BUENOS AIRES (por Aldana Vales, EFE).- "Yo dibujo para recordar", dice el artista plástico Gustavo "Ciruelo" Cabral, el Señor de los Dragones, al comienzo de su muestra que acaba de comenzar en el Centro Cultural Konex en la Ciudad de Buenos Aires.

"A veces nos olvidamos de que vivimos sobre una esfera que va por el espacio girando alrededor de otras esferas. Olvidamos que todo es muy mágico y pienso que el arte es la actitud correcta que deberíamos adoptar ante tanta magia", añade.

Así da la bienvenida Ciruelo (Argentina, 1963) a su nueva exposición, la primera en el Konex, que reúne su trabajo de los últimos 24 años, lleno de dragones, hadas y otras criaturas fantásticas plasmadas en lienzo mediante óleos, acrílicos e imaginación.

Chicos y grandes siguen con atención las imágenes de cuatro pantallas situadas en la sala, que muestran al artista en pleno proceso de trabajo, cuando las pinceladas se transforman de a poco en las escamas de un dragón.

Nuevas pinturas son exhibidas entre las 50 disponibles por estos tres meses en el Konex, obras que no estuvieron en la última muestra grande realizada hace cinco años en el Centro Cultural Recoleta de la capital argentina.

"Quería centrarme en lo que hice en el último tiempo, si bien hay obras emblemáticas que se repiten", explicó Cabral en diálogo con EFE.

En la mayoría de las obras se ven así los seres que dieron el apodo de "Señor de los dragones" a este artista radicado hace 25 años en Barcelona.

"El dragón es una figura ancestral que tiene que ver con leyendas y filosofía y, por eso, le interesa a gente que buscan respuestas a estos temas", señaló Ciruelo.

En la sala, aparecen las pinturas de "Dark Dsurion", un dragón negro con ciertos claros violetas tumbado sobre piedras, y varias obras con "Hobsyllwin", una magnífica criatura blanca.

También pueden verse dos colaboraciones de Ciruelo con otras industrias, como la obra "Tattooine", para La guerra de las galaxias de George Lucas y el diseño de tapa del libro "Eragon".

Los dragones se encuentran con los cóndores, en una pequeña sección de la muestra "Proyecto conservación cóndor andino", que busca asegurar la supervivencia de estas aves y su ecosistema, a todo lo largo de la cordillera de los Andes.

Durante estos años, el trabajo de Ciruelo fue reconocido internacionalmente, desde Barcelona hasta su propia tierra natal, y ha realizado ilustraciones para las tapas de dos álbumes del músico Steve Vai.

Por su temática, niños y adolescentes son los más interesados en esta exposición que, precisamente, comenzó justo para el receso escolar de invierno en Argentina, pero también atrae a adultos que quedan maravillados por la perfección de las criaturas míticas, águilas y amazonas que aparecen en las paredes del centro cultural.

"Todo el mundo se interesa, son pinturas hechas con técnicas muy elaboradas que atraen a los que les guste el arte en general", consideró el artista.

Pese al nombre "Arte Dragón", en la muestra hay más que criaturas fantásticas del folclore y la mitología: unos 30 "petropictos", el arte de dibujar y pintar sobre las piedras, también tienen su espacio en la sala.

Ciruelo relata que suele mirar las piedras hasta que logra imaginar una figura que se adapte a sus volúmenes y texturas, para pintar luego sobre ellas para conseguir una obra tridimensional.

Lo hace solo a través de la pintura, sin modificar ni tallar la piedra, para que la naturaleza y el arte se encuentren en la superficie rugosa y, al final, parezca que la figura siempre ha estado allí.

Para Ciruelo, su trabajo es "un viaje en la imaginación", en la suya y en la del espectador que mira sus obras, y apunta a "rescatar las imágenes y las sensaciones que subyacen en el inconsciente de todos".

"Nuestros recuerdos y percepciones están llenas de cosas que no podemos definir de dónde vienen. El arte es el lenguaje que tenemos para relacionarnos con todo eso. La única manera de enfrentarnos al universo es con el arte y con la imaginación", concluye.

(*): EFE.