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29-01-2010

A un toque

Independiente

por Vito Amalfitano

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"El otoño dura lo que tarda en llegar el invierno", canta Joaquín Sabina, en una de las frases quizá menos logradas del gran poeta y cantautor español que hoy se presenta en el Minella de Mar del Plata.

Aunque este otoño del fútbol será muy particular. Empieza en el corazón del verano. Y no esperará la llegada del invierno.

Es que empieza el campeonato más corto del mundo. Dura tres meses y monedas. Arranca con las bochornosas temperaturas de enero. Termina cuando todavía no se instale el invierno, más precisamente el 16 de mayo. El Mundial de fútbol apretó el calendario y como no salimos del corsé de los torneos cortos, todo se resuelve en tres meses. Y en una semana, la primera, la que va desde hoy hasta el 6 de febrero, se jugará más del 20% del certamen. En este contexto, parten con ventaja los equipos que están armados, los que arrancan casi sin modificaciones, los que apenas hicieron retoques para jerarquizar, y entre ellos mucho más los que juegan un solo campeonato, los que no tienen Libertadores.

La ecuación es así: entre los candidatos es inevitable ubicar a Estudiantes de La Plata, el equipo que mejor jugó en 2009, el campeón de América, y que además se reforzó con un futbolista que conoce el equipo y que, además, vino mucho más jugador que cuando se fue: José Sosa, "El Principito" que volvió "Príncipe", un futbolista de enorme talento, que camina con mucha inteligencia la cancha y que entiende muy bien el juego. Pero "el problema" de Estudiantes es que tiene Copa. Es decir que pierde un par de puntos en su candidatura, que igual es muy fuerte, por afrontar dos competencias a la vez y en un más breve lapso de tiempo que lo habitual. Esto incluso a pesar de que la Libertadores se interrumpe por el Mundial.

Vélez y Banfield son los dos últimos dos campeones locales, y ninguno de los dos se desarmó demasiado. Aunque con un detalle que los diferencia: Banfield perdió nada menos que a su goleador, Santiago Silva, que casualmente pasó a las filas del otro, Vélez, que ahora disfruta sobreabundancia de delanteros. Ambos equipos tienen el mismo "problema" que Estudiantes, aunque quizá Vélez pueda hacer valer un mayor recambio.

Lanús, Newell's y Colón están en las mismas condiciones. Lanús sumó a Castillejos, pero restó a Salvio. A rosarinos y santafesinos ya se les complicó el comienzo en la Copa y después de los desquites del 10 de febrero se sabrá para que están.

Esos son los cinco que están condicionados por la Copa pese a que arrancan en el Clausura con la misma estructura del Apertura.

En consecuencia, es, a priori, un campeonato de gran oportunidad para los cinco grandes, que pueden encontrar el lado positivo en la situación negativa de no jugar la Libertadores.

Pero de ninguna manera los cinco llegan igual a este Clausura. Quizá el más armado, y por consiguiente, el gran candidato, es Independiente, aun habiendo perdido a Carlos Matheu por la desgraciada lesión sufrida con la Selección Argentina ante Costa Rica. Es que el equipo de Américo Gallego tiene a una delantera probada, Gandín y Silvera, cuenta con uno de los mejores volantes centrales del país, de gran actuación en el anterior torneo, Walter Acevedo, Busse y Piatti son dos jugadores de capacidad probada a sus costados y esa estructura armada se jerarquizó sobremanera con la llegada del enganche Leandro Gracián. Queda nada menos que el talentoso Patricio Rodríguez como alternativa. Y también tiene a Fredes de vuelta.

Probablemente el que mejor se reforzó fue Racing, con dos delanteros de nivel como Gabriel Hauche y Claudio Bieler, más la experiencia internacional de Lucas Licht, pero el problema es justamente de tiempos. No se trata de una estructura ya armada y probada en el campeonato pasado.

River está mucho mejor que el año pasado, con la llegada de dos defensores previsibles como Ferrero y Díaz, por la frescura del paraguayo Rojas y los pibes Villalva y Funes Mori. Pero sería pretensioso ya dar como candidato a un equipo que peleó los últimos puestos en los últimos campeonatos.

Y Boca sumó un refuerzo de jerarquía como Jesús Méndez. Pero perdió demasiado en pocas horas: entre otras cosas a sus dos DT más exitosos, Bianchi y Basile. Y arranca el campeonato con muchas dudas: los problemas físicos de Riquelme; una defensa que "no da pie con bola"; y un técnico capaz, que conoce muy bien al plantel, pero que lo toma en la última semana y sin haber comandado la pretemporada.