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28-04-2013

Enrique Symns, el maldito escritor

A Cerdos & Peces hoy "la habrían cerrado, habríamos apoyado el 11 de septiembre"

por Lucio Ferrante

??Enrique Symns tiene sesenta y seis años y todavía carga con una vida errante y agitada. A los catorce se fugó por primera vez de la casa paterna. Fue delincuente precoz en Buenos Aires, actor callejero en España y periodista superstar en Santiago de Chile. Creó revistas míticas, como la Cerdos & Peces. Ejerció de performer en escenarios de rock. Probó todas las drogas, pero ninguna como la cocaína. Vivió momentos de gloria, ganó mucho dinero. Se acostó con actrices famosas y las celebridades lo visitaban en su casa para pedirle autógrafos. Lo perdió todo. Fue linyera y durmió en la calle. Y mientras vivía infinitas vidas escribió varias de las mejores páginas de la literatura argentina?? Revista Orsai (julio 2012)

Estoy sentado en la mesa del fondo del bar del que Enrique es habitué. Es un día húmedo en ?La Feliz? y el sonido de las cartas de los que juegan póker en la mesa del fondo se mezcla con el ruido del ventilador del bar: ?Es un bar de los antiguos, de hombres nada más, hombres con las vidas terminadas como yo, llegando al final, algunos ricos, algunos duermen en la calle, hay comisarios y pistoleros, hay jugadores de póker con mucha plata, se juega de noche por mucha plata, y muchos viejos, algunos casados y con mujer, otros están solos?, así definirá Enrique, un poco más tarde, a la fauna del lugar.

Viste una remera oscura que lleva dentro de un viejo jogging gris que le queda poco ajustado, tiene un impermeable de color claro que se saca rápidamente al sentarse en la mesa. Enrique pasa los sesenta años, tiene barba de varios días y la mirada penetrante en la que demuestra el viaje constante de una vida errante.

Symns fue protagonista de uno de los proyectos editoriales de contracultura más revolucionario de los '80: ?Hoy en día el under pareciera no existir, no hay manifestaciones o son muy escasas? ¿Qué es el under? Es una denominación que nació en Argentina durante la dictadura, estaba todo prohibido, antes de la guerra de las Malvinas, que era una época hermosa porque no se escuchaba ni un puto rock argentino, estaba prohibido el rock argentino, que es un rock asqueroso, inmundo, repugnante y en cambio se escuchaba toda música inglesa. Y después de Malvinas estaba prohibido el rock inglés: ahí nació el rock argentino, nació gracias a la traición de los músicos que concurrieron al recital de las Malvinas. Fue la primera vez en la historia del rock que el movimiento de un país apoyó una dictadura, como fue en ese caso. En el escenario todos fueron cobardes, ninguno dijo nada; a excepción de Virus, los demás fueron todos, chupándole el sexo a los militares. Así que el under eran las revistas alternativas que hacíamos, en aquel momento era Pan Caliente. Caía la policía y nos llevaba en cana todos los días. Pasamos mucho tiempo en la comisaría, y ahí nacieron todos los tipos que fueron legendarios, Batato Barea??.

Y ahí, entonces, el señor de los venenos recuerda a Batato, aquel ?clown literario travesti? (como le gustaba autodenominarse), con cierta nostalgia: ?Hay seres que están más allá del rol en el que lo encuadran, o sea, Batato, Luca, yo, no son ni actores ni músicos, ni artistas, ni nada, son seres tirados en la calle y parece que la calle hablara a través de ellos. Son activistas. Batato era extraordinario, su capacidad de improvisación, su vida cotidiana, su manera de morir: murió hablando tranquilamente con la madre, antes de morir le dijo 'las cuentas de la luz están pagadas y están bajo la repisa de ahí'??.

Estamos sentados en la mesa del fondo del bar, Enrique toma su habitual fernet y deja sus Marlboro en la mesa. Hace tiempo ya que dejó las drogas, luego de sufrir un ACV y se radicó en Mar del Plata hace alrededor de un año: ?Mar del Plata, además, es traicionera, tiene gente interesante como mis amigos que he conocido en este bar, tiene un cierto olor a peligro en las calles que a veces es ficticio y a veces es cierto, y mucha tristeza y dolor, en los rostros desgarrados que andan por las avenidas?.

Los días de Enrique en ?La Feliz? transcurren con tranquilidad, se levanta muy temprano y recorre la costa, tiene su taller de escritura creativa en La Bicicleta (Falucho 4466) y una rutina diaria, le aburre vivir el día a día, dice que lo salvan sus amigos y algún que otro periodista que aparece?

El héroe del whisky, como alguna vez lo habría denominado el Indio Solari, tiene (citando a uno de sus monólogos) la tristeza de un duende escondido bajo las facciones de un hombre grande, entre copa y copa indaga a propósito del arte, esa ?traición a la vida?. Y sigue: ?Para darte un ejemplo, en el imperio romano existió la guerra durante miles de años, hasta que un día se detuvo la guerra, y Roma inventó los circos. En la época de Nerón, se dice, se cuenta que hubo un evento que juntó a cuatrocientas mil personas de público, ningún evento posterior en la historia del deporte lo logró, y ese día hubo quince mil muertes en la tabla. Es ahí donde la muerte pasó de moda, entonces nacen los dos fraudes: el arte y el deporte. Aparecen los primeros equilibristas, los arlequines, los juglares, nace el arte y el deporte que son dos imitaciones. Si ya el circo romano era una imitación de la guerra, esta es una imitación de una imitación. Un tipo corre pero no porque alguien lo persiga o porque persigue a alguien, si no por nada, es una frivolidad, y lo que logró el arte es convertir a los seres humanos en espectadores delegadores. Un espectador delegador es un trabajo sacerdotal que comenzó hace miles de años, con los egipcios, estaban tratando de inventar el cine, y el cine, como dijo Buñuel, son setecientos idiotas mirando una pared vacía. Todo lo que se usó en la evolución de lo audiovisual se utilizó para dominarnos más, para convertirnos en seres habitados por fantasmas, representados? Yo creo que el principal responsable de todo este fenómeno fueron los actores de teatro que trajeron con más fuerza la mirada; dirigir la mirada fue la primer intención de los judíos cuando inventaron el Golem, un ser que mirara, nada más, y no actuara??.

Estamos sentados en la mesa del fondo del bar, Enrique me cuenta que este domingo viaja a Buenos Aires, para hacer trámites por sus dos próximos libros, un libro de cuentos y un libro que recopila notas que publicó en diversos medios, desde Mavirock hasta Orsai. Symns no puede imaginar una Cerdos & Peces hoy en día: ?La habrían cerrado porque habría apoyado el 11 de septiembre, lo hubiéramos publicado en tapa diciendo ?bienvenido Osama?, nadie la podría editar. Antes la editábamos con cheques en blanco, ahora existe esto en todo ?golpea con la yema de los dedos el código de barras de su paquete de cigarrillos? que si no pagás los impuestos, la AFIP, la poronga, y se necesita mucha plata para sacar una revista?Me cansé yo también, si me propusieran hacerla diría que no, no es tiempo?.

?No me siento un ser humano, me siento un extraterrestre, eso es lo más verdadero que puedo decir, no puedo creer que pertenezca a este especie, una especie nefasta, una especie degradada. Creo que en los seres humanos hay un porcentaje de buena gente como una gota de elixir en un océano de mierda?, cierra Enrique Symns, el Bukowski argentino -como alguna vez se lo quiso denominar-.

Estamos sentados en la mesa del fondo del bar?