Abdulhalim Ahmed, de 32 años, recibió hace un mes la orden de matar a su padre de parte del líder de la célula en que militaba.

Según miembros de la famila, el padre había sido encarcelado durante el régimen de Saddam Hussein por "injurias contra el gobierno".

Fue liberado poco después de la invasión estadounidense de 2003 y trabajó para las tropas de ese país como traductor. Sin embargo, también en este caso acabó en prisión, supuestamente por proporcionar información secreta a los insurgentes.

"Soñaba con emigrar a Estados Unidos", aseguró uno de los hermanos de la víctima, según reproduce también la agencia de noticias DPA. El ingreso de tres de sus hijos y uno de sus sobrinos en las filas de Al Qaeda suscitó fuertes discusiones en el seno familiar.

Los insurgentes le pagaron a Ahmed 5.000 dólares por hacerlo, aunque tuvo que transferir ese dinero a su prim, que cuenta con una mayor rango en la red de Al Qaeda.

Telam