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Cultura 28 de noviembre de 2016

Una reina sin corona: Cansancio

Por Luciana Balanesi

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Nunca dejé de escribirte. Tengo la convicción que desde donde sea que estás nos ves, nos cuidás, nos observás. Llegan las semanas en que se cierran ciclos, se hacen despedidas, se proyectan vacaciones, y se hace el balance del año que está por terminar. Y no doy más. No puedo más. No sé si, a este mismo ritmo, llego a diciembre…

Recién, siendo las 2 de la madrugada encuentro el tiempo para dedicarte estas líneas. Es que cambió todo tanto desde que te fuiste. Acabo de terminar de coser la túnica de ángel que va a usar Lulú en el acto de fin de año. ¡Ay si la pudieras abrazar! Mañana es un día intenso. Tengo la reunión con los directivos de la empresa y debo hacer una exposición de los logros en mi área. Mucha presión ya que la competencia se ha vuelto descarnada. Estoy agotada.

El tránsito por la ciudad se está volviendo una pesadilla cotidiana. Las colas cada vez que hay que pagar servicios o impuestos. A los chicos que, pobres, hay que llevarlos a hacer actividades porque si no se pasan las tardes encerrados en el departamento y encasillados en la pantalla de algún aparato tecnológico. Las plazas, las veredas se han vuelto peligrosas para menores de 14 o 15 años… El consumo se ha transformado en una religión.

Y cuando voy a la salida del colegio las veo, nos veo. Nos observo mujeres del siglo XXI, capaces, profesionales, cuidadas, responsables, a go ta das… Veo que muchas tenemos características similares. El cansancio está presente en la mirada, en la piel. Y casi todas, cuando te saben cómplice, dicen la frase: “No doy más“, y como si no les pasara, como si no nos pasara nada cargamos mochilas, miramos a nuestros pequeños a los ojos y de pasada compramos algo y vamos por la vida sin pausa, autómatas, apuradas, exigidas.

Corremos todo el día pero la falta de aire a esta altura del año ya se hace notar.
Me pregunto si ser mujer en décadas pasadas era más simple. Decidí intentar, al menos este diciembre vivir a tu ritmo Abu. Te extraño.