CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Opinión 18 de febrero de 2018

Vientos de guerra

*Por Raquel Pozzi

Siria se ha convertido en el ojo del huracán. La guerra contra el Daesh/ISIS en estado terminal en la zona de Guta Oriental con el despliegue de las Fuerzas Tigre (Sirias) como la mayor ofensiva anti-terrorista 2018, tomó otro rumbo en la zona noroccidental de Siria, específicamente el cantón de Afrin (en kurdo “Efrin”) con aproximadamente 500 mil habitantes donde la mayoría pertenece a la etnia kurda, zona denominada Kurdo-Dagh/montaña de los kurdos donde se está librando una batalla que ya lleva 1 mes por parte de Turquía que aduce proteger su frontera contra las “unidades de protección popular kurdas” YPG. El dilema se centra específicamente en la protección bipolar que han recibido las YPG y que han obligado al gobierno de Erdogan a negociar de manera aleatoria con Rusia y con EEUU. Paradojas del comportamiento ambivalente de Turquía que podrán ser comprendidas a través de las acciones que Ankara efectivizó poniendo a prueba juegos geoestratégicos muy comprometidos.

El ojo del huracán desde Afrin a Manbij ha levantado polvareda entre las montañas empañando la visión en un intento por comprender el ensañamiento de Erdogan contra las YPG alegando que las mismas son el brazo armado del PKK (Partido de los trabajadores de Kurdistán) considerados como rebeldes o terroristas kurdos y que operan en Turquía y el Kurdistán iraquí. Si observamos el mapa, la zona en cuestión comprende aproximadamente 30 km de extensión, para Turquía ese espacio está dominado no sólo por los Kurdos sino también por el ISIS, muy cuestionable a estas alturas ya que el mismo Erdogan se ha jactado de haber tenido éxito con la Operación “Escudo del Eufrates” (liderada por Turquía y el Ejército Libre Sirio contra el ISIS), sin embargo la desconfianza hacia Ankara toma protagonismo en la mesa de negociaciones por apoyos sui generis que las fuerzas militares turcas han otorgado al ISIS para terminar con poblaciones kurdas, la piedra del zapato que molesta a Turquía y que ha puesto en jaque a la región por el encono agravado por las alianzas y el coqueteo nefasto no sólo con el Daesh/ISIS sino también con el grupo yihadista salafista Hayet Al-Tahrir (Frente Al-Nusra y Al-Qaeda).

Juego peligroso

En general, los países occidentales inmiscuidos en la guerra de Siria contra los rebeldes y el Daesh no han querido intervenir en un conflicto que sólo compromete a Turquía y la población kurda, sin embargo acuerdos enlodados por la confusión comenzaron a visibilizarse. EEUU estuvo unida a las YPG para unificar fuerzas contra el ISIS pero prometiendo mantener bases operativas al “este” del Éufrates una vez que Manbij fuese liberada del ISIS, pero esto no fue promesa cumplida y aquí radica la errata, Turquía solicitaría la cooperación de EEUU y los kurdos de Afrin dependerían de la protección de Moscú como también del estado Sirio ya que toda la región circundante es un verdadero entuerto para V. Putin como Bassar Al Assad por la compleja razón que al sur de Afrin comparte fronteras con Idleb y Alepo controladas por grupos islamitas y grupos insurgentes sirios pero al sureste de Afrin los pueblos de Nubul y Zahrá son de mayoría chií, todo indica que un solo movimiento en falso despertaría la furia de Irán contra Turquía y otra vez volvería a foja cero la guerra. V. Putin está doblemente comprometido: por un lado con Recep Erdogan quien lo puso entre las cuerdas señalando con el dedo los oleoductos que empresas rusas Transneft; Gaspromneft y Rosneft tienen en el Estrecho de Bósforo como también los 170 km del gasoducto Turk Stream en el Mar Negro, ante tamaña advertencia V. Putin se descalzó para no hacer ruido en la huida del conflicto, sin embargo por otro lado Basar Al Assad instantáneamente le recordó la foto del abrazo enternecedor que recorrió el mundo poniendo a los dos líderes en la cumbre del triunfo contra el yihadismo y los intentos nacionalistas de los rebeldes sirios. Entonces, Afrin es la migraña que ataca a Turquía; EEUU; Rusia y Siria hasta ahora.

Vientos huracanados y peligro de guerra

 

El avión F-16 israelí derribado por el sistema anti-aéreo S-200, dejó sin respiración al mundo y paralizó el corazón de los observadores de la geopolítica mundial el derribo por parte de Israel del dron de combate iraní Shahed 141 enviado desde base iraní para operar en Siria, el ataque de Israel al dron se basó en el supuesto que éste violaba el espacio aéreo. Si hasta ahora los involucrados son Turquia; EEUU; Rusia y Siria, el cruce de fuerzas entre los acérrimos enemigos: Israel e Irán provoca el alarido ¡Vientos de guerra!

Por otro lado, Egipto abatía a yihadistas en la Península del Sinaí en la Operación Sinaí 2018 legitimando de alguna manera las pretensiones presidenciales de marzo 2018 del actual presidente egipcio Abdel Fatah Al Sisi. De manera urgente D. Trump envió al Secretario de estado Rex Tillerson al Cairo para apaciguar los vientos con la orden que Egipto levante el cerco fronterizo en “Rafah”, ciudad de Palestina en Franja de Gaza, para no enrojecer más la región provocando a Hamas y Al-Fatah porque sería la excusa urgida por Hezbollah/Líbano para seguir las órdenes de Irán.

Esta situación sería letal para Israel porque la rispidez dentro del mundo islámico se atenúa cuando el enemigo en común desafía. Hamas amenaza y células del grupo Yihad Islámica que preparaban atentado contra el ministro de defensa Avigdor Lieberman fueron desarticuladas por fuerzas de seguridad Israelí en un contexto de delicado momento de política interna que B. Netanyahu atraviesa acusado de actos de corrupción, pero el avión de combate F-16 derribado fue la bocanada de aire fresco para el mandatario Israelí.

El peligro de una guerra a nivel global late cada vez con mayor intensidad, los talibanes y el Daesh se enfrentan por el dominio territorial de Afganistán y Pakistán (la 6ta. Potencia nuclear a nivel mundial). Si los grupos yihadistas lograsen cruzar las zonas montañosas a lo largo de la porosa frontera entre Pakistán y Afganistán se avecinarían graves problemas. Vientos de guerra no pretende anunciar el Apocalipsis pero si despabilar y aventar el simplismo que se intenta otorgar al conflicto en la frontera de Turquía y Siria. Son los actores, son las alianzas y las deslealtades que se ciernen en pos de lograr una porción territorial en Siria e Irak, territorios que serán re-definidos siempre y cuando el ojo del huracán no amplíe su esfera y arrastre con él las aguas del Mar Rojo, Mar Árabigo, Mar Caspio y Mar Negro engendrando una colosal muralla de agua que se desplomará por los continuos vientos de guerra.

 

 

*Analista en Política internacional y Profesora en Historia.

Twitter: @raquelpozzitang



Lo más visto hoy