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02-01-2016

"César, tu eres un bisagra en el fútbol mundial..."

por Guillermo Blanco

Menotti y Lillo, una charla a puro fútbol. Encuentro en Buenos Aires entre el técnico que cambió la historia en Argentina y el entrenador español que asesora a Sampaoli en Chile.

"Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué se yo, ¿viste?"? decía Horacio Ferrer en su "Balada para un loco". Y ésta del jueves con goteras en el cielo se aparece en el microcentro con el abrazo y la charla alargada de César Luis Menotti y el ansioso entrenador español Juan Manuel Lillo, de paso hacia Chile, donde asesora a la selección dirigida por el argentino Jorge Sampaoli.

"César, tú eres una bisagra en el fútbol mundial, no solo en el argentino. En España, y también en México. Yo me volví loco con el libro que escribiste junto a Ángel (Cappa), 'Fútbol sin trampas'. Era adolescente y ahí redondeé mis ideas sobre este juego maravilloso del fútbol", afirma con su arremolinado vocabulario alguien a quien la historia lo situó como un referente mayor del mismísimo Pep Guardiola.

Menotti trata de cambiar de frente para que la referencia impida que este encuentro amistoso se torne autoreferencial. Y entonces pregunta cómo fue que llegó a Chile, como parte de una historia trashumante que comenzó en su Tolosa natal y que empezó a hacer ruido cuando con 28 años saltó dos divisiones para que el Salamanca ascendiera a primera división.

"Hace un tiempo, quien era ayudante de Jorge (Sampaoli) estuvo con Guardiola en Münich, y cada tres palabras Pep hacía referencia a 'Juanma'. Es que nuestra relación es muy profunda desde siempre y creo con derecho adquirido que algo tengo que ver con su formación", comenta el propio "Juanma". Y prosigue: "Llegó a Jorge la anécdota. Él, en esos momentos, trataba de encontrar la forma de acentuar la posesión del balón en forma eficiente, en los tiempos necesarios y no en forma estéril, y se fijó en mí. Yo estaba en el Saprissa de Costa Rica. Y me fui a Chile. Allí ahora soy asesor de Sampaoli y estoy a disposición de las selecciones juveniles, sin inmiscuirme en la tarea de los técnicos. El que me necesite y quiera consultar, yo estoy disponible. Y en la mayor no voy al campo, solo asesoro".

Lillo llegó a Buenos Aires para brindar una conferencia en el congreso de Conexión Fútbol. Se nutrió con algunos referentes no contaminados del fútbol actual, como Diego Latorre y "El Mago" Rubén Capria, aceptó cenar con Martín Palermo, quien anotó muchos de sus conceptos en la charla que dio en la sede de la UCA de Puerto Madero. Y no quiso seguir viaje sin cumplir con un encuentro con Menotti, lo mismo que había querido Guardiola en sus dos últimos viajes a la Reina del Plata.

Y aquí está, junto a Fernando Signorini, el profesor a quien Lillo también tiene como referente en el fútbol mundial. Los temas van y vienen. Ahora es el turno de hablar un poco de este Chile y se detienen en la función de Alexis Sanchez. "Una cosa es jugar con Xavi, Iniesta y Messi en el Barcelona, con el funcionamiento tan aceitado que tenían, dirigidos por Guardiola, que hacerlo en una selección que va creciendo pero donde los roles son diferentes", apunta Lillo.

"Y este es un momento de aprendizaje más, ya que se perdió en Uruguay, cuando hacía más de un año que no se caía. Sabíamos cómo nos iban a jugar, tratamos de prevenirnos de su forma de llegar, pero el fútbol es así, y nos ganaron igual", completa.

Intecambian ideas sobre maneras de defenderse achicando, "y si es para adelante, mejor aún", opina Menotti. "Vamos a coincidir con que este argumento debe ser muy trabajado para que funcione, y con jugadores que entiendan bien el juego", aporta Lillo. Y hasta se asombran por el hecho de que una selección como Colombia no haya evolucionado como se pensaba.

"De lo que he visto por aquí, creo que Chile lo ha hecho y bien. Desde la época de (Marcelo) Bielsa, quien organizó todo, y ahora con Jorge sigue el crecimiento. Él es un volcán, quiere jugar bien, ha evolucionado y sus equipo también", prosigue el español, quien también ha dirigido en Colombia y México, de cuyo seleccionado llegaron a tantear a Sampaoli hace poco tiempo atrás.

Hasta el tema de los traductores se puso en la mesa. "Me ha costado mucho comunicarme con gente de idiomas que no domino. A veces lo he superado como con (Jürgen) Klinsmann, en la Sampdoria, que habla español e italiano, por ejemplo, pero depender de que otro diga lo que yo quiera a otra persona es complicado", reconoce Menotti. Y Lillo dice lo suyo: "Una vez le pedí al traductor que le dijera a determinado jugador que se me hacía muy difícil mirarle la cara a ese traductor cuando al que le hablaba era a él. Y hasta a veces uno por el tono o las formas, como quiere explicar algo, hasta puede dudar de que al jugador le llegue con exactitud lo que le llega a través de una tercera persona".

Queda para otra oportunidad el tema que tira Lillo: "Una cosa es la posibilidad y otra la probabilidad", al referirse al juego en sí. Y también la reflexión final de Menotti: "El fútbol no es para cualquiera. Y ser entrenador tampoco. Podés querer, podés dirigir un equipo, podés hacer mil cursos y anotar en mil cuadernos y ver mil videos, pero eso solo no te va a habilitar a ser entrenador. A veces no lo conseguirás nunca si no tenés atributos personales que vayan más allá, y no solo por haber jugado".

Para Menotti son esenciales "percepción, sentido de conducción, transmisión, inteligencia, convicción, en síntesis, sabiduría natural junto a virtudes que te va dando el tiempo". Y él se sintió entrenador "recién en el Barcelona". "Y ya había sido campeón con Huracán, y del mundo en mayores y en juveniles", añadió.

Y entre tanto fútbol y salida limpia, aparece junto con el abrazo final una frase de Lillo que engloba a ambos: "Como decía Platón, no soy por lo que digo sino por lo que hago".