Relajado, sin perder la sonrisa en ningún momento, Gino Renni, acomodado en un sillón en el Hotel Hermitage, donde asegura que se siente "como en mi propia casa", dice que tomó la decisión de dejar la obra "Fortuna", "por una cuestión personal" y no se muestra arrepentido.
- ¿Se levantará la obra de Fort a partir de renuncias importantes como la del director de la obra y la suya?
- De eso no sé nada. Yo de lo que puedo hablar es de que yo he renunciado y que Carlos Moreno (el director) también.
- ¿La renuncia fue consensuada entre ustedes dos?
- No, fueron decisiones personales que las tomamos cuando nos juntamos los dos ayer a charlar. Y después llegó Marcelo Montero, que es el productor y como yo ya había tomado mi decisión y Moreno también, se lo comunicamos como corresponde.
- ¿Y él como lo tomó?
- Y, nadie lo puede tomar fácilmente. Es un hombre que está luchando, que está armando un espectáculo, que además ha arreglado un teatro que recupera la ciudad, que va a quedar para la ciudad, con todo lo que tiene que tener un buen teatro. Sobre todo para el productor, cuando uno le dice que el director se va, que un actor se va... no es fácil.
- ¿Ustedes estaban ensayando?
- Sí.
- ¿Fort iba a los ensayos?
- Sí... el grupo consensuó un horario, más allá de que era un horario atípico, hemos tenido reuniones entre la producción, los actores y la dirección. Porque Fort es un actor más, más allá de que él produzca o ponga el dinero, arriba del escenario es un compañero más. Nosotros entre todos hemos tenido distintos cambios de horarios para poder ensayar y en determinado momento dada la cantidad de actividades que Ricardo está desarrollando, hemos tratado de ponernos de acuerdo con un horario para que él también pudiera venir.
- Usted como profesional que es, faltando pocos días para el estreno, ¿sentía que estaba bien para el debut?
- No, yo personalmente no pienso que estábamos afinadamente para estrenar, pero eso en todo caso el que tiene que contestarlo sería el director o el productor.
- El director también habrá sentido lo mismo, desde el momento que decide retirarse...
- Yo no quiero tomar la palabra de él. Yo me hago cargo de lo que hago yo y no de los demás. Tomo decisiones propias, soy una persona grande, hace años que trabajo en esto. Vine aquí después de muchísimos años, no venía desde 1987, estoy feliz de estar nuevamente aquí, tengo el gusto y el honor de estar en el Hermitage, donde me siento como en mi casa, yo trabajaba con Sofovich acá enfrente, en el Provincial y para mí era muy lindo volver acá, sentirme como en mi casa. Y de pronto para mí estar arriba de un escenario con un papel que me conforma, era algo extraordinario, por eso estoy agradecido de haber sido convocado, estoy agradecido con Ricardo, agradezco cómo me atienden y el calor y el cariño del público de Mar del Plata.
- Y si usted estaba tan feliz de haber vuelto acá, si se siente tan a gusto, si le gustaba también el papel que tenía que hacer... ¿por qué renuncia, en definitiva?
- Son cuestiones personales. No soy un chico mediático que cuenta todo. Yo aprendí en este trabajo, en la vida, que hay cosas que se tienen que hablar donde se tienen que hablar y se tienen que contar donde se tienen que contar. Yo lo único que puedo decir es que soy una persona que me dignifico a mí y dignifico a mi trabajo. Ahí tomo una decisión. Después quien la quiera entender la entiende y quien no la quiere entender no la entiende.
- ¿Su decisión tiene vuelta?
- Yo soy muy calabrés. Yo creo que a una edad uno sabe qué tiene que hacer. Yo no soy un loco de la guerra, esto no es una presión ni un llamado de atención. Yo las cosas las digo, si después lo que digo se escucha o no se escucha, bueno, ahí tomo mi decisión, que va más allá de lo económico. Esto no es un juego de ajedrez, es un trabajo.