Un atentado con explosivos y ametralladoras dejó al menos quince muertos y 34 heridos ayer en una universidad del norte de Nigeria, donde el Senado requirió del presidente, Goodluck Jonathan, un enfrentamiento total contra los grupos salafistas.

El atentado explosivo tuvo lugar en la Universidad Federal de Educación, en la localidad de Kano, al Norte del país, informó el portavoz de la policía nigeriana, Emmanuel Ojukwu, en un comunicado distribuido en la capital del país, Abuja.

Según el comunicado, dos hombres armados hicieron estallar bombas caseras en el aula magna de la universidad a primeras horas de la tarde, y luego salieron del edificio disparando "ráfagas esporádicas" con sus fusiles AK47.

Los dos atacantes murieron cuando los enfrentó una partida de policías de un puesto cercano, informó el periódico local Vanguard en su edición digital.

Si bien nadie había reivindicado la matanza, todas las sospechas recaen sobre el grupo integrista Boko Haram. Según la policía local de Kano, citada por la agencia de noticias EFE, los atacantes, antes de acceder al centro educativo, mataron a los guardias de seguridad de la entrada principal.

Las autoridades nigerianas han asegurado que han reforzado las medidas de seguridad en la ciudad, donde ya patrullan soldados del Ejército por las calles.

La comunidad educativa se ha convertido en el objetivo de los últimos ataques perpetrados en Kano, ya que con este ya son tres los ataques perpetrados contra centros educativos en los últimos tres meses.

En ese mismo mes, también fueron atacadas en la misma ciudad una estación de autobuses, una iglesia y en las proximidades de una gasolinera, respectivamente, en atentados que causaron decenas de víctimas mortales.