El ministro de Economía, Axel Kicillof, participó ayer en la reunión del G-20 en Washington, donde abogó para que los esfuerzos colectivos de este foro de países se centre en iniciativas destinadas a combatir la desigualdad en los ingresos y la distribución de la riqueza.

"Es necesario que el crecimiento de la economía mundial se convierta en crecimiento fuerte, sostenible, equilibrado e inclusivo", dijo el ministro durante un contacto mantenido con la prensa, para luego agregar que "una mejora sostenida en la distribución del ingreso contribuye a impulsar la demanda agregada y conduce a un círculo virtuoso de crecimiento inclusivo".

Kicillof y el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, participaron ayer de un encuentro de ministros y titulares de organismos monetarios de los países que integran el G-20, desarrollado en el marco previo de la asamblea de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM).

En ese contexto, el titular del Palacio de Hacienda dijo que "las cifras de crecimiento sumamente decepcionantes en algunas regiones desde el inicio de la crisis, evidencian el fracaso de las políticas de ajuste".

Kicillof señaló a su vez que en el encuentro del G-20 se trabajó sobre "la inversión en infraestructura como motor para salir de la crisis", iniciativa que "representa una contradicción respecto a las medidas que se proponían antes de austeridad fiscal y estímulo monetario".

Asimismo, el ministro llamó a trabajar conjuntamente en el seno de ese foro para evitar el comportamiento especulativo de los fondos buitre y aunque dio la "bienvenida al enfoque contractual para mejorar las cláusulas de acción colectiva", advirtió que esa medida "sigue siendo insuficiente".

"No existe garantía alguna de que en el futuro no surgirá una interpretación judicial novedosa que contradiga el espíritu de estas cláusulas. No existen cláusulas totalmente a prueba de los fondos buitre. Es por ello que destacamos el trabajo en marcha en las Naciones Unidas para establecer un marco legal multilateral para los procesos de reestructuración de deudas soberanas, con el apoyo de 124 países", subrayó el funcionario en su presentación.

Por su parte, Vanoli destacó que una de los temas que estuvieron presentes en la reunión del G-20 fue "el reconocimiento de la gran volatilidad financiera que complica a los países del mundo, y más a los que están en vía de desarrollo" y que en esta situación "hay una responsabilidad muy grande de los países centrales".