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28-03-2009

Eva Franco, siempre en el recuerdo de los marplatenses

Un 28 de marzo de 1999 moría en Mar del Plata la actriz Eva Franco. Para refrescar su recuerdo, el padre Hugo Segovia vuelve sobre sus palabras, publicadas en este matutino, cuando la entonces intérprete acaba de ingresar en la novena década de su vida. T

Por el Pbro. Hugo W. Segovia

Collín Higgins es el autor de “Sólo 80” una deliciosa comedia que Eva Franco interpretó en Perú en 1987.

Y son sólo 90 los años que ella cumple ahora, casi a la par de los que lleva “gastando pares de zapatos” en las tablas.

En la película “El dedo en la llaga” el joven que interpreta Federico Olivera dice, con curiosidad y tristeza: “muchos de nosotros no hemos pisado nunca un teatro”. Asociaba el dolor por los 30 teatros desaparecidos en Buenos Aires en los últimos años (¡qué amargo vivir en un país que demuele a la vez fábricas y teatros!...) con estos 90 años de Eva Franco, hermosa porción de Mar del Plata desde hace mucho tiempo.

Tenía 5 años cuando, interpretando a un canillita, mereció que el público se pusiera de pie tal vez porque los duendes que habitan en los teatros le susurraron que muchas veces ocurría lo mismo. Hay como un puente entre ese momento y lo que pasó en 1994 cuando hizo la pícara Martiniana de “Barranca abajo” de Florencio Sánchez de la cual ya había hecho la dama joven demostrando lo artificiales que son las apariencias y lo perdurable que es el talento. También el año pasado el público se ponía de pie después de verla en el hoy teatro Carreras.

Aquel era el balbuceo de una pasión por el teatro, heredada de su padre. Lo dice con su voz tierna y firme, arrulladora y segura: “papá me ponía una sillita en el escenario para que yo me subiera y jugara a actuar. Y seguí jugando hasta ahora siempre el mismo juego, un juego arduo pero al que amo”.

Pasión que es como un desangrarse ya que no hay teatro, como no hay vida, sin el calor de la entrega total pero que es también resurrección cada vez que el telón vuelve a levantarse en un ritual siempre el mismo pero siempre distinto.

Hija de José Franco, uno de los nombres casi legendario de la escena argentina junto con los Podestá, Vittone, Pomar, Arata, Simari y tantos otros, casi no hay resquicio en el cual no haya penetrado si pensamos que suman 200 las obras en que actuó.

Una mujer de fe

Recordaré algunas: “No es una cosa seria” de Pirandello, “La dama boba” de Lope de Vega, dirigida por un ángel llamado Federico que la admiró poco antes que su sangre la España en armas; “Nuestro pueblo” de T. Wilder; “Espíritu travieso” de N. Coward; “Yerma” con María Casares y Alfredo Alcón, dirigida por Margarita Xirgu; “Divinas palabras” de Valle Inclán, por Jorge Lavelli y “Doña Rosita la soltera” por Cecilio Madanes.

Del repertorio nacional muchas obras (Pedro E. Pico, R. Rojas, S. Eichelbaum, J. O. Ponferrada, V. Martínez Cuitiño) la tuvieron en su elenco.

En 1936 fue llamada a integrar el Teatro Nacional de Comedias dirigido por aquel maestro que fue Antonio Cunill Cabanellas.

Ella guarda, en el arcón de lo más querido, la inefable abuela que plasmó Casona en “Los árboles mueren de pie” que hizo en Lima y en Mar del Plata. No puedo omitir la dimensión religiosa de toda su vida que no contrapuso nunca con la radio, la televisión y el cine (12 películas sonoras de las cuales nada menos que uno de los episodios del film “De la misteriosa Buenos Aires”, basado en cuentos de Mujica Láinez, dirigida por O. Barney Finn y digno de cualquier antología). Colaboró con monseñor Miguel de Andrea a quien acompañó hasta su muerte como fervoroso adalid de la democracia. Párroco de San Miguel, una de las “iglesias mártires” de 1955, el obispo de Temnos renunció entonces a sus ornamentos pontificales como acto de reparación.

Lo ayudó en la fundación de la Casa de la Empleada así como tuvo que ver con la obra de la Casa del Teatro.

Si son “sólo 90” ¿por qué no pensar en una miniserie sobre Teresa de Calcuta (creo que sólo en “Canción de cuna” de G. Martínez Sierra personifico a una religiosa) llamándola a ella que bien podría haber sido la Teresa de Jesús que la TV española le dedicó en 1982 con motivo de su IV centenario?.

Por mujer, por actriz, por creyente y porque cumple “sólo 90”.