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12-10-2015

La violencia en Israel y la Palestina ocupada sigue cobrándose victimas

El Ejército israelí informó que ayer bombardeó Gaza en respuesta a los dos misiles que habían sido lanzados desde ese mismo territorio.

Otra jornada de la escalada de violencia que parece no tener fin en Israel y la Palestina ocupada dejó ayer tres muertos, una madre embarazada y a su hija de cuatro años en Gaza, y un niño en Ramallah, más de 330 palestinos y un policía israelí heridos en Cisjordania, y un anuncio de Tel Aviv para endurecer las penas de cárcel contra aquellos que tiren piedras.

Después de las muertes de nueve manifestantes palestinos desarmados en la Franja de Gaza el viernes y el sábado, un bombardeo israelí mató ayer a Nur Hasan, una mujer de 30 años embarazada, y a su hija de cuatro años, Rafaf, e hirió a otros cuatro miembros de la misma familia en ese mismo territorio, según informó el vocero del Ministerio de Salud en Gaza, Ashraf Al Qedra.

Las dos fallecieron aplastadas luego que un bombardeo israelí provocara el derrumbe del edificio en el que vivían.

El Ejército israelí informó que ayer bombardeó Gaza en respuesta a los dos misiles que habían sido lanzados desde ese mismo territorio horas antes sin dejas heridos ni daños materiales, presuntamente desde una zona de entrenamiento del movimiento islamista palestino Hamas, la fuerza que controla la franja desde 2006.

El edificio de los Hasan ya había sido destruido en ofensivas israelíes anteriores contra la Franja de Gaza y había tenido la suerte de ser uno de los pocos reconstruidos en los últimos años. Al mismo tiempo, que el duelo y el dolor se instalaba en Gaza por tercer día consecutivo, en Cisjordania y Jerusalén este, los otros dos territorios palestinos, las protestas, los enfrentamientos con las fuerzas ocupantes israelíes y la represión no aflojaron.

En un episodio poco claro, un policía israelí y una palestina resultaron heridos en un puesto de control militar en Jerusalén este, cerca de uno de las colonias más grandes que separan este zona de Cisjordania, Maale Adumin.

Según la versión de la Policía israelí, la mujer detonó un artefacto explosivo cuando los oficiales le pidieron que baje del auto. La vocera policial, Luba Samri, aseguró que la palestina gritó Allahu Akbar (Alá es grande), una consigna utilizada por los islamistas radicales antes de lanzar un ataque.

Samri contó que encontraron "otro artefacto explosivo" en el auto y notas, en la que la presunta atacante se solidarizaba con los mártires palestinos, como se conoce a aquellos que mueren a manos de las fuerzas israelíes, informó la agencia de noticias EFE.

La policía no mostró esta evidencia y tanto la mujer como el policía militar que la había hecho bajar del auto resultaron levemente heridos.

Testigos palestinos, en cambio, sostienen que la mujer no hizo nada y que las fuerzas israelíes confundieron un problema eléctrico del auto que desató un pequeño incendió con una bomba, según informó la agencia de noticias palestina Maan.

Mientras los incidentes poco claros se multiplican por estos días, lo mismo sucede con las protestas palestinas y la represión israelí en los territorios ocupados.

Hoy la violencia se concentró en los distritos de Nablus, Tulkarem, Ramallah en Cisjordania y en varios barrios de Jerusalén este, éste último un territorio que el Estado de Israel anexó ilegalmente en 1980 y desde entonces considera como parte integral de su país.

Fuentes médicas informaron que un chico de 13 años murió tras recibir un disparo de un soldado israelí en el cuello durante una protesta en la localidad de Al Bireh, según Maan.

Poco antes, la Media Luna roja local había informado que más de 330 palestinos resultaron heridos ayer en estas protestas.

Al menos siete fueron disparados con balas de fuego, otros 51 con balas de goma, seis sufrieron quemaduras graves, cuatro fueron atropellados y el resto se intoxicó por los gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas israelíes.

La escalada de violencia parece no tener fin.

Desde hace 11 días los ataques de palestinos con armas blancas contra fuerzas de seguridad, colonos y religiosos israelíes, la represión descarnada de Tel Aviv y los ataques de colonos judíos han dejado 23 palestinos y cuatro israelíes muertos, y alrededor de un millar de palestinos y una quincena de israelíes heridos.

Cada día que pasa, la respuesta del gobierno israelí se endurece más, mientras sus pares palestinos intentan sin éxito desalentar las protestas y los ataques.

Después de habilitar el uso de balas de fuego para reprimir las protestas palestinas, Tel Aviv anunció hoy que aprobó de forma unánime la propuesta de ley presentada por el primer ministro para fijar penas mínimas de cárcel a los que arrojen piedras, cócteles molotov, botellas incendiarias o fuegos de artificio y poner multas a los menores y a sus padres", según un comunicado oficial.

El texto no dio más detalles, pero la ministra de Justicia israelí, Ayelet Shaked, una de las figuras extremistas del gobierno, había adelantado anoche que pretendía imponer penas mínimas de cuatro años de prisión para los adultos que tiren piedras, por ejemplo a autos en movimiento, según informó el diario The Jerusalem Post.

Actualmente hasta niños de 12 años pueden ser detenidos y encarcelados por las fuerzas de ocupación israelíes si lanzan piedras contra soldados o colonos.