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Policiales 17 de mayo de 2017

Analía Schwartz: “Esto te arruina la vida, pero yo voy a intentar reconstruirme”

Tras conocer el fallo que la absolvió, Analía Schwartz se tomó un tiempo para estar con sus afectos. Ya por la tarde recibió a LA CAPITAL en su casa del barrio Bernardino Rivadavia.

Llega una amiga y espera a que Analía Schwartz termine de agradecer. Es una nueva llamada telefónica de alguien que la felicita y le reitera que siempre creyó en ella. La amiga espera hasta que finalmente se funden en un abrazo y un llanto contenido.

Hace solo horas que ese gran peso de la acusación por los aberrantes episodios de abuso sexual contra sus alumnos de jardín ya se diluyó en las palabras de otra mujer. De la secretaria del Tribunal. “Cuando dijo la palabra unánime sabía que era absolución”, dice Analía ya librada, por un rato, de saludos y cariños. Ahora se apoya en la mesa de su comedor, cierra la puerta corrediza de la cocina y acepta el diálogo exclusivo con LA CAPITAL.

-¿Tuviste miedo de que la Justicia te diera la espalda?

-Por más que sabés que sos inocente nunca sabés. Vos confias en que el Tribunal tiene que decir que sos inocente, pero también pensás en que nunca tuviste que estar imputada y con eso se equivocaron… Esto me pasó cuando declaré. Dije… ‘me saqué una mochila de encima’, porque pensé que ahí se terminaba. Para mí fue todo un juego que no sabía jugar. Y cuando estaba conociendo el casillero, me empujaban a otro.

-Pasaron cuatro años desde el comienzo de todo esto hasta llegar al juicio…

-Llegar a un juicio sin pruebas. No sé si fue por la presión mediática… Yo calculo que fue eso, fue presión. No llegar al juicio con tanta gente atrás, con todo lo que se habló… no es que lo justifico al fiscal tampoco, pero si lo hubiera pensado mejor creo que le hicieron más daño a los chicos, con las cámaras Gesell. El titulo de esto no fue “Niños dijeron ser abusados”, no, acá fue, “Los padres dijeron que sus hijos dijeron haber sido abusados”.

-¿Habías tenido algún problema con los padres de los chicos antes de las denuncias?

-Nunca tuve ningún problema. Eso me lo preguntó el abogado Sivo para decir que no había habido ninguno excusa para hacerme esto si yo me llevaba bien con los padres. Falso. Nunca tuve ningún inconveniente con los padres. Jamás una situación. Nada. Irme, saludarlos, siempre los saludaba. También Sivo, o el particular damnificado como le gusta decir a la doctora Perelló, tenía problemas porque yo saludaba a la gente o abrazaba a la gente. Mi relación con los padres fue perfecta. Hay una madre denunciante que es de esas madres que viven en el colegio y si no hay problemas los buscan. Incluso iba a actos en los que no actuaban sus hijos.

-Vos sos madre. Imaginate si uno de tus hijos te llegaba con esa historia…

-Es que me pasó. Yo soy madre y tuve el episodio de que mi hijo era un supuesto abusado de Fernando Melo Pacheco. Yo en esas charlas, en esos gritos de las madres aquella vez, pensaba… no puede ser que no fuera cierto. Esa desesperación de madre. Pero yo hablé con mi hijo y con el pediatra. Y cuando me dijo lo bueno que era el profe, nunca más le insistí.

-¿No entendés entonces la reacción de los padres?

-Entiendo la reacción cuando transcurrieron los testimonios de algunos padres. Algunos querían saber, interpretaron cosas por lo que les dijeron otros padres. Pero otros directamente no. Había madres que me querían conocer, que querían entender. A esas sí las entiendo. Pero a otros no.

-¿Cómo convivís con el hecho de saber que la gente puede seguir pensando que sos capaz de hacer esas cosas?

-Es terrible. Es más terrible que los chicos lleguen a pensar cuando sean grandes que sí les sucedió y que yo les hice algo. Los padres dicen que le siguen preguntando al día de hoy. Vos no querés recordarle a tu hijo algo malo, como padre, como madre, no insistís. Acá se insistió y los adultos no me interesan lo que piensen. Si tienen una pervesidad en la mente es de ellos. Pero que el niño crezca con ese pensamiento es feísimo. Que se acuerden de mí como esa persona me mata. El adulto no me interesa. Incluso te digo más, cuando los adultos daban testimonio y yo los escuchaba, no estaban hablando de mí. Era otra persona. No me conocían. Hablaban sin conocerme.

