por Mario Fridman

GOLD COAST, Australia (DyN, Especial).- Dicen que de las derrotas se aprende pero a nadie le gusta perder. Por eso, el balance de la gira de Los Pumas por Oceanía termina dejando un sabor amargo, más allá de que se vieron algunas cosas interesantes y otras en las que habrá que trabajar para mejorar.

Arrancando con lo sucedido en la lluviosa noche de Napier ante los All Blacks, vale rescatar lo hecho en los primeros 39 minutos de juego. Hasta ese instante, Los Pumas, aun cayendo por exiguo margen, ratificaban todo lo bueno que habían hecho en Pretoria y, sobre todo, en Salta ante los Springboks.

Pero en el cierre del primer tiempo y en el comienzo del segundo se cometieron dos errores groseros -sobre todo el del final de la etapa- que terminaron derrumbando al equipo albiceleste. Es sabido que en este nivel ese tipo de fallas se suelen pagar con puntos y los jugadores argentinos las siguen cometiendo. Hay que empezar a evitarlas.

En Australia la historia fue al revés. Los Pumas, que hasta la iniciación del partido habían sido sólidos en las formaciones fijas, volvieron a tener viejos vicios. Fallaron en el line y no supieron como resolver el scrum, siendo dominados como hace rato no se veía en la primera parte.

Si la idea era ensuciarle la pelota al rival, el efecto fue inverso ya que los Wallabies tuvieron comodidad para atacar y complicaron la obtención argentina. Y si no sacaron una diferencia mayor fue por el buen tackle de los argentinos en sus 22 metros o por errores de manejo propios y malas decisiones a la hora de rematar las jugadas.

De ese primer segmento, y los 10 minutos iniciales de la segunda parte, lo poco que se puede rescatar es la capacidad para frenar al rival. Se fallaron pocos tacles a lo largo del partido, pero las veces que el adversario quebró la línea de ventaja, definió.

Lo más rescatable del encuentro ante los australianos fue la capacidad de reacción del final, el hecho de no entregarse. Esta vez el banco de suplentes hizo su aporte y el equipo no se resintió. Hasta se podría decir que mejoró con esos ingresos, algo que no había ocurrido ni en Salta ni en Napier.

Hubo cosas buenas y cosas malas durante el paso de Los Pumas por esta parte del mundo. No se dio un paso adelante como se había dado ante los Springboks, pero tampoco fue grande el retroceso.

De vuelta en la Argentina, habrá que trabajar para que los dos últimos partidos de esta edición 2014 del Personal Rugby Championship le permitan a este plantel seguir creciendo de cara al objetivo principal, que es el Mundial de Inglaterra del 2015. Hacia ahí hay que apuntar.