Polémica por la llegada de Fort al Diagonal
El escenario constituye todo un símbolo del anarquismo y de la resistencia del movimiento obrero desde principios del siglo XX.
Gran polémica causó entre los integrantes del grupo de gestión del Cine Teatro Diagonal la decisión que tomaron las autoridades de la Biblioteca Juventud Moderna, que autorizaron en los últimos días que el millonario y devenido actor Ricardo Fort montara su espectáculo "Fortuna" en el mencionado teatro.
Es que este escenario, ubicado en la llamada "Avenida de los Tilos", sobre la diagonal Pueyrredon, constituye todo un símbolo del anarquismo y de la resistencia del movimiento obrero desde principios del siglo XX, cuando fue inaugurada la biblioteca como espacio cultural de los diferentes gremios que entonces tenía Mar del Plata.
Por este emblemático teatro pasaron históricos espectáculos, vinculados siempre a una postura crítica respecto de la sociedad de su tiempo.
Los más memoriosos recuerdan que el escritor Osvaldo Bayer -por citar sólo un ejemplo- presentó allí y por primera vez en esta ciudad su combativa "La Patagonia Rebelde". Además funcionó en este teatro el primer cine club, se escucharon emblemáticos grupos de rock nacional en las décadas del '60 y '70 y se vieron obras de teatro que describían los duros años de la Argentina.
El inconveniente para los integrantes de este grupo de gestión -que desde hace dos años trabaja ad honórem por la recuperación de la sala, en la que antes funcionó un templo evangélico- no parece radicar en el espectáculo que Fort traerá esta temporada (en verdad, la sala puede albergar a cualquier otra producción), sino en los valores que este singular personaje encarna. Es decir, en lo que simboliza este hombre musculoso y amigo de la ostentación que el programa de Marcelo Tinelli hizo hiperconocido y que ya se perfila como verdadero personaje del verano local.
Ahora, como resultado de esta determinación, buena parte del grupo de gestión habría presentado su renuncia.
Acaso en el ahogo financiero que padecen los centros culturales independientes (y la falta de políticas que los haga permanecer como opción artística) habría que inscribir la llegada del heredero del imperio chocolatero Fell Fort al Diagonal. Fort se habría comprometido a remodelar la sala, lugar que acusa el paso del tiempo y la lógica falta de mantenimiento.
Al menos por esta temporada, quedará trunca aquella idea de que el teatro sea un espacio para los espectáculos que estén a tono con la historia ideológica de este sitio.
