A pesar que en Argentina es un clásico instalado a fuego con ediciones que han marcado su jerarquía, la edición 2009 del legendario festival de música electrónica "Creamfields? no solo estuvo en suspenso hasta su concreción, sino que originalmente sus productores la daban como improbable al comenzar la temporada.

Esto y los problemas que padeció en los últimos 45 días fueron socavando la estructura de una realización que amerita inferir previsiones para no pasar sobresaltos antes y durante su puesta en marcha.

La prueba de estas aseveraciones quedó ratificada ayer al mediodía, cuando los noticieros y páginas web de los principales medios ignoraron un tradicional maratón bailable que no sobrevivió a las constantes complicaciones a las que innecesariamente se lo expuso durante este año.

No definir con antelación un predio apropiado y encima salir a buscar un parche por las presiones de la fecha anunciada, fueron un insalvable cóctel donde se mezclaron la pelea del gobierno porteño con los productores de shows, las agendas de los artistas que no soportan tantas modificaciones y la designación de un lugar de concreción que jamás estuvo a la altura de las expectativas.

Por más que algunos digan que la tradicional lluvia es un indispensable acompañante en la efectivización de este maratón electrónico, el diluvio del sábado a media tarde lo único que hizo fue dinamitar el interés de aquellos que a pesar de las contrariedades observadas aún intentaban presenciar el maratón tecno, una jornada donde los delays de los line-ups y la grilla de show de ciertos intérpretes pusieron de manifiesto que la cosa había comenzado lamentablemente con el pie izquierdo.

Todos aquellos que en su momento criticaron injustificablemente el Autódromo Gálvez, ahora se habrán hecho un festín con el Parque Roca, tal vez ideal para partidos de tenis, pero que en este formato mostró fisuras de improbable resolución.

La ausencia de números fuertes fue el mazazo letal para el festival y quedó en claro que ni Tiësto o el mismísimo pinchadiscos local Hernán Cattaneo pueden convocar multitudes en una fecha así, lo que terminó devastando el tradicional fenómeno de concurrencia.

Los artistas locales, a excepción de unos pocos, respaldaron la realización, pero quedó claro a primer análisis que salvo el marplatense Carlos Alfonsín, nadie de los presentes arrimó al evento un caudal de espectadores capaz de darle color a una fiesta en blanco y negro.

La edición 2009 de ?Creamfields? obliga a poner las barbas en remojo, para hallarle un lugar céntrico afín a su ánimo convocante, sin olvidar una grilla de figuras que respalde la mayor muestra electrónica que cada año se da cita en Buenos Aires.