Una escalada de ataques individuales entre palestinos e israelíes se agravó ayer en Israel y Jerusalén, donde un adolescente y un policía israelíes fueron apuñalados y un palestino fue muerto a tiros en hechos separados, horas después de que un israelí acuchillara a dos palestinos y dos árabes israelíes.

Por primera vez en tres semanas la violencia se extendió ayer a la Franja de Gaza, donde tres palestinos murieron y otros diez resultaron heridos en el este del territorio cuando un grupo lanzó piedras a soldados israelíes en la frontera, que respondieron a los tiros, informó el gobierno local del grupo palestino Hamas.

Los hechos ocurrieron poco después de que ayer a la mañana el jefe del gobierno de Hamas en Gaza, Ismail Haniyah, llamase a ampliar la actual oleada de ataques para convertirla en una Intifada (levantamiento) con el fin de "liberar Jerusalén".

Más temprano, también en horas de la tarde, una mujer palestina sacó un puñal de entre sus ropas e intentó atacar a un guardia de seguridad en la estación de colectivos de Afula, en el norte de Israel, informó la policía.

El guardia abrió fuego e hirió a la mujer antes de que pudiera lastimar a alguien, agregó la misma fuente.

El frustrado ataque llegó poco después de que un palestino atacara con un cuchillo a un policía y tratara de arrebatarle el arma en Kiryat Arba, una de las colonias más ultranacionalistas y violentas de la ocupada Cisjordania, ubicada al sur de la histórica ciudad de Hebrón.

El oficial, que resultó levemente herido, mató de un tiro al agresor, dijo la policía israelí.

Menos de una hora antes, un palestino hirió con un pelapapa a un israelí de 14 años en Jerusalén antes de ser detenido, informó la policía israelí.

Más temprano, dos árabes beduinos israelíes y dos palestinos resultaron heridos por un israelí que los atacó con un cuchillo en Dimona, en el sur de Israel, dijo la vocera de la policía israelí, Luba Samri.

Los hombres, dos con heridas leves y dos con lesiones moderadas, fueron llevados a un hospital.

Samri dijo que los ataques tenían una motivación "nacionalista".

Medios de Israel informaron que el atacante dijo tras su arresto que actuó en represalia por los numerosos ataques palestinos contra israelíes de esta semana.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que condenaba "fuertemente" los ataques a "árabes inocentes", informó el diario israelí Haaretz en su edición digital.

En Jerusalén, las fuerzas de seguridad israelíes se prepararon ayer para más problemas, luego de que Netanyahu ordenara ayer restringir el acceso a la Ciudad Vieja en un intento por restablecer la calma.

Samri dijo que los hombres menores de 50 años no podrán ingresar a la mezquita de Al Aqsa, la más sagrada de Jerusalén, pero que sí podrán hacerlo las mujeres de cualquier edad.

La tensión comenzó hace unas tres semanas cuando palestinos se atrincheraron repetidamente dentro de la mezquita de Al Aqsa y arrojaban piedras y explosivos caseros a policías.

Los atrincheramientos llegaron en medio de acusaciones de que Israel planea cambiar las reglas sobre la Explanada de las Mezquitas, que es sagrada tanto para musulmanes como para judíos, que la denominan Monte del Templo.

Netanyahu negó varias veces que vaya a permitir que los judíos que visitan el lugar también puedan rezar y ha acusado al gobierno del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, y al grupo islamista Hamas de incitar los disturbios.

La violencia estuvo confinada originalmente a Jerusalén este, donde se encuentra este lugar santo, y Cisjordania, territorios capturados por Israel a Jordania en la guerra de 1967 y que los palestinos reclaman para su futuro Estado.

Esta semana los ataques se extendieron además a Tel Aviv, Afula y otras ciudades de Israel.

Lo que comenzó como palestinos tirando piedras y bombas molotov a policías o autos degeneró en un mortal ataque a tiros y una ola de apuñalamientos que dejaron cuatro israelíes muertos desde la semana pasada.

Cuatro palestinos fueron muertos a tiros acusados de haber perpetrado ataques contra israelíes desde el sábado.

Otros tres palestinos murieron baleados por soldados israelíes esta semana en el marco de una dura campaña represiva contra protestas anti Israel en Cisjordania.

Desde el comienzo de esta última ola de violencia, los heridos palestinos ya suman más de 700, entre ellos 100 alcanzados por balas de plomo, según la Cruz Roja.

Los ataques han generado temores a una nueva Intifada, o levantamiento palestino. Sin embargo, autoridades israelíes han desestimado esa posibilidad, diciendo que Israel enfrenta periódicamente este tipo de violencia.

El jueves, Netanyahu dijo que Israel enfrentaba una "ola de terror" pero que era mayormente "no organizada", en línea con analistas que destacan que la mayoría de los agresores palestinos son jóvenes que no están afiliados a ningún grupo armado y que actúan espontáneamente.

Israel ha redoblado la vigilancia en Jerusalén, y la policía instaló ayer detectores de metales en todas las puertas de ingreso a la Ciudad Vieja.