"Yo milito en el teatro"
Cristina Banegas está de festejo: cumple 45 años de teatro y quiso celebrarlo con una obra que se desprende de las entrañas mismas de James Joyce. Le pone el cuerpo a la protagonista de la novela "Ulises".
Muchos la ven y no terminan de reconocerla. "Me encanta", asegura Cristina Banegas, esa actriz delicada, sutil, que es dueña -entre otras cosas- de un perfil bajo y de la exposición necesaria. Ni más ni menos. La gente "se acuerda más de mis personajes que de mi carita, me dicen ‘qué bajita que sos’ o ‘sos mucho mayor’". A sus 64 años confesados sin coquetería, la intérprete está de festejo: un festejo cuádruple. Cumple 45 años de actividad teatral, fue recientemente premiada con un Emmy por su actuación en la serie "Televisión por la inclusión" y también reconocida por su labor en la película "Infancia clandestina" y para coronar este ciclo, decidió llevar a escena "Molly Bloom", un proyecto trabajado desde hace tiempo y con la paciencia de un orfebre.
Justamente es esta obra la que viene a representar este viernes y sábado a Mar del Plata, a la sala Roberto J. Payró del Auditorium. Molly Bloom es la protagonista femenina del libro de James Joyce "Ulises". Historia emblemática del siglo XX, novela caracterizada por el sentido de la ruptura y la experimentación, "Ulises" termina con un largo monólogo pronunciado por Molly mientras padece insomnio. Ese texto fue el elegido por Banegas para llevarlo al teatro. ¿El motivo? Su belleza, transgresión y preciosismo, define.
"Es un texto sin signos de puntuación, es una especie de río de palabras, de recuerdos, de fantasías eróticas, es un texto muy transgresor, interesante, bello, es una gran afirmación, empieza diciendo la palabra ‘sí’ y termina diciendo ‘sí quiero sí’. De alguna manera es un homenaje a la mujer", explica entusiasmada.
Y sigue: "Joyce se mete en la cabeza de una mujer, el monólogo de Molly es el pensamiento de ella en una noche de insomnio, mientras Leopoldo, su marido, duerme a su lado. Es un monólogo con asociaciones, recuerdos, fantasías, todo lo que se le pasa por la cabeza en ese momento, sin censura, es muy gracioso. Es como una voz adentro de una cabeza, como si fuera a meterse adentro de los secretos de una mujer. Es una celebración de la mujer, del deseo, termina la novela con esa especie de Penélope infiel que es Molly. Es un placer hacerlo. Yo pensaba que mucha gente que no leyó el Ulises iba a decir ‘no, cómo voy a ir al teatro si no lo voy a entender’. Y no tiene nada que ver, el texto es independiente del libro".
- ¿Cómo es Molly?
- Es una mujer libertaria y transgresora, en el sentido de que es fiel a sí misma, que creo que es el verdadero sentido de la libertad y de la autonomía de una mujer. Estaría bueno que todas las mujeres se parecieran un poco más a Molly, que la tomaran como modelo y que nos soltáramos un poco más.
El paciente trabajo previo consistió en traducir este texto del inglés, compararlo con otras traducciones al castellano, editar aquellas partes que suponían una distracción para el espectador y convertir en cuerpo aquel papel. El resultado logrado aleja a Banegas de sus otros personajes, muchos de ellos vistos en televisión y en cine. "Nada que ver a esas perras que siempre hago", ríe.
- ¿De dónde saca a esas ‘perras’, como usted las llama?
- Qué se yo, uno ha visto tanto. Uno inventa. El trabajo de la actuación es como una especie de cirujeo, uno va capturando imágenes, signos, la actuación es una construcción de signos, uno va encontrando una imagen de alguien, un tono, un hombro, una ceja, y va armando una especie de puzzle que es el personaje. Es muy divertido, es rarísimo, a veces es un viaje, realmente.
- ¿Un viaje hacia dónde?
- Al alma humana, a las almas, a las oscuridades, a las luces y sombras de todos nosotros. De alguna manera somos un pequeño Aleph de todo lo que somos todos, sólo que en algunos se marcan más algunos rasgos. Yo me parece que no mataría a nadie en mi vida, sin embargo pude hacer aquel personaje de Mujeres asesinas… Es divertido.
- ¿Cómo ve este momento de la Argentina?
- Me parece que es un momento más difícil, con más retracción. Hoy es un momento difícil del mundo. La Argentina está afectada por esta situación. Hay un proyecto de país y llevarlo adelante tiene su costo, esperemos que salga adelante, con lo que corresponde, con mayor inclusión social y justicia social, hay que pensar en acompañar el proyecto con una gran capacidad de observación. Está muy bien que digamos lo que pensamos, siempre. Veo que se están pensando cosas fuertes y de fondo. Está bueno lo que está pasando, más allá de las contradicciones que haya y de todo lo que podamos criticar, pero me parece un momento privilegiado del país y me alegro estar viviéndolo. El otro proyecto posible de país ya lo conocimos, ya lo padecimos, es el neoliberal, y la verdad es que yo no lo quiero para mi país. Por mi parte, yo nunca fui una militante, yo milito en el teatro.
