ROMA, Italia.- La primogénita de Silvio Berlusconi, Marina, reiteró que no consideró la idea de entrar en política, en respuesta a las diferentes voces que la señalaban como sucesora de su padre al frente del partido que lidera, tras su condena firme de cárcel por fraude fiscal.

"Desde el momento en que todas mis declaraciones no sirvieron, hasta ahora, para acallar las voces sobre la posibilidad de que me presente como candidata, debo reiterar una vez más, de forma categórica, que nunca tomé en consideración la hipótesis de entrar en política", manifestó en un comunicado la primogénita de "Il Cavaliere".

Y agregó: "deseo que con este nuevo desmentido tomen nota aquellos que continúan atribuyéndome una intención que no tuve nunca y que no tengo".

Después de que el Tribunal Supremo italiano confirmara el pasado día 1 la condena a 4 años de cárcel por fraude fiscal de Berlusconi y a la espera de que la Corte de Apelación de Milán vuelva a calcular los años de inhabilitación para su ejercicio de cargos públicos, se sucedieron los rumores que apuntaban a que Marina asumiera su rol.

Fueron muchos quienes dentro y fuera del partido de su padre, el conservador Pueblo de la Libertad (PDL), la ven como la "heredera natural" de un líder que a raíz de dicha condena se encuentra al borde de verse obligado a abandonar la política tras veinte años en primera línea.

Así, el diario "Libero", afín a los Berlusconi, aseguraba en los últimos días que un empresario les informó de que la hija de "Il Cavaliere" contactó con él y con otras personas para conseguir fondos para su aventura política, que puede ser anunciada en septiembre próximo.

Entre las más favorables en el PDL al liderazgo de la mayor de los cinco hijos de Berlusconi, que mantendría así la influencia directa de la familia en la política, figuran la diputada Daniela Santanchè y las llamadas "amazonas" del PDL, quienes ven con buenos ojos que una mujer tome las riendas de la formación.

Sin embargo, no todos en el PDL, sobre todo sus hombres de peso, se muestran tan abiertos al hecho de que la hija de su líder aterrice ya en lo más alto, por mucho que deban su éxito a la figura de Berlusconi, quien pretende relanzar en septiembre Forza Italia, el partido con el que entró en política a principios de los noventa y que se integró en el PDL en 2009.

Marina Berlusconi, de 47 años, empezó sus estudios de Derecho y Ciencias Políticas aunque no llegó a concluirlos, y en 1996 entró en el grupo empresarial familiar, Fininvest, como vicepresidenta, cargo que ocupó hasta 2005, cuando fue nombrada presidenta.

Es además presidenta de la editorial Mondadori y miembro del Consejo de Administración de Mediaset (la compañía que controla las cadenas de televisión españolas Cuatro y Telecinco), toda vez que entre 2008 y 2012 fue además consejera del banco Mediobanca.

Incluida por la revista "Forbes" en 2010 en el puesto 48 en la lista de "Mujeres más poderosas del mundo", Marina es la mayor de los dos hijos que Berlusconi tuvo con su primera mujer, Carla Dall'Oglio, y está casada con Maurizio Vanadia, ex primer bailarín del Teatro de La Scala de Milán, con quien tiene dos hijos, Gabriele y Silvio, de 10 y 8 años, respectivamente.