Atentado en la región de Xinjiang dejo casi 100 muertos
Entre los civiles muertos, había 35 chinos de etnia han, la mayoritaria en China, y dos de etnia uigur, la minoría del oeste del país que profesa la religión musulmana.
BEIJING, - Las autoridades chinas informaron ayer que 96 personas murieron, entre ellos 59 supuestos atacantes y 13 resultaron heridas en el atentado del lunes que golpeó a la prefectura de Kashgar en la conflictiva región de Xinjiang, en el noroeste del país.
El martes pasado Beijing había anunciado que el ataque había dejado "decenas" de victimas, sin dar más precisiones, recordó la agencia de noticias EFE.
Le tomó casi una semana a las autoridades locales de Xinjiang para informar que 37 civiles fallecieron y que la policía mató a 59 presuntos atacantes, que habrían sido parte del comando que lanzó el atentado, según reprodujo la agencia oficial de noticias Xinhua. Además, la policía local arrestó a 215 personas.
Entre los civiles muertos, había 35 chinos de etnia han, la mayoritaria en China, y dos de etnia uigur, la minoría del oeste del país que profesa la religión musulmana.
Por el contrario, Beijing no dio detalles sobre la identidad de los supuestos atacantes asesinados y detenidos, aunque medios locales sostienen que se tratan de separatistas uigures.
Los uigures son una importante minoría turcoparlante del oeste del país, que profesa el Islam y rechaza las políticas discriminatorias del gobierno central chino y de la dominante etnia han.
Pese al anuncio oficial de víctimas, representantes del Congreso Mundial Uigur denunciaron hoy desde el exilio que la cifra de uigures fallecidos podría superar el centenar y que las cifras de las autoridades no se ajustan a la realidad, según informó EFE.
El lunes un grupo armado con cuchillos y hachas atacó una comisaría de policía y oficinas gubernamentales en la localidad de Elixku, y algunos de ellos se trasladaron posteriormente al municipio vecino de Huangdi, donde atacaron a civiles y destruyeron vehículos a su paso, según la versión de Beijing.
No es la primera vez que algo así sucede. En marzo pasado, otro grupo de hombres armados con cuchillos mataron a 29 personas e hirieron a unas 130 en un ataque en la estación de trenes de Kunming, en el suroeste del país.
Las autoridades chinas responsabilizaron del atentado al movimiento separatista de los uigures.
El movimiento separatista nunca se adjudicó la responsabilidad del ataque, pero el 30 de abril pasado, por primera vez en China, dos suicidas se inmolaron en una estación de tren de la capital de la región autónoma de Xinjiang, en esa misma región occidental de mayoría uigur.
Xinjiang, rica en recursos y estratégicamente ubicada en la frontera con Asia central, fue en los últimos años escenario de enfrentamientos armados entre fuerzas de seguridad y movimientos separatistas que causaron decenas de muertos.
Los grupos separatistas de la etnia uigur, principalmente el Movimiento Islámico del Turkestán Oriental, dicen ser víctimas de una polí¡tica represiva de la etnia han, mayoritaria en China, contra su religión y cultura.
Grupos de derechos humanos consideran que la causa real de la turbulencia social en la región radica en las duras polí¡ticas de China, entre ellas las limitaciones a la práctica del islam y a la cultura y lenguaje del pueblo musulmán uigur, que considera que Xinjiang es su hogar.
