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27-01-2014

"Quería cerrar la serie con el personaje de Violeta Garmendia"

Gloria V. Casañas habla de "La canción del mar", su última novela. La historia transcurre en Mar del Plata, en torno a 1880, una época en la que el descampado a orillas del mar empieza a ser visto como escenario de la vida de la aristocracia porteña.

Después de alcanzar el éxito con "La maestra de la laguna", "Y porá" y "El ángel roto", la escritora Gloria V. Casañas vuelve con su flamante "La canción del mar" (Plaza & Janés), una novela romántica que transcurre en Mar del Plata, en los años en que el descampado marítimo se convierte en la preciada villa de la aristocracia argentina. Con esta publicación, la narradora cierra la serie que arrancó con aquel primer libro publicado en 2010. "Fueron novelas que quedaron vinculadas por los personajes, a pesar de que son independientes entre sí", contó Casañas desde Miramar, donde veranea.

Ahora le tocó a Violeta Garmendia, personaje de sus anteriores libros, protagonizar esta larga historia que se desgrana en casi seiscientas páginas. "Pasan muchas cosas", anticipó la narradora. "El tiempo es suficiente como para que pasen todas esas cosas, además cerré el círculo de la vida de todos los demás personajes, porque como me despedí de la serie quise que los lectores supieran definitivamente cómo habían sido sus vidas, para que no quedara ninguna duda, ninguna posibilidad más”, agregó.

Aunque le generó algo de "nostalgia" cerrar la saga, Casañas es consciente de que ese corte era necesario en su obra, que empezó en 2008 con la historia "En alas de la seducción". "Quiero abrirle el camino a proyectos nuevos", explicó.

- ¿Qué se viene ahora?

- Tengo proyectos que no tienen nada que ver con los personajes anteriores, transcurren en otras partes del país, en otras épocas distintas, relacionadas con otros procesos, con otros grupos nativos del país que todavía no abordé. Eso me interesa mucho y le quiero dar cabida ahora. Siempre desde la novela romántica, una historia con un amor fuerte, que puede ser no solo la de los personajes centrales, sino en otros, en Y porá, por ejemplo, son muchos los que viven sus historias de amor o de desamor. Pero quiero que el amor esté presente, porque es una fuerza muy grande.

- ¿Cómo nació “La canción del mar"?

- Está ambientado en la Mar del Plata que empieza a ser esplendorosa. La idea de ambientar una historia en el mar la tenía desde hace tiempo, no había decidido la época y quería cerrar la serie con este personaje de Violeta Garmendia. Tenía que ser la Mar del Plata que Violeta pudiera vivir, la que correspondía a sus años y a su momento. Y la década elegida fue la de 1880, me gustó abordarla porque fue como un cierre de todo el ciclo histórico. Esa década fue la que forjó el Estado Argentino moderno, la Argentina moderna, así que me vino como anillo al dedo. Y coincide en que Mar del Plata empieza a ser la Mar del Plata esplendorosa.

- ¿Qué le pasa a Violeta Garmendia?

- Violeta viene de un largo viaje en el que se pulió, se puede decir, la enviaron a Europa para que aprendiera ilustración que era lo que le gustaba hacer. De eso se sabe en los libros anteriores y vuelve a una Buenos Aires cambiada, porque hasta estéticamente Buenos Aires está distinta, está teniendo el barniz europeo que es lo que la caracterizó después y justo en el tiempo en que ella vuelve empieza a hablarse de Mar del Plata como un lugar que puede ser un balneario al estilo de los europeos, como puede ser Biarritz, que la sociedad aristocrática conocía, porque iba a pasar las temporadas. La novela arranca desde esa posibilidad. Abarca diez años, por lo tanto se va viendo esa evolución de la Mar del Plata campestre hasta el último tiempo en la que estamos rozando la Belle Epoque.

- ¿Cómo se dio esto de escribir cuatro novelas con personajes interrelacionados?

- Empezó como una novela individual, con La maestra de la laguna. Yo no tenía pensado que se convirtiese en una serie, ese libro transcurre durante la presidencia de Sarmiento. Después pasó que desde algún personaje salía una nueva historia, mientras escribo me voy encariñando o se me van ocurriendo cosas que le pueden pasar a los personajes pero como son secundarios los tengo que mantener un poco a raya, para que no ocupe más papel que el que le corresponde. A veces coincide que es el personaje que me piden y eso me encanta porque significa que los lectores y yo estamos en la misma sintonía.

