El empresario Carlos Rottemberg se convirtió anoche en el nuevo propietario de los teatros Lido y Neptuno de Mar del Plata, tras haber arribado a un acuerdo económico con la familia Spadone, anteriores dueños de dicho complejo. Asimismo, se estableció que las negociaciones llegaron a buen fin tras intensas conversaciones y acuerdos ya que los Spadone reclamaban que los nuevos propietarios del complejo de la calle Santa Fe conservaran las salas teatrales y no construyeran allí "un templo o un supermercado". En este sentido, Rottemberg, desde hace un par de semanas, junto a abogados de ambas partes, firmaron una serie de preacuerdos que finalmente se tradujeron anoche en el contrato de venta definitivo de las salas.

"Estamos muy contentos porque además Mar del Plata va a conservar estas salas para sus espectáculos", afirmó anoche Rottemberg en un breve diálogo con LA CAPITAL.

El citado empresario, ferviente defensor de la actividad teatral en esta ciudad, suma estas salas a los teatros Mar del Plata, Corrientes, Atlas y América, todos pertenecientes a la sociedad por él comandada.

Cabe recordar que lo que hoy es el teatro Mar del Plata era una playa de estacionamiento mientras que el Corrientes, con sus varias salas, anteriormente era un restaurante.

Rottemberg se excusó de dar más precisiones sobre la flamante adquisición de los teatros Lido y Neptuno aunque admitió, en diálogo con este medio, que planean además recuperar el Astral en el mismo complejo.

El Astral funcionaba, hace algunas décadas, en lo que hoy es el café Atalaya, cuya pared final daba al también desaparecido teatro Regina, sobre la peatonal San Martín.

Finalmente, el reconocido empresario teatral -que posee numerosas salas en Buenos Aires (El Multiteatro y los teatros Tabarís, entre otros) y en la próxima temporada cumplirá 35 años en la profesión- admitió que se encuentran desarrollando negociaciones con Antonio Gasalla, quien el próximo verano podría venir a Mar del Plata con la exitosa obra "Más respeto que soy tu madre", (actualmente en el Metropolitan porteño), de Hernán Casciari.

Rottemberg se inició en la actividad teatral en el año '80, cuando adquirió la sala marplatense Corrientes. Caracterizado por su seriedad, fue también productor de varios éxitos, entre ellos, "El Negro no puede", que protagonizó Alberto Olmedo y significó una de las obras más convocantes de toda la historia de la temporadas veraniegas marplatenses.