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31-10-2012

Temperley cumple 100 años

Temperley, una de las entidades más populosas del sur del Gran Buenos Aires, cumplirá mañana el centésimo aniversario de su fundación, enarbolando como estandartes principales el sentido de pertenencia a un barrio y el amor por la pelota.

BUENOS AIRES.- El club de Turdera supo gozar de las mieles de jugar en Primera División (en dos períodos distintos) y también vivió el ostracismo de quedar al margen de los campeonatos de AFA, durante casi dos años, a raíz de la quiebra decretada en 1991 

La institución fue fundada oficialmente el 1 de noviembre de 1912, aunque dos años antes, un grupo de muchachos había dado el puntapié inicial para la constitución de un núcleo deportivo, más allá de los típicos `picados` que se disputaban en los baldíos de la zona. 

Es que en homenaje a la Revolución de Mayo de 1810, un grupo de adolescentes de entre 13 y 16 años se juntaban a patear, bajo el nombre de Centenario, en un terreno que delimitaban las calles 25 de Mayo, Brandsen, Pichincha y Suárez. Vestían camisetas celestes y blancas. Fue el prólogo de lo que ocurriría dos temporadas después. 

En una Asamblea realizada en el viejo Colegio Arias se juntaron José Luis, Alejandro y Carlos Tagliani, Domingo y Félix Paglia, Antonio Scardini, Salvador Muller y Arturo Cordero. Entre todos firmaron el acta constitutiva del “Club de Football Centenario-Temperley”. 

La casaca inicial fue de color rojo en el bolsillo, con cuello y puños verdes. La primera cancha se ubicaba en las inmediaciones del actual Hospital Español, de Temperley, aunque luego se trasladó a Turdera (1917). 

Ese mismo año aparece en la vida del club el dirigente que se convirtió en símbolo y luego le dio denominación al actual estadio: Alfredo Beranger, quien impulsó obras y consiguió logros. 

A partir de 1919, el club empezó a competir formalmente en la Segunda División de la Asociación Argentina de Football (AAF). Todavía bajo la denominación Centenario, la institución compitió en dos certámenes, clasificándose cuarto (1919) y sexto (1920). 

Ya como Temperley, el equipo del Sur del conurbano bonaerense logró el ascenso a la Primera División en 1923, año en el que sufriría un golpe muy duro: la muerte a los 29 años del presidente Beranger, asesinado en un absurdo episodio relacionado con unos terrenos cedidos por el Ferrocarril. 

El titular `celeste` de aquel entonces ya había aportado el dinero suficiente como para adquirir los terrenos en donde se emplaza la cancha actual, sobre la avenida 9 de Julio. El debut en ese escenario se saldó con victoria sobre Sportivo Dock Sud, 1-0 en 1924, temporada en la que se clasificó subcampeón, detrás de Boca Juniors. 

Con el advenimiento del fútbol profesional (1931), Temperley empezó a jugar en la segunda división. Inclusive hubo un par de años en los que se fusionó con el club Argentino y tomó la denominación provisoria “Argentino de Temperley”. 

A principios de los `40, el club empezó a destacarse en los primeros puestos, a partir del notable olfato de gol evidenciado por Luciano Agnolín, quien es el máximo anotador de la entidad, con 128 festejos. 

En 1943, el `Celeste` obtuvo el tercer puesto detrás de Vélez Sarsfield y Unión de Santa Fe, mientras que el apuntado Agnolín hizo temblar las redes adversarias: 41 goles. 

Fue necesario esperar más de dos décadas para que un equipo de la entidad se erigiera en protagonista y estuviese cerca del ascenso a Primera. En 1966 perdió en semifinales ante Deportivo Español. 

Y finalmente, en 1974, con un equipo que empezó siendo modelado por Jorge Ginarte y luego lo condujo Roberto Iturrieta, el `Celeste` alcanzaría la gloria, en un cuadrangular final en el que superó a Unión de Santa Fe, Estudiantes de Buenos Aires y Lanús. 

