La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
13-06-2011

"Apostamos a lo que nos gusta hacer y lo demás es secundario"

Los hermanos Eugenio y Sebastián Weinbaum, volverán a encabezar "Hombre al agua", el ciclo que los tuvo como conductores en su primera edición. Y seguirán, por supuesto, con su entrañable "MdQ".

por Susy Scándali

"Los comienzos fueron difíciles, era una época donde hasta cruzar la ruta 2 era heroico, tuvimos que buscar el equilibrio entre las fiestas de 15 y lo que queríamos hacer para poder pagar el espacio de cable. Hoy cambió la situación, después de más de 20 años de trabajo, pusimos las dos patas de cada uno y quedó una mesa más sólida", dice Eugenio Weinbaun, el mayor de los dos hermanos que encabezan ese éxito que es "MdQ para todos" y que hacen todavía artesanalmente y con cada vez más miembros de su familia.

"Culini" (Sebastián) se sumó después: "Yo inicié con un programa netamente de surf -sigue Eugenio-, cuando volví de Hawai, la meca del surfista. Allí trabajé de lavacopas, de plomero, reparando tablas, todo era válido para poder surfear. Para mi era Disneylandia porque estaba con las mejores tablas del mundo, en las mejores olas del mundo. Cuando volví acá, se me ocurrió hacer un programa de surf, MdQ Surf, en 1989, en CCTV. Justo vino el editor de la revista española "360", que es muy fuerte en el ambiente del surf, para hacer una nota de Mar del Plata y habló del programa. "Culini", que estaba trabajando en las Canarias en una playa nudista, vio la nota, el autito, nuestra casa, y volvió. Yo ya no daba abasto para hacer el programa, que era exitoso aunque no me daba plata. Estaba contento, con mi pequeño aporte había logrado mucho, por sobre todo cambiarle al surfista esa imagen que tenía de drogón, que se entendiera que una persona si no está sana no puede practicar deportes. Hubo una explosión del surf y surgieron nuevos programas. Yo quería que se difundiera, no entendía cómo este deporte, que es tan alucinante, no tenía el apoyo para que un surfista se hiciera profesional y pudiera vivir de él, ni para hacer un campeonato, que nosotros hacíamos vendiendo rifas. El surf te puede dar la paz y el equilibrio que otro deporte no te va a dar y la posibilidad de ver el mundo desde otro medio: sentado en tu tabla mirando el planeta Tierra...".

- ¿Cómo era MdQ cuando arrancó?

- Era un programa de surf al cual le ponía, lo mismo que ahora, absolutamente todo. Y de MdQ Surf en el año 89, a MdQ Para todo el Mundo, hubo un camino muy largo y muy lindo, en 1992 se sumó Culini, recorrimos todo el planeta en busca de olas y de culturas. Desde la faceta comercial, estamos empezando con nuestra marca de anteojos y de zapatillas. En realidad nosotros nunca ambicionamos a lo comercial, si no deberíamos estar viviendo en Buenos Aires. Pero esa nunca fue nuestra ambición. Nuestra ambición fue, es y va a seguir siendo disfrutar de lo que hacemos, para eso es que pensamos en una vertiente comercial (Eugenio).

- ¿Qué pasó cuando salieron del cable?

- Antes yo estuve en Canal 10 haciendo un segmento en "Perdidos en la noche", con Kelo Arenz y Luis María Stanzione-. Y luego me dan la oportunidad de hacer el programa allí. Era una locura llevar un programa de surf a un canal abierto en la ciudad, donde lo único que podías ver era un flash informativo, era una televisión muy rígida. Sacar un programita de un pibe que sale con una camarita al hombro y graba olas, una cosa tan casera, era una locura. Pero cuando lo pusimos, las mediciones dieron que el programa funcionaba y que lo miraba mucha gente. Pasamos al cable nacional y en 1999, a Canal 9, por entonces Azul Televisión, no lo podíamos creer. Ahí sí empezaba a correr el rating en serio. Nosotros nos habíamos ganado dos Martín Fierro, en el ´92 y el ´93. En Canal 9 nos dieron un día muy marginal, sábado a las 2 de la tarde, porque nos habíamos negado a hacer lo que nos pedían -que nos mudáramos, que cambiáramos el aspecto...-, seguíamos haciendo el programa en nuestro estudio en Barranca de los Lobos. Nos negamos a transar y ahí fue donde dijeron "bueno, está bien, háganlo así, lo ponemos a las 2 de la tarde". Y en un horario que históricamente marcaba 1 punto de rating, nosotros logramos 5, 6, hubo momentos de 7. Ahí nos convocó Nicolás Repetto, en 2001. Nosotros decíamos, "nos está cargando", "es un chiste". Cuando fuimos, nos invita a cenar y al terminar el programa nos dice que tenía interés en darnos media hora pegada a Sábado Bus. Y bueno, comenzamos a hacerlo, sólo que con otro nombre. Nosotros nos negamos a cambiarle el MdQ. "Larguen la tablita, no se van a hundir", nos decía Nico. "Que no piense la gente que el programa es solamente de surf". Y ahí quedó "MdQ para todo el mundo". Ahí empezamos pegados a Nico, que nos compraba la lata, era la primera vez que cobrábamos para hacer un programa. Nico nos decía: "¿Son conscientes de que tienen que venir a vivir a Capital, no?", y nosotros nos mirábamos y abríamos los ojos. El nos decía "cada vez que les digo algo ustedes me ponen los ojos como el dos de oro y se asustan". Pero nosotros no nos asustábamos, nos amargábamos porque no nos queríamos ir de Mar del Plata. "No pueden hacerlo en esa casucha donde lo hacen", nos decía, "no tienen techo, no tienen luz, tienen que decir buenas noches y tiene que ser de noche!". Así que le pusimos un techo de paja al estudio y la municipalidad nos puso luz" (Eugenio).