- ¿A veces escribís a demanda?

- No escribo a demanda, pero me doy cuenta de que lo que yo tenía pensado es lo que ellos querían leer, nunca es a priori, porque por más que yo sepa qué es lo que los lectores quieren leer trato de mantenerme fiel a lo que tenía pensado.

- Qué relación tan particular se da entre los lectores y los escritores de este estilo…

- Es un público muy fervoroso y las novelas también tienen eso tan particular de tocar fibras sensibles del ser humano, las vidas, la intimidad, los conflictos en los que la gente se siente reflejada o tocada por las novelas. Y otra cosa que pasa es que en el género de novela romántica la gran mayoría de las lectoras son mujeres, no todas, pero sí la gran mayoría y es un público muy expresivo. Necesitan comunicar lo que sienten, lo que la novela les produjo. A mí me escriben sólo para decirme lo que sintieron al leerla y eso no creo que se dé en otro género de la literatura.

- Tal vez los lectores de ciencia ficción o de novela negra son iguales de fervorosos…

- En la novela policial se da pero son menos comunicativos, son lectores fieles, se leen todos los libros pero no expresan públicamente lo que sintieron, por lo menos es lo que vi en el Festival de Novela Negra en Buenos Aires.

- ¿Cuánto te llevó la investigación?

- Investigué mucho, había mucho material también y estoy encantada con eso. Conseguí muchos libros, algunos de los mismos museos de Mar del Plata, no encontré novelas, pero sí mucho material de ensayo y de investigación histórica, esa es una suerte.

- ¿Investigás sola o lo hacés con un equipo de gente?

- Trabajo sola, lo que sí hago es preguntar por libros o pedir que me consigan libros que no encuentro, porque recurro mucho a libros antiguos, pero trabajo sola, todo lo leo yo, todo lo pienso yo, no sé si sabría trabajar en grupo, incluso los viajes, puedo ir a un lugar que me interesa y le pido a mi esposo que me acompañe, yo tomo fotos, averiguo en los museos, hablo mucho con la gente del lugar, visito los sitios que son históricos, hago este trabajo de campo, que me encanta. A Mar del Plata no hizo falta que viajara, porque es una ciudad que tengo adentro, es una paisaje y una sensación que llevo conmigo.

- El escritor Juan Sasturain acaba de presentar El dudoso Noriega, una novela también ambientada en Mar del Plata. ¿Se trata de una coincidencia?

- Nos reíamos con Juan porque decíamos que contamos dos Mar del Plata distintas, la Mar del Plata de la aristocracia porteña en mi caso y la Mar del Plata masiva y popular como la del Dudoso, fue una coincidencia, ninguno de los dos sabía de la novela del otro. Aunque vale destacar que Mar del Plata es eje en la vida argentina. Todo se refleja en Mar del Plata, porque nace como un proyecto porteño, pero después se transforma en una especie de crisol de todo el país. Todas las etapas que vivió la Argentina se reflejaron en Mar del Plata, es un icono.

- En el libro decís que Mar del Plata es un espejo del país…

- Sí, lo veo así, porque es algo eterno, todos los argentinos pensamos en Mar del Plata, todos alguna vez hemos veraneado o soñado con Mar del Plata y tuvo mucha etapas en ese sentido, tuvo distintos momentos en que por tal o cual cambio el veraneo se vivió de una manera diferente, como cuando apareció la Ruta 2, que se abre una etapa diferente, una etapa emblemática.

- De todas las etapas de Mar del Plata ¿cuál te atrajo más?

- Me gustó mucho ver cómo los porteños de entonces venían con una ilusión tan cándida podríamos decir, sobre lo que iban a encontrar y cómo lo iban a disfrutar, fíjate que en la primera etapa que aparecen en el libro narradas las diversiones a las que se dedicaban y eran todas muy sencillas, inocentes, se puede decir, jugar al gallito ciego, a remontar barriletes en la arena, me dio ternura ver esa alegría casi infantil de gente grande que, por otro lado, era protagonista de la vida pública del país. Ahí está la figura de Carlos Pellegrini, muy resaltada porque era el alma mater de Mar del Plata.

- ¿También vos veraneabas en Mar del Plata?

- Veraneaba de chiquita, para mí Mar del Plata es el lugar del veraneo, he tenido veraneos más largos o más cortos, incluso en invierno he venido, en Semana Santa, para mí es una ciudad muy querida.