gravedad del ataque nazi.

Las declaraciones de ayer del intendente Carlos Arroyo sobre la violenta actuación de grupos neonazis en Mar del Plata causaron un profundo malestar en la alianza de gobierno local, dentro de la cual varios dirigentes están cuestionando con dureza la actitud del jefe comunal de “minimizar” la gravedad del caso.
En el sitio de noticias Lo que Pasa, Arroyo se refirió al ataque sufrido por el comerciante Javier Moreno señalando que para él se trató de un “hecho policial como cualquier otro”, teoría que chocó de lleno con la postura que para ese entonces ya habían asumido por ejemplo varios concejales y dirigentes del radicalismo.
“Estos no son hechos policiales menores” había denunciado horas antes la presidenta de la bancada U.C.R, Cristina Coria, quien había compartido la necesidad de que el municipio, la Justicia y la Policía tuvieran una firme reacción frente a la oleada de ataques provocados por distintos grupos neonazis que operan en Mar del Plata y cuya actuación fue condenada desde los más diversos puntos de la Argentina.
Coria no había sido la única en señalar la gravedad de la situación.  “La actitud violenta de estos grupos, su ideología autoritaria y discriminatoria, son incompatibles con la democracia y los derechos humanos”, había planteado por su parte el concejal Luis Rech, también del radicalismo, reclamando “la intervención del Estado para el esclarecimiento de estos hechos”.
Las declaraciones del jefe comunal fueron recibidas con desagrado y con inquietud por muchos de sus actuales socios políticos, quienes por estas horas están ensimismados en un intenso debate.
Según pudo saber LA CAPITAL, hubo varios que no dejaron de plantear su indignación y de marcar la necesidad de tomar distancia del discurso surgido desde el Ejecutivo.
“Hace ya mucho tiempo que en nuestra ciudad grupos intolerantes cometen delitos, amedrentan, discriminan, destrozan comercios e instituciones y lesionan a particulares a causa de la más irracional y condenable xenofobia”, había señalado por ejemplo el actual diputado provincial de Cambiemos, también de la U.C.R, Maximiliano Abad.
Ayer cuando se conoció que el intendente no recibiría a Javier Moreno y que dejaría esa tarea en manos de su secretario de Gobierno, Alejandro Vicente y de la directora de Derechos Humanos, Sonia Rawiki, varios dirigentes del oficialismo no ocultaron su desazón. Consideraban que ante la dimensión del problema, quien debía tener un gesto de solidaridad para con quien había sido una clara víctima de un grave hecho de violencia y discriminación debía ser el jefe político de la ciudad.
Los cuestionamientos hacia la actitud del Ejecutivo crecieron cuando tras conversar con Moreno y miembros de la Asamblea Antifascista, Vicente se encargó de decir que “el imperio para resolver esta situación lo tiene la Justicia, no la Municipalidad”.
Pero lo que terminó de convencer a muchos de la necesidad de marcar distancia del discurso “oficial” fueron las palabras del intendente, pronunciadas luego de que Moreno denunciara que los neonazis que lo atacaron le dijeran: “a nosotros nos bancan la Policía y Arroyo”.
“Tomé conocimiento del hecho por un medio (la noticia fue primicia de LA CAPITAL) de que había habido un problema con un local de no sé quiénes, no conozco a esa persona”, dijo el jefe comunal refiriéndose a Moreno. “Para mí es un hecho policial como cualquier otro que tendrá que ser investigado (…) Mi función es la de administrar, no la de juzgar. No soy yo quien para juzgar u opinar sobre hechos que tiene que juzgar la Justicia”, le comentó al sitio Lo que Pasa.
En el debate interno de esta mañana dentro del oficialismo, hubo quien citaron las declaraciones del ensayista Santiago Kovadloff a LA CAPITAL sobre estos casos, para alertar sobre en qué lugar los está situando el discurso oficial.
Para el escritor lo aterrador, más allá de la acción criminal de estos grupos es “la indiferencia de quienes tienen que impedir esta situación”. En otro párrafo de la nota, Kovadloff  agregó: “lo más siniestro es pensar que no se reaccione frente a estos casos”.
Si de cosas siniestras se trata, usinas cercanas al gobierno ayer habían echado a rodar la versión de que no habría sido casual de que el ataque a Moreno se produjera días antes de que su agrupación y otras organizaciones tuvieran una reunión con funcionarios del Ejecutivo para tratar el tema de los neonazis marplatenses. Así contado, pareció como si existieran intenciones de presenar el caso como una gran confabulación.
Algo así pareció querer sugerir también ayer Arroyo al referirse al tema y hablar sobre de qué manera fue caracterizada su figura a lo largo de su carrera política: “Cuando uno ha visto ciertos personajes que han dado vuelta en distintos lados con argumentos descabellados, uno cree que hay una campaña política subterránea que está armada porque si no, no tendría mucho sentido”, dijo.