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08-02-2016

Marco Rubio volvió a cargar las tintas contra Donald Trump

Cruces y tensión entre los republicanos en debate previo a la segunda primaria presidencial.

A tres días del segundo test electoral de las presidenciales de Estados Unidos, los precandidatos de la oposición republicana se enfrentaron el sábado en un nuevo debate televisivo que puso al senador Marco Rubio en el centro de los golpes y volvió a cargar las tintas contra el siempre polémico Donald Trump.

El debate fue organizado por cadena de noticias ABC y se realizó en la universidad Saint Anselm College de Manchester, en el estado de New Hamphsire, el mismo en donde el próximo martes ambos partidos estadounidenses enfrentarán la segunda primaria presidencial, después del caucus (asamblea popular) de Iowa.

Mientras Iowa lo ganó cómodo el senador republicano Ted Cruz, y con lo justo la ex secretaria de Estado demócrata, Hillary Clinton; a New Hampshire Rubio llega como favorito por la oposición y el veterano senador socialista, Bernie Sanders, por el oficialismo.

Por encabezar los sondeos, Rubio se convirtió en el centro de las críticas de sus rivales.

Uno de los que le pegó más fuerte fue Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey. Lo acusó de ofrecer respuestas armadas para casi todo y de ausentarse con demasiada frecuencia de las votaciones en el Senado.

"Eso no es liderazgo. Es absentismo escolar", sentenció Christie y convirtió esa frase en una de las más comentadas de la noche junto con el comentario de que su rival tiene "un discurso de 25 segundos memorizado" para repetir ante cualquier eventualidad, según reprodujo la agencia de noticias EFE.

Los analistas y medios de comunicación más importantes de Estados Unidos consideraron que Christie, considerado un republicano moderado, ganó en el enfrentamiento televisivo con Rubio; sin embargo, el gobernador, como el resto de los precandidatos centristas, no han logrado mejorar en las encuestas en el último año ni ubicarse siquiera cerca de los favoritos de estas primarias presidenciales.

El nuevo protagonismo de Rubio, un joven senador que hace cuatro años supo coquetear con el movimiento ultraconservador y anti élite Tea Party, y ahora se perfila como el posible candidato del establishment, opacó el que supo cultivar durante toda la campaña el empresario multimillonario Trump.

Uno de los pocos momentos en que el magnate logró captar la atención de todos fue cuando mandó a callar al ex gobernador de Florida y otro de los candidatos moderados que siguen enterrados en el fondo de las encuestas, Jeb Bush.

El auditorio que seguía el debate respondió con una lluvia de abucheos y el magnate, fiel a su estilo, se esforzó por quedarse con la última palabra: "Son sus donantes e intereses especiales (...) Yo no quiero su dinero", remató.

La política exterior ocupó buena parte del debate y la noticia que dominó la atención de los candidatos fue la del lanzamiento norcoreano de un cohete de largo alcance, un hecho que fue analizado por las potencias occidentales como una prueba balística encubierta.

Para el senador ultraconservador Ted Cruz, esta nueva prueba de Corea del Norte es "resultado directo de los fracasos" del gobierno del ex presidente y esposo de la favorita presidencial demócrata, Bill Clinton, que relajó las sanciones contra ese país.

"Tenemos que incrementar la presión" sobre Corea del Norte, pidió por su parte el gobernador de Ohio, John Kasich.

"No podemos seguir siendo débiles frente a los norcoreanos o, francamente, ante el resto del mundo", agregó.

Por su parte, Bush denunció que el lanzamiento norcoreano está relacionado con la "paciencia estratégica" del actual gobierno de Barack Obama y se mostró partidario de un "ataque preventivo" para mantener a salvo a Estados Unidos si es necesario.

Trump, en cambio, sostuvo que como presidente su estrategia ante Corea del Norte sería dejar que China "resuelva el problema", porque, a su juicio, Beijing es la potencia que tiene un control "prácticamente absoluto" sobre Pyongyang.

El otro cruce tenso que se generó durante el debate republicano estuvo centrado en las violaciones a los derechos humanos cometidos por el gobierno de George Bush después de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono en 2001.

Trump no dudó en afirmar que "restablecería el waterboarding (el submarino) y un infierno mucho peor que eso", mientras que Cruz aseguró que está "técnica" no cae dentro de la "definición generalmente reconocida de tortura".

Pese a ello, el ganador de Iowa aclaró si llega a la Casa Blanca no permitirá un "uso generalizado" del submarino en los interrogatorios a sospechosos de actos definidos como terroristas por la Justicia o las fuerzas de seguridad del país.

Tras proclamarse vencedor en Iowa, Cruz mantuvo un perfil bajo y evitó el enfrentamiento con Trump, mientras que el neurocirujano jubilado Ben Carson, que supó estar a la cabeza de los sondeos el año pasado, pasó prácticamente desapercibido en el debate.

Además, Jim Gilmore y Carly Fiorina, la única mujer entre los aspirantes a la nominación republicana, quedaron fuera del debate por contra con intenciones de voto mínimas.