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26-08-2014

Mil días en la vida de River y los cuatro grandes

por Jorge Neri/DYN

En tres años, apenas un poco más de mil días como en los que María Julia Alsogaray prometió limpiar el Riachuelo, River Plate pasó del drama de dar sus primeros pasos en su indeseado tránsito por el fútbol de ascenso a esta realidad dulce de toque y goles.

Eran tiempos opuestos aquellos para los otros cuatro grandes del futbol local, que este fin de semana se arrastraron por las canchas, en su mayoría con goleadas hirientes.

Por esos días de la segunda mitad de 2011, Boca disfrutaba aún del fresco título del torneo Apertura, conducido por Julio Falcioni, el mismo que luego eyectó La Bombonera tras un mensaje de Juan Román Riquelme, quien por estos días está en otro club pero que cuando habla, como ocurrió recientemente, tiene en el estadio "xeneize" su caja de resonancia.

Tras otro traspié sin horizonte de mejora y con un 0-3 ante Rafaela, el cimbronazo llegó hasta Carlos Bianchi, el hombre que llenó de títulos al club y que tiene el pedestal más ancho. Vaya si se sintió que antes de recibir las preguntas en la conferencia post partido avisó que sigue en la pelea.

Hace tres años Independiente empezaba a despedirse ante Gremio en la Recopa Sudamericana de sus contiendas internacionales en las que tiempo antes supo dominar. Un par de años después, dentro de esos mil días, recalaría en el mismo sitial no querido de River pero con el doble de esfuerzo para pegar la vuelta.

En su regreso a la liga mayor, Independiente sigue sufriendo como en el ascenso. La imagen del 3-0 sobre Rafaela en el debut fue el sueño de una noche de verano y Vélez lo despertó con una goleada de pesadilla.

San Lorenzo iniciaba el segmento de sufrir con el promedio hasta llegar a un angustiante final de campeonato que incluyó repechaje para no irse a la B como en 1981, y con huida dirigencial que llevó a Marcelo Tinelli a tomar las riendas. Pasó de los subsuelos a la gloria con el título local que dio paso a la ansiada obtención de la Libertadores. Pero Banfield le dejó en claro que llegó el "fin de fiesta".

Y Racing, siempre con sus ilusiones que se desvencijan en un santiamén. Cuando River transitaba con su tercer triunfo al hilo en la B tras bajar a Chacarita, Independiente Rivadavia y Desamparados, Racing era segundo de Rafaela en la A. No hubo felicidades para la Academia en estos tres años pero tampoco sustos mayores, pese a que en la última temporada volvió a codearse con los que pelean por mantener la categoría.

Pero también pasaron cosas en el singular mundo Racing en estos mil días. Como que echen a un técnico: Luis Zubeldía, y el presidente de entonces, Gastón Cogorno, diga que el próximo entrenador debe tener la línea de... Luis Zubeldía.

Poco tiempo después, Racing pasaba más de medio torneo sin ganar un partido y bochornosas peleas terminaron con Cogorno y su antecesor y fogonero inicial, Rodolfo Molina, fuera del club.

Todo eso ha pasado en mil días. Y las angustias del River de aquellos tiempos peleando por volver, llegan a estos días festivos, de goles y alto nivel de juego.

Hoy Teo Gutiérrez luce de lo mejor en una cancha de fútbol, Rodrigo Mora vuelve al gol, el chico Matías Kranevitter es un león en el medio, y el uruguayo Carlos Sánchez que fue apartado tiempo atrás para liberar un cupo se adueña de la cancha tras marcar rápido a Godoy Cruz para que sus compañeros metan la catarata de cuatro goles en Mendoza.

Entonces este River de Marcelo Gallardo luce como hace mucho no lo hacía River.

El único que sigue firme en lo alto del fútbol es el Vélez que sigue transfiriendo jugadores, con una línea de entrenadores que marcaron el tránsito de Gareca al "Turu" Flores.

En los últimos tres años, el Riachuelo siguió pestilente, como tantos miles de días que han pasado con Alsogaray y otros gobiernos. Pero en el fútbol sí que ha habido cambios.