"El escudo se volvió a inflar"
Jorge Falcone, nuevo presidente de Kimberley. La parábola de "Luna de Avellaneda" en uno de los grandes, el club tradicional de la ciudad. Del crecimiento al abismo y ahora al resurgimiento y la actividad plena. Y la virtud de una línea de continuidad, coherencia y conducta después de la conducción de Emilio Van Gool.
por Vito Amalfitano
El Club Atlético Kimberley, un emblema de Mar del Plata, pasó por toda la parábola del drama que vivieron las entidades deportivas en medio del infierno todo que sufría la Argentina allá por 2001 / 2002, a la hora del fin de fiesta del neoliberalismo.
La ficción de "Luna de Avellaneda" se hizo realidad más extrema en la historia real de Kimberley. Porque en la película de Campanella no se trataba de un club tan grande, sí uno de los tantos de barrio que desaparecieron o estuvieron al borde del abismo en los 90. Pero Kimberley tocó el fondo del pozo desde la cima de una de las dos o tres entidades más importantes de Mar del Plata. Uno de los hombres que capeó el temporal en aquellos tiempos, que cada día nos decía que el club no resistía un día más, Jorge Daniel Falcone, anoche asumió como nuevo presidente de la tradicional institución de Independencia 3030. Antes fue invitado por LA CAPITAL para explicar los lineamientos de su mandato y recordar como fue esa parábola para que Kimberley vuelva a ser el que fue.
"Tocamos fondo, como todos los clubes, vos lo veías en el día a día de aquellos tiempos del 2001, yo llegué a abrir el club con 150 pesos, francamente era para cerrar, no nos quedaba alternativa, contábamos los patacones de a uno y llegamos a estar con cinco meses de sueldos de los empleados sin pagar. Había que vender la villa y cerrar, no quedaba otra, pero salimos con el sacrificio, el apoyo de todos", recuerda Falcone, quien por aquellos días "atajaba todos los penales" como gerente del club.
En una década cambió el contexto. Y hoy Falcone asume como presidente de un club que tiene un movimiento de unas 1500 personas por día y cuya actividad social, familiar, deportiva y cultural está a pleno como en sus mejores tiempos.
Pero Falcone vivió todas las épocas. Fue hincha, vocal, prosecretario, secretario general, gerente 11 años, dos veces vicepresidente. Ahora es el presidente, pero en la continuidad de una línea de trabajo.
-¿Qué significa después de haber vivido todo eso en el club llegar a ser ahora presidente?
-La verdad es que lo tomo como algo normal, con total naturalidad. Kimberley es mi casa desde 1969 y como con los muchachos trabajamos juntos desde hace muchos años que yo haya llegado ahora a presidente se toma como algo por decantación. Será que estamos más viejos (risas) y llegó el tiempo... Es algo natural aunque me asusta que hayan pasado tantas cosas y que me parezca que fue ayer cuando me fui festejando en el camión acá a pocas cuadras, a la salida del San Martín, después del 5 a 0 a Independiente... ¡Y tenía 15 años! La verdad es que me pone feliz pero es una gran responsabilidad pero la tomo con naturalidad porque esto no es más que la continuidad de una línea. Fui elegido yo ahora pero por la misma agrupación única que gobierna el club desde hace mucho tiempo en total armonía.
-¿Por qué el cambio entonces?
-Por nada en especial, no es que estamos disconformes con algo. Simplemente que Emilio (Van Gool) estaba hace 13 años al frente del club y somos de los que entienden que los períodos no pueden ser tan largos. Pero tanto no hay ningún tipo de problema que ahora yo lo elegí a Emilio como vicepresidente primero. Esto es una continuidad, pero a mí me gustaría cumplir este mandato de dos años y si está todo bien seguir un período más pero no más que eso.
-Fue duro salir de de aquel infierno en el que particularmente vimos como estaba usted en la primera línea de la "trinchera" cuando los clubes se hundían...
-Se salió con el esfuerzo y apoyo de todos. Se tomó conciencia de salvar al club. Estábamos ahogados. Había cinco meses de sueldos adentro. Y de todos eh, nadie cobraba. Pero todos pusieron el hombro. Claro que cambió el país. Y también hay que decir que en el momento más difícil hubo algunas ayudas extras, como la que nos acercó Juan Garivoto, hay que decirlo. Pero la verdad es que tocamos fondo....
-¿Y ahora se volvió a las mejores épocas de actividad plena?
-Sí, todo empezó a levantar. Yo digo que el escudo de Kimberley estaba desinflado y ahora el escudo se volvió a inflar...
-¿Y en qué hay que cambiar o mejorar? ¿A qué apuntará su conducción?
-Se seguirá una misma línea de trabajo, aunque con la inclusión de directivos jóvenes, para una renovación generacional dirigencial que era inevitable en Kimberley. Y ustedes saben que Kimberley, salvo en aquella época tan dura, siempre está creciendo, siempre está proyectando algo nuevo, mejorando su infraestructura, aunque nunca haciendo locuras. Ahora estamos poniendo en valor los baños turcos, y hay un proyecto, en el gimnasio de planta baja que se inundó para que allí se arme un gimnasio de boxeo.
-No hay que dejar pasar que Kimberley nació del fútbol. Y ahora vuelve al fútbol con representación nacional...
-Es verdad, nació como un club de fútbol pero hoy es un club con fútbol. Nunca debemos perder de vista esto, la responsabilidad que tenemos con las 1500 personas que diariamente pasan por el club no se puede tirar por la borda. Pero claro que nos pone muy contentos lo que está pasando con el fútbol y que tendrá todo nuestro respaldo, pero sin locuras y dividiendo bien los tantos. Por eso la primer medida que tomé fue designar como presidente de la Comisión de Fútbol a Marcelo Cardellino. Hay un gran agradecimiento al impulso que le dio al fútbol en estos años. Y es muy buena gente. El proyecto que llevó adelante con el fútbol es hoy una feliz realidad y le dije que vamos a trabajar codo a codo, que obvio tiene todo mi respaldo, y que se va a ayudar con recursos extraordinarios aunque nunca con recursos ordinarios. Esos no se tocan. Pero la verdad es que las inferiores del club están muy mejoradas y todo el proyecto es muy bueno, con Marcelo, con Carlos Silva, Luciano Mignini, Claudio Cervera y el valioso asesoramiento de dos históricos como "el Gato" Mignini y "Filo"Noselli, y toda la tarea de Fabián Villarreal, Damián García, Angel Fulco y todo el cuerpo de entrenadores.
