CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Deportes 30 de julio de 2016

Un camino singular

por Sebastián Arana

El básquetbol marplatense vivió ayer uno de los días más importantes de su historia. Patricio Garino se convirtió en el primer nativo de esta ciudad en llegar a la NBA. Atípico caso el suyo.

Hace algunas semanas, cuando se conoció la noticia del desembarco de Nicolás Brussino en Dallas Mavericks, la prensa especializada de este país destacó que el santafesino era el segundo basquetbolista de este país, después de Rubén Wolkowyski, en hacerlo directamente desde un equipo de Liga Nacional.

Sin embargo, los otros diez argentinos en disputar la mejor competencia del mundo tienen un común denominador. Juan Ignacio Sánchez, Wolkowyski, Emanuel Ginóbili, Luis Scola, Andrés Nocioni, Carlos Delfino, Walter Herrmann, Fabricio Oberto, Pablo Prigioni y el propio Brussino han jugado, más o menos, en la máxima categoría de la Liga Nacional.

Garino, de este modo, formado en el querible Quincho de Unión, es el primer argentino que llega a la NBA que no tuvo un sólo minuto en la LNB. Del grupo anterior, comparte con “Pepe” Sánchez el trampolín hacia la cima: el básquetbol universitario de la NCAA. El resto, salvo los citados Wolkowyski y Brussino, saltaron desde Europa, considerada la vía más natural.

Pero, en este caso y otros, las fórmulas mágicas no existen. “Pato” eligió para cumplir sus sueños un camino muy lógico. En forma paralela a su formación humana y académica -que jamás descuidó-, eligió formarse deportivamente en el básquetbol universitario de Estados Unidos, el gran semillero de la NBA.

Sus condiciones naturales y los George Washington Colonials hicieron de él un gran atleta, un férreo defensor y un basquetbolista muy bien fundamentado técnicamente. Condiciones que, no de casualidad, despertaron el interés de Gregg Popovich, el legendario entrenador de San Antonio Spurs, siempre alerta para detectar jugadores con sentido colectivo desarrollado.

Extraño camino el del alero surgido en Unión. Poco conocido en el país, ya es NBA. No hay fórmulas mágicas. O sí. La única es la del esfuerzo, la seriedad y el profesionalismo. La de Ginóbili, la de Scola, la de Nocioni, la de Prigioni…Y esa, como ellos, él también la conoce bien.