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Deportes 24 de julio de 2016

“Un posgrado para cerrar mi carrera”

Carlos Bazán parte hoy para su último gran desafío. El taekwondista marplatense disputará en Brighton, del 26 al 31 de julio, su sexto Mundial de Taekwondo ITF.

Por Sebastián Arana

Este podría ser un buen comienzo para la historia. “Un día Carlos vino, con bastante menos estatura que hoy, y me preguntó muy serio cómo había que hacer para llegar a un Mundial. ?Hay que ganar un par de torneos. Y para hacerlo, entrenar mucho?, le dije”, recuerda hoy Alejandro Yapuncic, su entrenador de toda la vida.
Carlos Bazán, taekwondista ITF, 34 años y hoy 1,86 metros, bastante más alto que cuando recibió aquel consejo en el gimnasio de Los Marplatenses, se tomó a pecho la recomendación. “En aquel momento entrenaba lunes, miércoles y viernes. Después de esa charla, le agregué martes, jueves y sábado. Y uno de esos días me iba a la noche a otro gimnasio donde el maestro daba clases para sumar un doble turno”, cuenta.
El esfuerzo, como suele ocurrir, valió la pena. No hubo un único Mundial para él. Fueron cinco. Y hoy a las 18.30 partirá, vía aérea, para participar en su sexto, del 26 al 31 de julio, en Brighton, a poco más de un centenar de kilómetros de Londres, pleno corazón del Reino Unido de Gran Bretaña.
Esta cita inglesa no es una más para el experimentado taekwondista marplatense. Marca ni más ni menos que el cierre de su ciclo de deportista de elite. Los límites de edad que marca la Federación Internacional de su deporte son inquebrantables. Dieciocho de mínima, treinta y cinco de máxima para competir en la categoría mayor. Sin excepciones.
“Estoy clasificado como sexto Dan, lo que representa la maestría, haber aprendido las veinticuatro formas que componen el taekwondo. Para llegar a ella es necesario demostrar madurez, sabiduría y haber desarrollado una buena técnica. Este Mundial es un post grado para cerrar mi carrera. Pero también busco ver otras cosas para proyectos futuros, como el de ser entrenador de la selección. Me gustaría transmitir todo lo que aprendí en estos años con el maestro Yapuncic”, dice Bazán.
Dieciseis años atrás, sus horizontes eran diferentes. El marplatense salía por primera vez de su país para intervenir en el Mundial Juvenil de Pionyang, en Corea del Norte. “Tenía edad para viajar, pero todavía era un adolescente. Fue todo un desafío, una experiencia enriquecedora. Me abrió la mente para proyectarme a lo que quería, que era tener una trayectoria internacional importante. El entrenamiento fue intensivo, cuatro meses en Buenos Aires todos los días. Los nervios anteriores a mi primer combate fueron tremendos y lo perdí. Pero esa derrota me sirvió mucho. Me dio mucha energía para seguir y tomé nota de los errores para no repetirlos”, sostiene.
Bazán demostró saber asimilar los consejos y también las caídas. Después de ese Mundial en Pionyang 2000, vinieron un Mundial Open en 2005 y sucesivamente los de Cheong Ju 2010, Ottawa 2012 y Roma 2014. Además de un sinfín de Sudamericanos, Panamericanos y Copas del Mundo. Y medallas de todos los colores.
El Mundial de Roma, como si hiciera falta, validó su temperamento. El marplatense se cortó el tendón de Aquiles en setiembre de 2013 y parecía que no llegaba. “Pero no paré. Aún con bota de yeso, seguí yendo al gimnasio a entrenar el tren superior”, afirma.
“Él -recuerda Yapuncic- se lesionó en la final del primer Selectivo, en el que había sido el mejor. Pero no pudo ir a los otros dos. Los entrenadores de la selección igual lo querían llevar porque era una pieza importante dentro del equipo. Cuando le sacaron el yeso, fue invitado a sumarse a los entrenamientos. Nueve meses después de su lesión, terminó yendo a Roma como capitán y tuvo la mejor perfomance de todas”.
De Pionyang a Brighton. El círculo se cierra para uno de los muy buenos deportistas que tiene la ciudad. “Ahora yo soy el que tengo que ayudar a aquellos que van a estar como yo en Piongyang, con nervios, con dudas. Hay muy buenos competidores técnicamente, pero les falta experiencia. Tendré doble trabajo: uno propio y otro hacia mis compañeros para transmitirles tranquilidad y seguridad. Estamos todos enfocados en el objetivo de volver a ser campeones mundiales por equipos”, finaliza Bazán. El que quiere poner el broche de oro a una muy buena carrera.



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