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10-06-2014

La OMI defiende matrícula unificada de pesqueros contra la pesca ilegal

Eso hará que sea más difícil evadir las medidas de control y que los buques sean más responsables y visibles ante las autoridades pesqueras.

ROMA, Italia.- El secretario general de la Organización Marítima Internacional (OMI), Koji Sekimizu, aseguró en Roma que el acercamiento de las normas de matriculación de pesqueros y las de otros buques contribuirá a combatir la pesca ilegal.

Sekimizu dijo que la extensión de la aplicación de las normas de identificación de buques de OMI a los registros propios de la FAO (Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura) para buques pesqueros como norma única permitirá "una nueva era de transparencia" en la pesca.

Eso hará que sea más difícil evadir las medidas de control y que los buques sean más responsables y visibles ante las autoridades pesqueras" de lo que lo son en la actualidad.

El responsable de la OMI puso ese ejemplo de cooperación entre las dos organizaciones para ilustrar las ventajas del trabajo conjunto con la FAO, ante cuyo Comité de Pesca en Roma intervino ayer.

También mencionó el desarrollo de instrumentos específicos para el diseño, construcción y equipamiento de buques pesqueros de todo tipo y tamaño como ejemplo de cooperación fructífera entre agencias de las Naciones Unidas.

"La industria pesquera no tiene un buen historial de seguridad debido a una serie de factores que han contribuido a ello, sobre todo la falta de un régimen regulador eficaz y global que desempeñe un papel importante", lamentó Sekimizu.

Y señalo que el Convenio de Torremolinos (España) sobre seguridad de buques pesqueros (que data de 1977), así como su posterior revisión en un protocolo (1993) aún no han entrado en vigor por dificultades de orden técnico.

En ambos se contempla la mejora de dispositivos de salvamento así como el uso de sistemas de comunicación por satélite para facilitar las faenas en alta mar, entre otras disposiciones.

No obstante, Sekimizu aseguró que el acuerdo adoptado en 2012 en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) que facilitará su puesta en marcha "ganará una amplia aceptación entre los estados sin más demoras".

Sekimizu destacó que la pesca, y en concreto la acuicultura, es una de las bazas existentes para proporcionar alimento a la creciente población mundial, pero que existen "prácticas perjudiciales y gestión deficiente" que amenazan a la sostenibilidad del sector.

Mencionó además la creciente presencia de especies invasoras en ecosistemas locales, que llegan a áreas ajenas a los suyos propios por las actividades sin suficiente control de descarga de agua de lastre en buques transoceánicos.

"Este se reconoce ahora como uno de los peligros mayores para el bienestar ecológico y económico del planeta", dijo Sekimizu, quien señaló que esas especies causan un gran daño a la biodiversidad y que en algunos casos el perjuicio es irreversible.

Pero destacó que el convenio internacional sobre control y gestión de las aguas de lastre (conocido por sus siglas en inglés BWM) "es un instrumento que está cerca de obtener las ratificaciones necesarias" de los estados para que pueda entrar en vigor.