Algunos de los jugadores que quedaron en la gloria en ese primer ascenso son el arquero Néstor Hernandorena, los defensores Carlos Panizo y Rubén Di Bastiano, los mediocampistas Mariano Biondi, Horacio Magalhaes y Alejo Escos, además de los delanteros Horacio Corbalán y Pedro Patti, goleador del campeonato con 14 tantos. 

En el círculo privilegiado del fútbol argentino, Temperley se mantuvo en esa primera experiencia durante tres temporadas y regresó a la Primera B en 1977. 

Pero hubo un conjunto que causó sensación en el Nacional 1975 (se clasificó a la ronda final de ocho) y recibió una invitación para realizar una gira internacional por Zaire, durante el verano del `76. Ese periplo exótico por Africa derivó en tragedia. 

Es que la juvenil promesa Oscar Suárez enfermó de paludismo en el llamado `Continente negro` y no pudo recuperarse una vez en Buenos Aires, falleciendo a los pocos días del regreso en el Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora. 

En la segunda categoría del fútbol local, el `Celeste` coleccionaba campañas discretas hasta que en 1982 volvió a codearse con la epopeya, justo en el año en que San Lorenzo transitaba el `deshonor` de jugar por única vez en el ascenso. 

A través de un octogonal definitorio, Temperley logró el retorno a Primera, en una épica final con Atlanta, en cancha de Huracán, en la que la ruleta de los penales benefició al `celeste` por 13-12, luego de que Enrique Hrabina (después pasó por San Lorenzo y Boca Juniors) fallara su remate para el `bohemio`. 

En aquel equipo, dirigido por Carlos Pachamé, revistaban entre otros el arquero Héctor `Mudo` Cassé, el lateral Oscar Aguilar (el jugador que más veces vistió la camiseta del club), el defensor Hugo Issa (después pasó por Estudiantes de La Plata), el volante Hugo Lacava Shell y los delanteros Ricardo Dabrowski y Mario Finarolli, entre otros. 

En el regreso a la elite, Temperley consumó triunfos destacados (3-0 a Boca en Atlanta, 1-0 a River) y consiguió su mejor actuación con el arribo a semifinales en el Nacional 1983, perdiendo con Estudiantes de La Plata, luego campeón de la mano del DT Eduardo Luján Manera. 

En la temporada 1986-1987, el `Celeste` perdió la categoría y descendió a la B Nacional, luego de ser derrotado por Platense por 2-0, en el estadio Tomás A. Ducó. Pero lo peor sobrevino dos años más tarde y no solo con el retroceso a la Primera B. 

Acuciado por una afligente situación económica, Temperley debió soportar la quiebra yque dictó el juez José María Durañona en 1991, liquidando sus activos (los jugadores) e impidiendo que la entidad abriera sus puertas. 

Recién en 1993 y en una divisional distinta a la que estaba cuando sobrevino la “catástrofe” (Primera C), el `Celeste` pudo competir otra vez formalmente en un torneo de AFA. 

El 24 de julio de 1993, después de intensas disputas judiciales, el club enfrentó a Tristán Suárez, con más de 10 mil personas en las tribunas. Para esos hinchas, la gloria consistió, apenas, en portar un distintivo de color celeste, ya sea una remera, una vincha o una muñequera. 

El gol de Walter Céspedes no solo le otorgó la primera victoria al elenco de Eduardo Lendoiro sino que sirvió de inyección para una multitudinaria grey `gasolera` que, a partir de ese encuentro, volvió a renacer. 

En 1995, con el mismo Tristán Suárez como rival, Temperley concretó el regreso a la B Metropolitana. Y un año después subió a la B Nacional, en una seguidilla notable. Pero en 1996-1997 volvió a bajar. 

Hasta que en el Reducido de la temporada 1998-1999, con Horacio Bidevich como DT, el equipo del Sur del Gran Buenos Aires ascendió otra vez a la segunda categoría del fútbol local, luego de doblegar en la final a Defensores de Belgrano (2-1 y 0-0). 

Un año después, el `Celeste` no realizó una buena campaña en la B Nacional y sintió la decepción del retroceso a la B Metropolitana, categoría en la que está desde hace más de una década (2000-2001).

(Télam)