La poesía como instrumento para que afloren los sentimientos, en la voz de un intérprete como pocos hay en la Argentina y abordando un género que tampoco abunda.

Urquiza se brinda entero en este espectáculo despojado de toda escenografía y en el que la acertada participación de Acosta aporta el acompañamiento exacto.

El "Indio" pone su voz, su pasión y su histrionismo al servicio de un amplio abanico de poetas de América Latina. La crítica irónica de Lucio V. López, la muerte en un inolvidable poema de la también inolvidable Suma Paz -con quien Urquiza compartió escenarios durante años- la alegría de vivir en el Jubilo de Hamlet Lima Quintana, la picardía en el Romancillo de Doña Anastasia de Arturo Capdevila y la gesta libertadora a través de una proclama de San Martín, la dulcísima "De cielos y otros tiempos" de la platense Ana Emilia Lahitte, la cruda poesía social de Yupanqui, la lucidez de Guillén y hacia el final, la "América Latina" del peruano Nicómedes Santa Cruz, pasan entre otros poemas y autores por el espectáculo de Urquiza.

Un espectáculo que sabe a poco, simplemente porque el espectador querría quedarse toda la noche escuchando a este intérprete con mayúsculas y viéndolo agitar el poncho, sólo un poncho marrón que es abrigo y que es bandera, que es un símbolo de este hombre de tez morena y rasgos achinados que reparte granos de maíz con gesto generoso cuando recita "Digo la mazamorra" del puntano Antonio Esteban Agüero. Con la misma generosidad con la que reparte poemas con su voz de pueblo.

Hoy a las 21.30 en la sala Nachman del Teatro Auditorium, Alfredo Urquiza volverá a presentarse con "De cielos y otros tiempos", acompañado por el músico Mario Acosta y con dirección de Toni Lorenzo.