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Opinión 22 de marzo de 2017

Apuntes sobre Aprender

Por Sebastián Puglisi

Como sostiene la pedagoga argentina Alicia Camilioni, “Evaluar consiste en emitir juicios de valor acerca de algo. Estos juicios tienen una finalidad. La evaluación no tiene un fin en sí misma. No se avalúa por evaluar. Se evalúa para tomar decisiones con respecto a la marcha de un proceso”.

Cuando en octubre del año pasado se implementó la evaluación denominada Aprender, los docentes ya sabíamos cuál iba a ser el resultado. La verdad que a nosotros, no nos sorprendió.

Recuerdo, por si queda algún desprevenido, que el examen previó que participaran de manera obligatoria todos los y las estudiantes de gestión pública y privada que estuviesen cursando el sexto grado de la primaria y quienes estuviesen en el sexto año de la escuela secundaria. Se examinó en las cuatro áreas (matemáticas, lengua, sociales y naturales), pero además se lo hizo también en lengua y matemática a algunos cursos de chicos y chicas de tercero de primaria y de tercero de la secundaria.

Cerca de 1.400.000 estudiantes en casi 30.000 escuelas de todo el país.

A pocos meses de esa evaluación, comienzan a conocerse los primeros resultados. Y como decía, no sorprenden. Pero no sorprenden porque el desfinanciamiento del sistema educativo tiene varias décadas en nuestro país. Esto no lleva semanas o meses. Esto lleva décadas.

Honestamente no puedo juzgar la calidad de la herramienta porque no soy parte de su elaboración, pero me permito hacer algunas reflexiones.

Pregunto:¿sirvió esta evaluación? ¿para qué?¿a quién le sirvió?

El diagnóstico lo teníamos: los chicos no están aprendiendo en la escuela los conocimientos mínimos y básicos que les permitan proseguir estudios superiores o incorporarse al mundo del trabajo.

Todos en el sistema educativo sabemos que los diagnósticos están hechos. Y todos sabemos que buena parte de los estudiantes no atraviesan los niveles del sistema educativo aprendiendo lo que nos piden los diseños curriculares.

También sabemos que este tipo de exámenes no “miden” cuestiones que consideramos básicas y que ocurren en la escuela: la capacidad de emocionarse, la solidaridad, la empatía, el compromiso, el trabajo en equipo. No todo lo valioso es cuantificable. También sabemos los docentes que un examen es una “foto”, es un recorte del momento y que nosotros evaluamos “películas”, es decir procesos, si se me permite la comparación.

El operativo de evaluación, está previsto en la ley nacional de educación, pero Argentina desde hace varios años ha tomado la decisión de integrar el grupo de países que evalúan a sus estudiantes en un sistema internacional de evaluación como lo es la prueba Internacional PISA (por sus siglas en inglés: programa para la evaluación internacional de alumnos Programme for International StudentAssessment)

Es una instancia en la que los países piden intervenir. No quiero analizar el dispositivo…pero hablamos desde hace tiempo de Finlandia como el modelo a seguir como si los sistemas educativos se desarrollaran más allá de los contextos socioculturales en los que están inmersos.

Por lo tanto debemos ser cuidadosos a la hora del análisis, ya que en algunas oportunidades, los resultados sirven solamente para reforzar conceptos: norte rico sur pobre y dentro del sur pobre los chicos más pobres. Entonces hacemos responsables de esto a los chicos más pobres. Y así solemos pensar. Creo que hay que ser, reitero,  cuidadosos y además, serios.

El resultado de “Aprender” refuerza conceptos que circulan en algunos sectores de la opinión pública: la escuela privada es mejor que la pública y las provincias más ricas, tienen mejor educación que las más pobres. Y otro dato más: el entorno familiar determina en buena medida las trayectorias escolares.

Particularmente siempre fui crítico de los operativos de evaluación. Pero no hay duda…ninguna nuda, que los resultados permiten tomar decisiones…generar políticas públicas que van desde decisiones pedagógicas hasta de implementación de presupuestos.

Si las condiciones estuviesen dadas, si todos hiciésemos lo que nos toca, si los docentes cambiásemos nuestras prácticas, si los directivos supervisaran como corresponde, si los supervisores recorriesen las escuelas, si las autoridades educativas gestionaran de manera tal de tener las escuelas en condiciones, tal vez la realidad sería otra. En muchos casos no es así.

El temor que personalmente tengo es que enseñemos y formemos para ser eficaces en una prueba y perdamos de vista la pasión, el deseo, la alegría que debemos tener en la escuela los que enseñamos y los que aprendemos.

De todos modos, insisto, sabemos que los números sirven para generar políticas públicas. Se evalúa para tomar decisiones con respecto a la marcha de un proceso, decía al comienzo. En nuestro sistema educativo hay muchas decisiones por tomar.

Se propone entonces un proyecto de ley Decenal de Educación o también llamado Plan Maestr@ que se propone implementar entre 2016 (año de la primera evaluación) y el 2026. Este Plan prevé entre otras cosas: que el 100% de niños y niñas en el 2026 tengan garantizado su lugar en sala de 3 años del jardín de infantes, que el 100% de los jóvenes que ingresen al secundario obligatorio lo terminen, que los adultos de nuestro país que no pudieron, terminen su escolaridad secundaria, que chicos y jóvenes estén más tiempo en la escuela, entre varios más.

Por supuesto que las metas son loables. La cuestión será su implementación. Hay que generar consensos y espero que así sea ya que no sabemos quién va a gobernar a 10 años. Por otro lado habrá que cambiar la carrera docente, habrá que invertir y mejorar presupuestos. Tendremos que pensar en una escuela de jornada extendida, pero para eso hay que mejorar infraestructura.

Se supone que los resultados, las estadísticas, los números duros y fríos les dan indicios a los gobiernos para generar políticas públicas que intenten revertir las situaciones injustas. Espero que este operativo haya servido para eso.

Tendrá que haber voluntad política.

Aspiro a que el próximo anuncio como parte de un gran acuerdo sea realizado por una mesa en la que estén representados todos los partidos políticos de nuestro país. Será la manera de comunicar que es una verdadera política de estado.

Ojalá no me equivoque.



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