El resultado de la autopsia del doble crimen ocurrido en el barrio las Dos Marías reveló un dato estremecedor: Lidia Alicia Corbo (69) recibió 60 puñaladas.

En cambio, su marido, Antonio García (70), fue asesinado por un corte profundo en el cuerpo que estuvo cerca de decapitarlo.

La saña con la que ocurrió el doble crimen es un indicio para los investigadores. “Hubo un gran nivel de violencia. Demasiada. Esto revela una fuerte carga emotiva. Una intencionalidad de desquite”, le confió a LA CAPITAL una fuente consultada con acceso a la causa.

La autopsia a los cuerpos de las víctimas finalizó el sábado pasadas las 23 y a partir de los datos recibidos el fiscal Alejandro Pellegrinelli profundizó la hipótesis de que la pareja podía conocer al o los asesinos. De todas maneras, no se descarta que los crímenes fueran cometidos durante un robo.

Para comenzar a esclarecer lo ocurrido, los investigadores tienen una prioridad: encontrar la camioneta Partner blanca que falta de la casa ubicada en Fitte 1839. La Policía reveló que el vehículo tenía la patente DHM 641 y llevaba un calco que identificaba que el conductor era discapacitado. Según pudo confirmar LA CAPITAL, la camioneta llegó a observarse al analizar las cámaras de seguridad de la zona donde ocurrió el crimen pero no se le pudo observar el rastro ni identificar al conductor. “Se captó desde muy lejos”, aseguró un investigador.

El brutal crimen fue descubierto por el hijo de Corbo el sábado por la mañana cuando llegó de visita a la casa. Al llamar y no recibir respuesta se asomó y vio los dos cadáveres en medio de un reguero de sangre.

Minutos más tarde, en medio de una gran conmoción, personal policial de la comisaría decimosexta arribó y constató los fallecimientos. Antes que cualquier otro dato, lo que llamó la atención fue la violencia ejercida por el homicida y un faltante fundamental: la camioneta utilitaria que estaba sobre la trotadora. Además una computadora.

La escena del crimen reveló que el ataque se produjo en el horario de la cena del viernes. Sobre la mesa principal de la casa ya había sido servido el matambre a la pizza que la pareja iba a comer.

En la reconstrucción realizada, los investigadores sostienen que hipótesis que primero fue asesinado García. “Parecía como si hubiera recibido un machetazo”, reveló una fuente consultada sobre la profunda herida que sufrió en el cuerpo.

En cambio, a Corbo la mataron en una sala donde estaba la computadora y una mesa. Los rastros en la escena del crimen serían indicios de una persecución. La autopsia reveló que fueron 60 las puñaladas. “Al hombre lo mataron con una clara maniobra de ejecución sin posibilidad de defensa. La mujer parece haber ofrecido oposición”, explicó un investigador.

Uno de los factores que refuerza la hipótesis de que las víctimas conocían al asesino es que no hubo puertas ni ventanas forzadas y que el enorme perro Mastín Napolitano que la pareja tenía como mascota mantuvo una llamativa calma.