-¿Qué le pasa a la sociedad que da por cierto un hecho no probado y lo propaga como si nada?

-Nos pasa de que no se pagan las consecuencias. Hay impunidad. No quiero decir que es una denuncia de moda pero pasa mucho con el tema de la falsa denuncia cuando una pareja se pelea. Se distancia y la mujer le hace una denuncia por abuso. Es la denuncia fácil. Esto me hizo meterme en el tema y le pasa a mucha gente en todo el país.

-Apenas se conoció el fallo te abrazaste con tus defensoras y agarraste el teléfono…

-Le mandé mensajes a mi familia y a mis amigos. Te puedo asegurar que hubo amigos nuevos el 9 de septiembre y se metieron a fondo conmigo. Mis colegas también me apoyaron mucho pero no lo hicieron por convicción y por pensar… ‘no, Analía no sería capaz’ sino porque ellas estaban ahí. Sabían que no podía ser cierto todo.

-¿Vos crees que haya padres capaces de mentir con semejante tema para buscar otro fin que no sea la verdad?

-Al principio creía que no. Pero se fueron sumando padres con diferentes intereses. Se sumó uno que lo habían echado del colegio. Otro padre que estaba relacionado al mundo del delito. Creo que los padres son capaces. Mirá yo fui al día siguiente a la escuela a aclarar la situación si los padres tenían alguna duda. Lo entendieron los directivos de la escuela también. Eso se terminaba ahí. Hacíamos la reunión, aunque yo creía que no era conveniente participar, nos sacábamos todos las dudas y listo. Pero ellos no querían aclarar, incluso hay un audio en el que se escucha a los padres decir que a la Seño Laura no la iban a meter en la denuncia. Me vieron un blanco fácil, la última en entrar a la escuela…

-¿Los padres mentían o estaban confundidos?

-A la vista de todos era obvio que lo que decían los padres no coincidía con lo que decían sus hijos muchas veces. Los padres mentían, era obvio, inventaban conversaciones. Ahí me di cuenta de que estaban mintiendo. Cuando ellos pasaban y daban testimonio yo intentaba pensar qué tenían en la cabeza. No sé qué tenían, un problema anterior, no lo sé….

-¿Con el fiscal Castro también estás disconforme?

-Al fiscal le faltaba hacer el abrazo de oso como hacen los de rugby. Yo pensé que era la defensa por un lado, la querella por el otro y el fiscal por el otro. Se pasaban papeles entre ellos. Eran un grupo: ellos contra mis abogadas. Está claro que ellas no necesitan nada más, pero me acuerdo que cuando declaré llegó Sivo con siete personas de su equipo, Prada o Toscano, eran como diez, contra ellas dos solitas. Puede venir un batallón que nadie podrá contra ellas. El fiscal pudo haber retirado la acusación a tiempo.

-¿Qué le dirías a los padres?

-A los padres no puedo decirles nada porque no creo que puedan entender. Si ellos tienen un poco de amor por sus hijos pueden hacer algo: querer saber lo que pasó. Que hable con quien sabe lo que pasó, porque hay algunos que saben y otros que siguen negados, como el peluquero que sigue golpeando rejas. A él yo le pido que vea la declaración que hizo su mujer y la cámara Gesell de su hijo. Porque acusaron sin saber.

-¿No hay en ningún lugar de tu voluntad un espacio para entenderlos?

-No, me dan mucha lástima sus hijos. No los puedo entender porque lastimaron a los míos. No soy quien para perdonarlos tampoco, además van a seguir en su postura. Ellos si en algún momento quisieran hablar conmigo yo no tengo problemas. Si quieren pasar un día conmigo y me dicen que quieren conocerme yo no tengo problemas. Pero que quede claro algo: los chicos no mienten. El relato que consideran verdad se lo impusieron los padres.

-¿Pensás volver a la docencia?

-Realmente sé que nunca más voy a poder trabajar con chicos. Esto te arruina la vida pero yo voy a intentar reconstruirme. La docencia… si, ponene cuatro cámaras en un aula y dos en los pasillos, aunque… si lo pienso bien, por más que pongan cámaras ¿quién va a querer mandar a sus hijos conmigo?



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