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05-01-2014

Otro paso adelante de “Tyson” Ramírez

Derrotó con autoridad a Mariano Díaz Strunz . El púgil de Wilde dominó de cabo a rabo y mantuvo un buen ritmo de pelea ante un rival aguantador. Sólo le faltó el nocaut.

Por Sebastián Arana

Twitter: @sebarana 71

 

 

El regreso al boxeo y la empresa de recuperar el título del mundo que ostentó fugazmente en el año 2009 continúan viento en popa para Víctor Emilio Ramírez, quien se impuso anoche a Mariano Díaz Strunz en fallo unánime (dos tarjetas lo vieron ganador 100 a 90 y la tercera por 98 a 92).en uno de los dos combates de fondo con los que se reabrió el emblemático CEF N° 1, otrora un templo del boxeo en esta ciudad.

Apoyado por una barra que lo alentó ruidosamente a lo largo de todo el combate y por el propio gobernador Scioli que siguió el desarrollo del pleito expectante desde la misma esquina liderada por “Bocha” Martinelli, “Tyson”, con su victoria, conquistó el título latino de los cruceros de la Federación Internacional de Boxeo. Y, de paso, se quedó con la Copa Diario La Capital, puesta en juego para la ocasión y entregada por el mismo Scioli.

Fue cómodo para un Ramírez decidido, agresivo, que desde el tañido de la campana fue a achicar distancias y a buscar situaciones de desborde. No habían corrido más que unos segundos de combate que, con una combinación de golpes a la cabeza, le hizo doblar las rodillas a Díaz Strunz, casi siempre en posición defensiva. De todas formas, el cordobés, casi como única virtud, mostró poseer una buena absorción al castigo, que le permitió sobrevivir en esa primera vuelta que le fue muy adversa.

Ramírez, pese a su empecinamiento por tirar nada más que a la cabeza de su rival, mantuvo la iniciativa en la segunda vuelta, aunque no con la claridad del comienzo. Le costó perforar la cerrada guardia de Díaz Strunz, aunque aplicó la mejor mano, un cruzado de derecha nítido sobre la cara del cordobés.

En el tercero, estuvo cerca de mandar a la lona a su rival con un par de manos por adentro que volvieron a conmover a Díaz Strunz. Para entonces, lo mejor del trabajo de “Tyson” era la continuidad con la que lanzó golpes. Un dato importante si se tiene en cuenta que, desde su reaparición tras un retiro de casi cuatro años y medio, apenas si había combatido un round en Villa La Ñata hace quince días.

El combate comenzó a tomar ribetes de monólogo. Ramírez avanzó siempre y propuso la pelea. Díaz Strunz nunca desarmó su cerrada guardia y apenas sacó las manos. En consecuencia, “Tyson” fue sumando puntos en las tarjetas, aunque alejándose de la posibilidad de un triunfo por la vía categórica. Fueron suyos el cuarto y el quinto.

En el sexto comenzó a acusar síntomas de cansancio -hasta entonces su ritmo de combate había sido bueno- y Díaz Strunz se animó hasta  a jabear un poco con su mano izquierda. 

El séptimo también supuso un “impasse” para Ramírez, que recuperó algo del ritmo en el octavo cuando tocó en la cabeza a Díaz Strunz con una izquierda larga que llegó con claridad y luego lo puso en un aprieto con una derecha muy potente que se filtró entre la guardia del cordobés. 

En el noveno su dominio fue más ostensible todavía y fueron varios los golpes claros que aplicó el de Wilde. El cordobés, con la cara visiblemente marcada por el castigo, volvió a sobrevivir.

Si no lo tiró en el noveno, poco ya podía esperar Ramírez del combate. En el round final, cansado, el triunfo categórico no llegó. No de casualidad Díaz Strunz jamás que noqueado.

Pero su resistencia significó  una buena prueba para las energías de Ramirez. Y estuvo a la altura de las expectativas.