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29-11-2009

Nos dejó un cantante de alma: Dino Lotti

por Raúl Ramírez

Había nacido para cantar. Se llamaba Dino Melotti, pero su nombre artístico lo identificó como Dino Lotti. El pasado 21 de noviembre se apagó la voz de este italiano-marplatense que brindó su arte en distintos escenarios de la ciudad y ante los micrófonos de Radio Atlántica. También lo hizo en Buenos Aires, en Splendid y El Mundo, entre 1947 y 1952.

Seguramente los lectores de LA CAPITAL, de manera especial los adultos mayores recordarán a Dino Lotti por haberlo escuchado infinidad de veces en los lugares ya mencionados, en la Confitería París que ocupaba "la esquina" este del edificio del Casino Central y en los salones del Club Nación y de diversas entidades locales, donde los bailes de cada fin de semana eran cosa corriente. Tal vez muchos recuerden también el paso de Dino Lotti por la orquesta "característica" de Feliciano Brunelli entre los años 1947 y 1951, donde formó el rubro vocal con Alberto Radamés. Como solista actuó, entre otras, en la Confitería Olmos de Capital Federal.

Destino de cantor

Dino Lotti nació en Módena, Italia, el 24 de diciembre de 1922, pero cuando no había cumplido todavía los 5 años de edad, se trasladó con su familia a la Argentina.

Alguna vez nos dijo algo que él recordaba pero no muy claramente, pero sí su madre italiana: "En el barco que nos trajo a la Argentina veníamos en tercera clase y yo cantaba. Seguramente eso se difundió entre el pasaje y alguien me llevó varias veces para cantar a la gente que viajaba en primera clase y me daban monedas".

Llega a Mar del Plata

Al arribar al país, la familia Melotti se afincó en Olavarría y en 1936 se trasladó a Mar del Plata, donde se radicó para siempre. Su vocación por el canto Dino la mantuvo siempre, a pesar que a los 14 años ayudaba a su padre que era picapedrero. Poseedor de una voz excelente, le aconsejaron que dejara la tarea que venía cumpliendo porque era perjudicial para su voz. Así lo hizo y comenzó a estudiar canto y vocalización con un profesor que vivía en Alvarado y Tucumán. Poco después ya cantaba en distintos locales. Y aunque en su repertorio tenía algunos tangos, su especialidad eran los temas melódicos italianos y mexicanos.

Su ida a Buenos Aires

Dino se casó joven, en 1947, con Titi (Nora Escribano) su esposa, que lo acompañó hasta el final. Ese año, requerido por Feliciano Brunelli, decidió afincarse en Buenos Aires, donde estuvo ligado a la famosa orquesta durante más de 4 años. Después actuó con la jazz de Eduardo Armani.

En Radio Atlántica

De regreso a Mar del Plata siguió actuando en distintos escenarios locales e incursionó en la radio ante los micrófonos de LU6 Atlántica, cuando ésta había montado sus estudios en el 14° piso del edificio del Banco Provincia, en San Martín y Córdoba. Uno de los músicos que más lo acompañó en su carrera, fue el recordado "Gordo" Esperanto Pereyra que durante muchos años estuvo vinculado con LA CAPITAL, como cobrador del departamento de publicidad. Además, Pereyra integró a lo largo de varios lustros la orquesta de jazz que dirigía el maestro Tito Fagnani. Dino también cantó con esa agrupación musical y la de Eduardo Armani, con éste en la Confitería París.

En lo alto de la Torre Tanque

Dino Lotti había nacido para cantar y lo hacía de ser posible, en los lugares más impensados. En su mente abrigaba la esperanza de cantar "algún día en lo más alto de la Torre Tanque", actualmente dependiente de OSSE.

Se lo hizo saber a Miguel Toscano, locutor y perteneciente al personal municipal y un día se concretó lo anhelado por Dino. El 30 de enero del 2000, cuando la Torre Tanque cumplió 57 años y durante el acto oficial realizado por ese motivo, Dino Lotti cumplió su sueño y allí cantó.

El porqué de ese sueño

Había un porqué de ese sueño de Dino. El trabajó como picapedrero cuando se construyó la Torre Tanque. "Allí, mientras trabajaba, yo no dejaba de cantar", dijo muchas veces.

Dino Lotti sin duda, nació para cantar. Lo hizo prácticamente hasta que la muerte se lo llevó. Por tal motivo, quienes lo trataron o lo escucharon cantar, en su barriada del Puerto, donde vivió siempre, lo recordarán con afecto.