Después de edificar una trayectoria periodística en medios gráficos nacionales, Camilo Sánchez desembarca en el terreno de la ficción con ?La viuda de los Van Gogh?, una novela que reconstruye la vida de Johana Van Gogh Bonger, quien fue la encargada de hacer conocer la obra del genial pintor holandés Vincent Van Gogh en Europa. También fue la responsable de editar las cartas que el artista le envió a su hermano, Theo, con quien Johana se casó.

Sánchez, quien nació en Mar del Plata y se crió en el Puerto, presentará hoy a las 19 esta historia en Villa Victoria (Matheu 1851). Allí charlará con otro escritor, Guillermo Saccomanno, y con el periodista Agustín Marangoni, en un encuentro que será con entrada libre y gratuita.

?Mucha gente me dice por qué a los 54 años edito recién mi primera novela ?reflexionó-. Es que nunca había encontrado una historia que me llevara, encontré algo para decir, por eso este libro tiene esa carnadura?.

También autor junto a Néstor Restivo de la biografía ?Haroldo Conti con vida?, publicada en 1985 y reeditada dos veces más, y del libro ?El otro Bicentenario, 200 hechos que hicieron patria?, (junto a Gustavo Ng y Restivo) el escritor desentraña en esta ficción una de las relaciones más atractivas del mundo del arte, la que tuvieron los hermanos Van Gogh, y cuenta de qué manera, a través de la fina mirada de Johana, el pintor que apenas vendió dos cuadros en toda su vida se convirtió en unos de los plásticos más importantes del siglo XX.

?Theo se muere a los seis meses de la muerte de Vincent (en enero de 1891) porque no puede superar esa muerte y tenía un hijito de ocho meses ?reconstruye-, el encuadre pasional es entre ellos dos, hubo un vínculo apasionado. Vincent pintó esos cuadros que son un canto a la vida y le escribió cartas?, mientras Theo fue el encargado de mantener a su hermano económicamente, hasta que Vincent se suicidó de un balazo.

Inteligente, feminista, culta, Johana quedó viuda antes de cumplir los 30 años. Heredó toda la obra pictórica y literaria de su cuñado y aprendió qué hacer con ella a través de la lectura de las cartas. Con una escritura poética y una minuciosa reconstrucción de la cambiante sociedad de fines del siglo XIX, Sánchez escribe una historia -documentada y exquisita- sobre la lucha, la pasión y el arte.