Dejar Mar del Plata, nunca

Son dos chicos contando una travesura y cuando se miran, con "los ojos como el dos de oro", renuevan la sorpresa de aquellos momentos y también la resolución: dejar Mar del Plata, nunca.

"Cuando Nico se fue a España nos convocaron del 13 para seguir haciendo el programa, no lo podíamos creer. El programa se catapultó, siguió siempre artesanalmente, y nosotros viviendo acá.

- ¿Es costoso hacer MdQ?

- MdQ lleva un tiempo que no es el mismo que la televisión requiere, porque hay muchos programas que graban dos, tres capítulos diarios, pero MdQ no se puede hacer de esa manera. Y nosotros tenemos un compromiso tal con la gente que jamás llenaríamos un espacio por llenarlo. O sea que si nos va a llevar cinco meses hacer una nota que nosotros consideramos que a la gente le va a gustar, vamos a tratar de hacerla. Con el tiempo y el riesgo que lleve. Y entonces ya no es tan rentable, por eso tuvimos que inventar anteojos o lo que surja para poder sustentarlo. Sí es rentable a nivel espíritu, a nivel alma y hacerlo en familia como lo hacemos. Apostamos a lo que nos gusta hacer y lo demás es secundario. Mamá Herminia siempre dice "el pasado es tu historia, el futuro es incierto, porque no sabés lo que te va a pasar y el presente es un presente, cada día es un regalo, hay que aprovecharlo y vivirlo como tal" (Sebastián).

- Un fenómeno mamá Herminia, ¿no?

- Creo que tenemos la suerte de tener una familia mejor de lo que hubiésemos podido soñar, ese es nuestro mayor capital . Y mamá nos dio la vida, que es todo, entonces, ¿qué no vas a darle? el hecho de poder compartir ese tiempo con ella que es hacer MdQ y que a los 79 te diga que cuando graba se siente "como de 30", tener esa posibilidad de entregarle esa inyección de vida, es algo impagable. Obviamente lo devuelve con creces, es la reina del programa. Pero más allá del rating, más allá de la aceptación, hubiese sido lo mismo. Si todo el mundo hubiese abucheado cuando aparecía Herminia, hubiese estado igual (Eugenio).

- Además creo que también, más allá de lo familiar, (trabajan con sus hermanos Karina y "Chicho"), se transmite esperanza a la gente mayor. Mamá empezó con el programa cuando tenía 70 años, y que ella, después de haber trabajado toda su vida de comerciante, empiece a actuar, es una manera de transmitirle a la gente que nunca es tarde para empezar. Cuando uno deja de tener proyectos de vida, empieza a envejecer, se jubila como persona (Sebastián).

- ¿Son inconscientes o saben que viven al límite?

- No, tampoco somos suicidas... nosotros tratamos de no poner nunca en riesgo nuestras vidas, al contrario, nos encanta vivir. Pero también nos encanta la adrenalina, que es la peor droga que puede haber. Cada tanto necesitas esa inyección en las venas, y recién te das cuenta de algunas situaciones cuando te ves: por ahí decimos, "pero mirá qué boludos somos, parados a diez centímetros del cocodrilo dándole de comer", pero no vas a poner en riesgo la vida, estás viendo lo que estás haciendo, estás analizándolo como en cámara lenta. Y nos atenemos mucho a nuestra intuición (Eugenio).

"Hombre al agua"

""MdQ es lo que somos, y "Hombre al agua", que arrancará a fin de julio, es el trabajo soñado", dice Eugenio. La primera edición que hicimos fue muy exitosa, cuando nos volvieron a convocar pedimos que renovaran los juegos, porque si no nos sorprendíamos y divertíamos nosotros, la gente tampoco. No quisieron así que no lo hicimos. El programa se hizo igual pero no le fue bien. Ahora nos volvieron a llamar y nos permitieron cambiar los juegos y el parque entero. Vamos a hacer ocho capítulos, no quisimos hacer más porque nos obligaría a descuidar MdQ".

- Ya tienen programas grabados...

- Sí, estuvimos grabando en Centroamérica y acá con Facundo Arana acompañándolo en la campaña de donación de sangre. Para MdQ siempre estamos trabajando...

Ya hablaron demasiado. Hiperkinéticos, necesitan moverse y las fotos son la excusa: Eugenio se sube al "móvil" (un "ratón" amarillo que parece un huevo) y Culini a su patineta a motor (de bordeadora), que acciona tironeando un cable con un acelerador en la mano. Van y vienen cruzándose entre sí por la calle de su casa, donde los vecinos los miran sin sorpresa, acostumbrados a la presencia de estos dos pibes que en un momento de sus vidas dejaron de crecer. Mientras la mayoría de sus contemporáneos está en una oficina o haciendo negocios, ellos le ponen chinches a un mapa buscando cada vez más aventuras, cada vez más peligros, cada vez más adrenalina.

Cumpliendo al pie de la letra lo que les dice mamá Herminia: que el presente es un regalo y que como tal hay que vivirlo cada día.