Hace pocas horas, a los noventa años- había nacido en Concepción, Tucumán el 13 de agosto de 1919-, falleció en La Plata Jorge Everardo Kistenmacher, de reconocido paso por el deporte nacional e internacional. Ejemplo claro de aquella Argentina en la cual los inmigrantes construirían familias basadas en la cultura del trabajo, en la cual sus hijos podrían aspirar a un futuro mejor.

Hijo de Alejandro Kistenmacher, un inmigrante alemán que había dejado Hamburgo antes de la Primera Guerra, Jorge tuvo tres hermanas mujeres y un varón, Enrique, quien fue cuarto en el decatlón olímpico de 1948 en Londres y uno de los más grandes atletas que ha dado nuestro país.

Jorge, al igual que su hermano, fue un destacado atleta de Estudiantes de La Plata, llegando a ser campeón nacional de 110 con vallas en 1941 con 15.7 en el certamen que se realizó precisamente en la ciudad fundada por el Dr. Dardo Rocha a la que había llegado a los 20 años para estudiar Agronomía y ayudar a su familia que ahora estaba en Chaco. "En unos campos donde cultivábamos frutas y verduras y hasta caña de azúcar y donde había gallinas, conejos y producíamos nuestra propia miel", recordaría años después.

Kistenmacher, quien además fue campeón nacional de 400 con vallas (56.9) en 1943, internacionalmente intervino en los Sudamericanos de 1941 en Buenos Aires, en el decatlón, y en el de 1945 en Montevideo en 110 y 400cv. Por esos años ya había abandonado la Universidad y enfilado sus pasos hacia la educación física estudiando el profesorado en el Instituto de San Fernando.

Culminada su actividad como atleta tuvo una destacada labor como docente. En atletismo, entre 1947 y 1960 fue profesor del Instituto Nacional de Educación Física, de 1946 a 1955 en Estudiantes, del ´55 al ´60 entrenador del Club Argentino de Atletismo, de la Universidad Nacional de La Plata entre 1948 y 1954 y de GEBA en los años ´52 al ´54.

Sus estudios y experiencias se encuentran en una decena de publicaciones. En lo personal recuerdo que el primer libro que adquirí relacionado con el deporte se llamaba "Acondicionamiento físico básico", que contenía el desarrollo de la primera clínica atlética que se había realizado en Buenos Aires del 29 al 31 de agosto de 1962, organizada por el Club Argentino de Atletismo y el Circulo Atlético Buenos Aires.

Jorge Everardo Kistenmacher, su hermano Enrique, Fernando Rodríguez Facal (el patriarca que hoy tenemos en la ciudad, que estaba próximo a radicarse entre nosotros), y Enrique Eleussippi eran los cuatro grandes que habiendo sido los expositores fueron los autores posteriores de la publicación.

En la misma Jorge desarrolló "Iniciación a la problemática del entrenamiento" que aplicaría en fútbol, en aquel Estudiantes de La Plata del que fue su preparador físico entre 1961 y 71, en el cual bajo la dirección técnica de Osvaldo Zubeldia se ganó la Copa Libertadores de América (1968, 69 y 70) y la Intercontinental en 1968, nada menos que en el mítico estadio de Old Trafford, dónde el 16 de octubre empataron 1 a 1 con Manchester United, con aquel recordado equipo que integraban Poletti; Malbernat, Aguirre Suárez, Madero y Medina; Bilardo, Pachamé, Togneri; Ribaudo, Conigliaro y Verón.

Aquella noche "La Bruja" Verón, a los siete minutos del primer tiempo había puesto en ventaja a los "pinchas" que corrieron como nunca; gran mérito de la preparación física, para mantener en cero su valla que recién en el minuto 44 del segundo tiempo pudo ser vulnerado por Morgan. Aquel empate los convirtió en campeones dado que en el partido de ida, el 25 de setiembre en la Bombonera, los de La Plata habían ganado 1 a 0 con gol de Marcos Conigliaro.

Años después Kistenmacher logró similar halago con Peñarol de Montevideo. Fue el 12 de diciembre de 1982 cuando el equipo dirigido por Hugo Bagnulo y en el cual descollaban Fernando Morena y Jair Goncálves derrotó en Tokio 2 a 0 a Aston Villa.

Su sapiencia lo llevó asimismo al Selección Argentina, con la cual colaboró en las eliminatorias para el Mundial de 1974. Ciudadano ilustre de La Plata, fue el quien convenció al presidente de Estudiantes Mariano Mangano a comprar los terrenos donde actualmente está el country de la entidad y la cancha de golf.

Entre sus libros dejó "Preparación física para deportes de equipo". Allí desarrolló todos sus conocimientos. En él hay una hermosa introducción del periodista Juvenal, que no tiene desperdicio para entender el verdadero valor de este profesional. Ella culmina expresando firmemente que "a través de un conductor de grupo como Jorge se aprendió que el único límite del esfuerzo humano es el que establece la voluntad".

Se fue Jorge Kistenmacher, un hombre flaco y huesudo de profundas convicciones que nunca olvidó al atletismo a tal punto de que sus cenizas, de acuerdo a su deseo, se esparcirán por la vieja pista de la Universidad Nacional de La Plata.