VILLA GESELL ? La denuncia de una vecina ante el servicio local de promoción y protección del menor de Villa Gesell, que luego trasladó el caso a la Justicia, marcó el inicio de una investigación sobre una serie de delitos aberrantes contra, al menos, cuatro hermanos menores de edad.

Los hechos fueron, presuntamente, cometidos por la madre, identificada como Carolina S., y su pareja, de nombre Ramón G.B., sobre quienes, además, se sospecha que vendían los servicios sexuales de los niños a un policía, Carlos G., que prestaba funciones en esta localidad y que resultó detenido en las últimas horas.

La historia también podría involucrar a un grupo de otros efectivos policiales que desempeñaban su labor aquí según la investigación llevada a cabo por la fiscal geselina, Verónica Zamboni, y que apunta a reiterados hechos de violencia, abusos sexuales y prostitución infantil.

Sobre el efectivo, detenido tras una serie de allanamientos realizados la semana pasada, recayó la sospecha por "promoción de la prostitución de menores de edad agravada por mediar abuso de autoridad, violencia e intimidación por resultar el autor miembro de las fuerzas policiales y por mediar concesión de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de quien tiene autoridad sobre las víctimas".

La gravedad del caso conmocionó a esta ciudad ya que los implicados fueron la madre biológica de los chicos y su pareja, un hombre oriundo de Paraguay. La mujer había sido detenida en noviembre pasado mientras que el padrastro de las víctimas se encuentra prófugo con pedido de captura nacional e internacional.

La mamá de los menores, en primer término, se negó a prestar declaración indagatoria en tanto que la Justicia ordenó su prisión preventiva a instancias del juez de Garantías, Diego Olivera Zapiola, del Departamento Judicial Dolores.

Los chicos, que en la actualidad tienen entre 5 y 16 años, habrían sufrido los abusos desde 2009 hasta 2015 cuando comenzó la investigación a cargo de la UFI 6 de Villa Gesell a raíz de la denuncia de una vecina del asentamiento denominado "Las Praderas", ubicado en Circunvalación y 131, donde residía la familia.

Según relató la denunciante en declaraciones periodísticas, se enteró del desgarrador panorama debido a que una de las víctimas decidió irse de la casa donde era sometida a la aberrante situación y, de a poco, le confesó algunos de los hechos.

Luego, la fiscalía detectó que el problema que a priori se presentaba como intrafamiliar involucraba a terceras personas por lo que solicitó la detención del policía que finalmente se concretó la semana pasada. A pesar de las detenciones, la vecina manifestó que fue amenazada en dos oportunidades por lo que cuenta con custodia policial.

Estos episodios recién fueron difundidos públicamente ayer a través de un informe periodístico presentado por el canal de noticias C5N, ya que la información era mantenida en reserva por el tenor de los hechos que involucraron a menores de edad. Cabe destacar que la guarda de los niños se encuentra de forma provisoria en manos de otra familia del barrio que cuidó de ellos en los últimos meses.