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Arte y Espectáculos 30 de abril de 2016

The Ramones: 40 años de uno de los alaridos rebeldes esenciales del rock

El álbum es considerado uno de los que más influyó en el punk y el rock. Incluía "Blitzkrieg Bop", uno de los temas referencia de la banda de punk.

por Adrián Mouján

Unos 29 minutos de rabia, velocidad, toques de pop pegagoso, reunidos en 14 canciones le dieron forma al primer disco de la banda punk neoyorkina The Ramones, uno de los más importantes alaridos rebeles del rock a nivel mundial.

La potencia, la velocidad de la banda con letras que hablaban de surf, skate, chicas, películas de clase B y actividades tan cotidianas como esnifar pegamento, sirvieron para resquebrajar la teatralidad y la ridícula grandilocuencia en la que las bandas sinfónicas pusieron al rock y abrieron un abismo entre la gente y los grupos.

Los Ramones llevaban meses actuando en el CBGB de Hilly Cristal, quien los contrató porque le gustaba esa mezcla de los sonidos de los Stooges, los New York Dolls y los MC5 con las melodías pegajosas de los Beach Boys, de los primeros Beatles, Rolling Stones, Elvis Presley y Buddy Holly, entre otros.

En una de esas locas noches en el CBGB Linda Stein, esposa de Seymour Stein le pidió a su marido que los firmara y este logró que los Ramones firmaran un contrato con Sire Records, y que grabaran en dos meses un disco con el exiguo presupuesto de 6400 dólares.

De esa manera, Joey. Johnny Dee Dee y Tommy entraron en los estudios Sound Plaza junto al productor Craig Leon, aunque el baterista Tommy también se ocupó de las perillas, un rol que luego ejercería en otros álbumes.

León siguió como productor y tuvo una gran carrera en la música clásica, donde produjo a grandes como Enrique Krauss, Plácido Domingo, Monserrat Caballé, José Carreras y Luciano Pavarotti, que en los descansos solía pedirle que le tocara “Blitzkrieg Bop” y “I wanna be your boyfriend”, con la guitarra acustica.

Precisamente Tommy fue el compositor del primer grito del disco y un verdadero clásico de los Ramones como “Blitzkrieg Bop” que contenia el famoso grito “Hey ho, lets go”, Joey compuso otro clásico como “Beat on the Brat” y compartió con Dee Dee los créditos por uno de los primeros poemas a punks girls como “Judy is a punk”.
Dee Dee resumió la vida marginal de un chico de los arruinados monoblocks de Forrest Hills en el barrio de Queens en “Now I Wanna Sniff Some Glue” (Ahora solo quiero snifar pegamento”), mientras que Tommy metió cosas de pop chicle de principios de los ’60 como The Ronettes o The Shirelles, en la romántica “I Wanna Be Your Boyfriend”.

El disco tiene una tapa histórica con la banda apoyada contra una pared de ladrillos sucios, en una toma que fue lograda por Roberta Bailey, fotógrafa de la revista “Punk”, creada por John Holstrom y Legs McNeil, quien más tarde se convertiría en el primer manager de la banda junto a Danny Fields.

El arte de la cubierta trasera, presenta una hebilla de cinturón con un águila americana, el logotipo de la banda, que fue diseñado por el artista plástico Arturo Vega, amigo del cantante Joey y quien luego se encargaría de los videoclips de la banda. Las dos fotografías se realizaron con una máquina de fotos para pasaporte.

El disco salió a la calle en abril de 1976 y dos meses después los Ramones emprendieron una emblemática gira por Gran Bretaña, donde terminaron de darle un espaldarazo a la movida punk británica ya que bandas como Sex Pistols, The Clash y otros esperaban a que las grabadoras les ofrecieran un contrato.

Los shows en Gran Bretaña fueron tremendamente concurridos, entre los asistentes se podía ver a Johnny Rotten, Steve Jones, Joe Strummer, Paul Simonon, Mick Jones, Siouxie Sioux e integrantes de los Buzzcocks, los Stranglers, The Damned y otras bandas punks locales.

Los Ramones fueron tratados como semidioses en Inglaterra, pero rápidamente ellos mismos terminaron con ese status cuando Johnny le explicó a los Clash el significado del “hacelo vos mismo”, al recomendarles “nosotros apestamos en vivo, no estudiamos música y no es necesario, salgan y toquen como saben hacerlo, no es necesario ir a un conservatorio”.

Joe Strummer, de The Clash, recordó que “si no hubiera existido el disco de los Ramones no sé si podríamos haber construido algo aquí. Llenó un hueco vital entre la muerte de la escena pub-rock y el advenimiento del punk”.

En ese año, el disco fue un fracaso en ventas, pero es considerado tremendamente influyente y permitió que otros artistas de la movida estadounidense como Blondie, Television, Dictators, los Dead Boys, los Talking Heads se impusieran en la escena.

Tardó 30 años en convertirse en disco de Oro, pero su sonido se reprodujo por millones, al punto tal que varios años después, la banda filmaba clips de las canciones de ese álbum a pedidos de los fans y los canales de videos musicales.

En la Argentina, el disco fue clave para para la primera movida punk integrada por los Violadores, los Corrosivos, los Laxantes, los Baraja, pero fue más importante para la segunda oleada encabezada por Attaque 77, 2 Minutos, Flema, Cadena Perpetua y otros, que tuvieron un clarísimo influjo ramonero.

En Argentina los Ramones fueron locales como les ocurrió en pocos lugares del mundo, por eso su último gran recital de despedida fue en el estadio de River Plate ante 65 mil personas junto a Iggy Pop, los alemanes Die Toten Hosen y los locales Attaque 77, 2 Minutos y Superuva.

Télam.