"La película es un reflejo de todo lo que nos pasó a la mayoría de las personas que estamos acá", resumió María Flores, una obrera de Nueva San Remo, una fábrica de tejidos de punto que desde hace nueve años está en manos de los trabajadores. Llegó a esa conclusión luego de ver "Industria argentina, la fábrica es para los que trabajan", del director Ricardo Díaz Iacoponi, que se proyectó dentro de las actividades especiales del Festival de Cine, ante una audiencia formada en su mayoría por trabajadores de todo el país que se reunieron en Mar del Plata.

El filme tiene un elenco que conforman Carlos Portaluppi, Cutuli, Daniel Valenzuela, Aymará Roveda y Soledad Silveyra, cuenta con producción de Néstor Sánchez Sotelo y es la historia de un grupo de obreros que decide hacerse cargo de la empresa en la que trabajan, luego de q ue sus dueños deciden "abandonar el barco".

Aunque se filmó este año, la película nació en los años más críticos de la Argentina. "El primer libro nos lo acercó el director en 2001", contó Cutuli, un actor que de inmediato se sintió comprometido con el proyecto. Encarna en esta ficción al obrero que empuja el proceso de cambio en el interior de la fábrica. Su rol se enhebra con el de Portaluppi, el protagonista, un hombre de más de cuarenta, que a los conflictos con su esposa le suma otro mayor: la llegada de un nuevo hijo.

"Mi personaje es Juan Ralde, viene de trabajar más de veinte años en esa fábrica y está en una situación particular, tiene una hipoteca en su vivienda y se encuentra que hace ya varios meses que no cobran. Esto lo tiene con un nivel de estrés y de presión que es difícil de poder sobrevivir", indicó Portaluppi.

"En la última etapa del proyecto fuimos a las fábricas recuperadas y hablamos con los obreros, eso nos sirvió mucho para conformar nuestros personajes", contó, por su parte, Cutuli.

-¿Y cuál fue el espíritu que observaron en el interior de estas cooperativas?

(Portaluppi) -Es un espíritu muy lindo, de mucha alegría, de mucha pasión, se nota que lucharon con todas sus fuerzas para poder conservar sus fuentes de trabajo y poder llevar un plato de comida digno a sus familias. Ha sido muy valiosa la experiencia, porque nos tocó filmar en una fábrica de San Martín, que hace autopartes. Es una fábrica que no funciona al cien por ciento, sino al veinte. Y ese veinte por ciento es suficiente para poder darles de comer a las familias. La energía y el amor que le ponen a lo suyo es el mismo amor que nosotros, con los demás actores, le pusimos a nuestro oficio de actor para poder contar esta historia.

-¿Se genera otro vínculo con el trabajo?

(Cutuli) -Totalmente, es un vínculo más intenso, además se nota que todos lucharon por no perder la dignidad, que eso es muy importante. A nosotros como actores nos nutrió de una cosa muy grande que espero que eso se vea reflejado en la pantalla.

Con posibilidad de que se estrene comercialmente en marzo de 2012, el filme pone de manifiesto el perfil de uno de los movimientos económicos más grandes de los últimos tiempos. "Mostramos en la película que es un modelo posible, viable, pero no es sencillo de dar ese paso, suele haber muchas trabas judiciales y a veces todo se va dilatando mucho", aportó Cutuli. "Sin embargo -agregó Portaluppi- desde que existe la Ley de Quiebras estos procesos se agilizaron mucho".

Invitados especialmente a esta proyección, estuvieron trabajadores de Córdoba, Corrientes, Rosario y de otras partes del país, involucrados todos en este proceso que supone que los trabajadores tomen decisiones claves dentro de las fábricas.

"Aprendemos día a día -contó María Inés Contreras, otra de las obreras de San Remo-. Antes éramos trabajadores que lo único que hacíamos era trabajar e irnos a casa. Ahora tenemos que aprender de gestión, de organización, de comercialización y de cobranzas".