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Policiales 13 de febrero de 2017

Una pelea en un boliche, el motivo que desató la batalla entre barras de Peñarol y Quilmes

Todo comenzó con una pelea en el boliche ubicado en Santiago del Estero entre avenida Colón y Brown. Desde ahí nació el día de furia de los barras que no terminó con un muerto por milagro.

 

Las barrabravas de los equipos de básquet de la ciudad quedaron en la mira de la justicia luego de un día de furia que por milagro no terminó con un muerto: la sede del club Quilmes fue atacada a tiros durante la mañana y pocas horas después la madre de un hincha “milrayitas” fue baleada en su casa.

Por los hechos, aún no hay detenidos pero los investigadores buscan determinar las identidades de los autores de los dos ataques en base a grabaciones de cámaras de seguridad y declaraciones de testigos.

La principal hipótesis es que se trató de un enfrentamiento entre barrabravas de Peñarol y Quilmes que comenzó en la madrugada con una pelea en un boliche ubicado en la zona de Santiago del Estero entre avenida Colón y Brown. Ahí se produjo una feroz disputa entre barras de los dos equipos. Pero la pelea no quedó en ese lugar y se trasladó a las calles de la ciudad. Así se habría producido primero el ataque al club y luego la represalia con la familia de un hincha de Peñarol.

La causa es investigada por el fiscal David Bruna -se encuentra de turno en reemplazo de Fernando Castro-, quien busca testigos que corroboren la hipótesis.

El primero de los ataques ocurrió aproximadamente a las 6 de la mañana cuando al menos cinco motociclistas pasaron por la puerta del club Quilmes, ubicada en avenida Luro y Guido, y realizaron al menos siete disparos contra el frente de la institución. “Estaban encapuchados, los que dificulta la tareas para su identificación”, confió una fuente de la investigación. En el momento del ataque, ya había personas dentro de la institución. De hecho, Marcelo, el propietario de un kiosco situado en el interior de la sede, aseguró que la entrada de su comercio sufrió dos tiros y que “de milagro” no hubo que lamentar víctimas.

Poco después del hecho, la Policía Científica preservó la zona donde quedaron los casquillos de bala para realizar las pericias.

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“¿Está Keko?”

Pocas horas después del ataque al club Quilmes, dos hombre se bajaron de un Peugeot 307 verde oscuro en la casa ubicada en 9 de Julio al 9100. “¿Está Keko?”, le preguntaron a Margarita Lazarte (72). Del otro lado de la puerta, la mujer respondió que su hijo había salido. Después de eso no hubo más palabras. Los hombres extrajeron sus armas y comenzaron a disparar al frente de la vivienda. Vecinos escucharon al menos 15 disparos. Luego se subieron de nuevo al auto y escaparon junto a dos cómplices que estaban en el interior.

Lazarte sufrió un tiro en la zona de la axila y por sus propios medios se trasladó al Hospital Interzonal de Agudos, de donde esta noche fue dada de alta.

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Según confiaron fuentes de la investigación a LA CAPITAL, los hombres buscaban a Marcelo Jiménez (37), un reconocido integrante de la barra de Peñarol, quien este lunes a la noche a través de su cuenta de facebook se despegó del ataque a la sede de Quilmes. “Me presenté a la justicia para aclarar que no tuve nada que ver y quedar a disposición”, afirmó.

Testigos del hecho afirmaron que los atacantes tenían puesta la remera del conjunto “milrayitas”, pero en la justicia creen que las pueden haber utilizado para despistar. “Si bien se están tratando de determinar los motivos que produjeron el ataque, las hipótesis principal es que se trató de una respuesta al tiroteo a la sede de Quilmes”, afirmó una alta fuente de la investigación.

Los motivos por los que eligieron la vivienda de Jiménez para perpetrar al ataque aún no fueron esclarecidos.