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Deportes 22 de abril de 2017

Un equipo “ofensivo” que juega sin arcos

por Vito Amalfitano

Loables son siempre las ideas de fútbol “ofensivo”. Aunque no siempre se puede ser lineal con ese término. Una cosa es la frontalidad vertical, con más vértigo que juego, otra muy diferente cuando se llega a través del fútbol.

La “honestidad” de los equipos de Darío Franco para ir a buscar los partidos no está en discusión. Si esa diferenciación que no es menor sobre el modelo que se elige para atacar. Aunque el entrenador haya expresado en conferencias de prensa reciente que quería que el equipo tuviera más volumen de juego a partir de la entrada de Pablo Lugûercio por Sebastián Penco, por ejemplo.

Este sábado, en el primer tiempo, Aldosivi dosificó algo de su vorágine de origen, aunque no precisamente con más juego. Pero sí se ordenó mejor y ocupó bien los espacios para ejercer dominio posicional. Con una presión alta que complicó de entrada a Newell’s, sobretodo por el lado de Joel Acosta por izquierda.

El problema es que también es de origen el problema de este plantel para la generación del juego. En ese primer tiempo el equipo de Mar del Plata hizo todo bien hasta que llegó al último cuarto de cancha. Cuando “entró al cine” se le oscureció el camino. Pero no únicamente por dificultades de los hombres de ataque sino por falta de penúltimos o últimos pases adecuados.

Entonces, si en su buen momento no pudo canalizar ese dominio en profundidad, era de esperar que Newell’s, un equipo práctico, se quedara con el producto del “boomerang” que se generó por los ataques desperdiciados.

Aun dominado, Newell’s avisó dos veces en la etapa inicial, con Maxi y con Scocco. Y luego no perdonó en el arranque del complemento con Scocco y Formica en el primer gol y con una réplica muy bien gestada, la del segundo gol, que denunció alguno de los problemas evidentes de Aldosivi. Es que Franco recurrió en este partido a la vuelta de Roberto Brum, supuestamente para tener más certezas en el medio. Eso sí ocurrió en parte en los primeros 45 minutos. Pero la jugada del segundo gol graficó lo que muchas veces ocurrió con Brum en este campeonato: interrumpió pero no recuperó. Porque perdió la pelota inmediatamente después de cortar. En este caso se sacó de encima el balón con una especie de “centro” que quedó muy corto, con todos sus compañeros volcados en ataque, y Newell’s sí recuperó esa pelota para no perderla hasta que termine en el arco de enfrente. Ese balón que “regaló” Brum derivó en una respuesta con varios toques de Newell’s para llegar al gol lapidario de Maxi.

La goleada fue exagerada. Es cierto. Y esta vez Aldosivi supo dominar territorialmente por un rato a un rival encumbrado como Newell’s. Pero defeccionó en las dos áreas. No generó situaciones en proporción a ese dominio y falló siempre en el retroceso. Aldosivi sufre hoy los dilemas de querer ser un equipo “ofensivo” pero que falla sistemáticamente en las dos áreas. Sin arcos no se puede.



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