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14-06-2012

"Hombre mirando al sudeste' sigue teniendo un discurso atractivo"

La historia, que se hizo famosa en cine, sube a escena hoy y mañana en el teatro Güemes de esta ciudad. Lito Cruz y Alejo Ortiz encarnan los roles protagónicos. La adhesión de los jóvenes.

A veinticinco años del suceso cinematográfico que supuso el filme "Hombre mirando al sudeste", esta historia que dirigió Eliseo Subiela se transformó ahora en una obra de teatro. Adaptada al lenguaje escénico, llega este fin de semana a Mar del Plata. Se la verá hoy a las 21.30 y mañana a las 21 en el teatro Güemes.

Como entonces, la pieza teatral cuenta con la dirección de Subiela, quien debuta en este rol. Y sobre el escenario, se luce un elenco que encabezan Lito Cruz en el papel del psiquiatra Julio Denis, Alejo Ortiz le pone el cuerpo al misterioso Rantés y Marina Glezer encarna a la amiga de Rantés.

Cómo se recordará, el nudo de la historia es que Rantés asegura haber sido enviado desde otro planeta para investigar "la estupidez humana". Mientras está internado en un neuropsiquiátrico, se convierte en objeto de una minuciosa observación por parte del psiquiatra.

"A pesar de que esta historia tiene veinticinco años, me sorprende la vigencia que tiene, el discurso de Rantés sigue siendo actual, lamentablemente actual, porque seguimos viviendo en un mundo que ha evolucionado poco, seguimos viendo cómo el hombre trata al hombre. Es este cambio de conciencia el que demanda Rantés", expresó Subiela, quien, a la hora de la adaptación al teatro, se propuso contar una historia sin los artilugios con los que cuenta el cine.

"La idea era probar un nuevo lenguaje, por eso traté de alejarla lo más que pudiera del cine, cuando conté que estaba haciendo esta adaptación muchos me preguntaban si le iba a poner proyecciones fílmicas y no, no quise hacer nada que se pareciera al cine. La obra tiene una puesta en escena minimalista, con pocos elementos, porque lo importante son los actores. Rescaté la esencia de la película", agregó.

-¿Considera que la historia adquiere ahora otro significado?

-Me está llamando la atención el entusiasmo y la entrega del público. En Banfield interrumpían el discurso de Rantés con aplausos. Noto una adhesión de la gente más joven, evidentemente (la historia) sigue teniendo un discurso muy atractivo. La película tuvo una adhesión de la juventud en aquel momento, y es posible que ahora también se produzca esa conexión.

-¿Le resulta más sencillo el teatro que el cine?

-Es unos cuantos cientos de miles de dólares menos de fácil. Además, te diría que fue un trabajo de absoluta soledad entre los actores y yo tuve una aproximación a los actores como no había tenido nunca antes, por algo el teatro es de los actores, por algo a los actores les gusta tanto el teatro, no hay cámara, no hay nada. Me di cuenta cómo sufren los actores haciendo cine, porque todo está tan mediado, tan interrumpido, actúan rodeados de cincuenta personas. Por eso sufren. En el teatro recién estoy empezando, al cine no lo voy a abandonar porque es mi primer amor. Y creo que se pueden hacer las dos cosas.