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19-09-2014

De localías, recaudaciones y esencia

por Marcelo Solari

La decisión de Quilmes de hacer valer su derecho a la localía y jugar el superclásico del miércoles 1 de octubre en el estadio de Once Unidos, generó ayer un considerable revuelo en el ámbito basquetbolístico.

El "tricolor" hará realidad así el gusto de la mayoría de sus simpatizantes, que desde hace tiempo reclaman jugar el partido ante Peñarol como locales de "verdad". Se trata de un reclamo legítimo, ¡qué duda cabe! Pero sólo podría llevarse a cabo con presencia únicamente de público quilmeño.

Esta situación, obviamente, más allá de la teórica ventaja de jugar en su casa, le generaría a Quilmes un perjuicio económico, dada la menor capacidad del estadio de Parque Luro en comparación con el polideportivo "Islas Malvinas".

Pero esa es sólo una parte de la historia. A veces, cuando determinadas posturas se adoptan de manera tan radical, se corre el riesgo de que las consecuencias no sean tan beneficiosas.

¿Qué pasaría, por ejemplo, si Peñarol también decidiera que sus clásicos como local sólo con gente "milrayitas" en la cancha? Hipótesis posible aunque poco probable, si sucediera se corre el enorme riesgo de que el superclásico pierda su esencia. Este enfrentamiento tradicional entre los grandes rivales de la ciudad, que por extensión se trasladó al ámbito nacional y se ganó el rótulo de "clásico de la Liga" se hizo grande precisamente por la gente de ambos.

Es imposible mantenerse indiferente ante semejante escenario. Y muy difícil no tomar postura en apoyo de uno o de otro. Tanto o más complicado que mantener una posición ecuánime y equidistante. Hay demasiado en juego hacia el futuro.

No está en discusión la legítima petición de Quilmes de poder jugar el partido más importante sin tener que ceder su localía natural. Sin embargo, la discusión se traslada a otro plano cuando lo que se pone en tela de juicio es ni más ni menos que la esencia del superclásico, que será tal sí y sólo sí en las tribunas puede verse gente de uno y de otro.

De todas maneras, no es un secreto que esta postura radicalizada de Quilmes tiene directa relación con la confección del fixture 2014/15. Cuando se conoció el programa, en la primera fecha, el clásico ante Peñarol -en teoría una de las mejores recaudaciones de la temporada-, el conjunto de Luro y Guido iba a ser local. No obstante, cuando se publicó de manera oficial, el local pasó a ser el "milrayitas", hecho que generó el consiguiente malhumor en la vereda de enfrente. Esta nueva vieja historia recién comienza.

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Twitter: @SolariMarcelo