La Justicia argentina elevó hoy a juicio oral y público el caso de un comerciante de antigüedades imputado por introducir al país ilegalmente piezas de gran valor histórico y comerciar con ellas, algunas supuestamente procedentes del régimen nazi alemán, informaron fuentes de la Fiscalía.

Carlos Olivares fue imputado en junio del año pasado junto a otros miembros de su familia por liderar una asociación ilícita dedicada al contrabando de estos elementos, considerados Patrimonio Cultural, de origen asiático, egipcio y alemán, que fueron incautados y se encuentran sometidos a estudios de peritaje.

Todos los objetos habrían entrado al país distribuidos en 17 maletas y una mochila que se encuentran ahora en posesión de la jueza Sandra Arroyo Salgado para la verificación de su autenticidad, mientras que el fiscal Emilio Guerberoff se encarga del proceso judicial que pena la introducción ilegal de las piezas.
Enmarcado en el mismo caso, el procurador investiga la posible implicación del ex jefe de equipajes y operaciones aduaneras del aeropuerto internacional de Ezeiza, Germán Guevara, en la introducción ilegal de las maletas en las que viajaban las obras.

“A raíz de la lectura del contenido de los teléfonos de algunos de los imputados se pudo verificar que había una red dentro de la estructura del control aeroportuario. Lo que se ha elevado el hecho concreto de la introducción de todos los objetos”, afirmó Guerberoff en declaraciones al canal Todo Noticias.

La investigación de Arroyo Salgado, magistrada del Juzgado Federal 1, ya había confirmado el papel de la oficina de aduanas del aeropuerto capitalino de facilitar el “paso de mercadería con un acuerdo previo” en su investigación anterior.

Guerberoff considera que las 75 obras incautadas en junio del año pasado en una habitación oculta de la casa de Olivares, situada en la localidad bonaerense de Beccar, se “iban a vender en el país”, a través de la galería en la que este trabajaba, que actualmente se encuentra clausurada.

“Por lo que se estableció a través de informes preliminares, serían mitad y mitad. La mitad son réplica y la mitad originales pero hasta que no tengamos evidencia y resultado concreto no puedo adelantar”, explicó el fiscal.

Entre ellas, destacan reliquias que figuraban en la “lista roja” patrimonial de China y elementos que tienen una relación directa con el nazismo alemán, como un busto del dictador Adolf Hitler y un craneómetro que podría haber pertenecido a un famoso médico encargado de elegir víctimas de los campos de concentración.